Continúa el debate sobre escasa asistencia de personas al sepelio de Juana Bacallao

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La reciente muerte de la reconocida artista cubana Juana Bacallao ha generado un amplio debate en las redes sociales y entre la población cubana, debido a la escasa asistencia a su sepelio.

A través de una publicación vista en el perfil de Facebook del Vicepresidente de la UPEC, Francisco Rodríguez Cruz, ciudadanos y personalidades han expresado diversas opiniones que reflejan las complejidades sociales, culturales y políticas de Cuba.

En el debate, no han faltado señalamientos críticos y fuertes, tanto a Francisco Rodríguez, un controvertido vocero del sistema, como al cantante Arnado Rodríguez, y a Lillitsy Hernández Oliva, quien fuera Presidenta del Consejo Nacional de las Artes Escénicas hasta el 8 de enero de 2024 cuando fue designada Viceministra de Cultura, y una de las tres escasas funcionarias asistentes al sepelio de Juana Bacallao, junto a Alpidio Alonso, Ministro de Cultura.

Todo comenzó cuando «Paquito el de Cuba», como se le conoce a Francisco Rodríguez Cruz, dijo que «Si la gente que dice estar ofendida por la escasa concurrencia al sepelio de Juana Bacallao hubiera ido, no tendríamos el problema«. A partir de ahí se generó el debate, con periodistas como Yirmara Torres Hernández, ex presidenta de la UPEC en Matanzas; Ana Ibis Galán; Carlos Caparrós; y Rouslyn Navia Jordán, comunicadora, criticando lo dicho por Paquito, y haciendo especial atención en la poca, casi nula divulgación que se hizo sobre el sepelio de tan venerada artista.

De todas ellas, quien más fuerte le dio a Paquito – y a todos en general – fue la ex periodista del diario oficialista Granma Ana Ibis Galán, quien criticó duramente todo lo sucedido, haciendo alusión al racismo estructural que hay en la isla; al clasismo, y por ende al modo diferente en que fue tratado el sepelio de Juana, con relación al que tuvieron otras figuras de la cultura fallecidas no hace mucho atrás, como Rosita Fornés y Alicia Alonso. Estas dos últimas, blancas y cultas. «De buena cuna», dirían nuestros abuelos.

Arnaldo Rodríguez Romero, el de la Orquesta, también fue duramente criticado, por ni siquiera asistir. Así se lo hizo notar Francisco Rodríguez Estevez, quien le dijo que ni él, ni muchos artistas como él, asistieron, a pesar de que en teoría tienen hasta carro – y dinero para comprar gasolina o alquilar un taxi – para haber asistido.

Francisco Rodríguez Estevez, criticó la falta de movilización de recursos para un último adiós adecuado, y Gerardo Rodríguez Galán, que lamentó no haber asistido pero reconoció el bochorno de la situación.

Rodríguez Estévez criticó además lo «sustentado» por Paquito, Lillitsy Hernández Oliva, Xochit Vega Salermo y Sandra Neyra, quienes de modo general señalaron que se intenta hacer un espectáculo de cualquier situación, con Paquito hablando de «motivaciones políticas», tras las críticas.

Luego señaló:

«Francisco Rodríguez Cruz pero tú fuiste? por qué no fuiste? Yo no te vi. Y no vi a Arnaldo, ni a Israel, ni a Raul Torres, ni a Fidelito Díaz, ni a Veronica Médina, ni a Annie Garcés, ni a Tony, ni a todos esos que se convocan, a veces se autoconvocan, a eventos de poca monta, si lo comparamos con el sepelio de esta grande. No vi a Morlote, ni a Prieto, ni Rojas, y si sigo mencionando… Estaba Alpidio y Lillitsi. ¿Y los demás?»

Lillitsy Hernández Oliva afirmó en varios comentarios que las autoridades se ocuparon de Bacallao en vida y durante su sepelio. Sin embargo, Carlos Caparrós argumentó que las autoridades culturales no hicieron lo suficiente para rendirle un homenaje a la altura de su figura, y acusó al gobierno cubano de negligencia.

La discusión también incluyó reflexiones sobre el rol de las instituciones culturales, con Isabel Alfonso y Dianelys Mora preguntándose sobre la participación de estas en el sepelio.

Este caso ilustra las tensiones y desafíos en la sociedad y la cultura cubanas, evidenciando cómo la muerte de una figura pública puede convertirse en un espejo de las problemáticas más amplias de un país.

En este caso, a miles de cubanos, la mayoría de ellos fuera del país, les molestó muchísimo la funeraria vacía, y la escasa presencia y nula movilización que el Estado organiza y programa cuando muere una figura pública.

En el caso de Juana, negra pobre y humilde, que triunfó en los escenarios cubanos e internacionales como nunca lo hará Arnaldo Rodríguez, ha molestado que no se haya divulgado lo suficiente los detalles de su sepelio; que haya sido velada en Calzada y K y no en otro lugar; que el horario previsto para el sepelio haya sido un domingo bien temprano en la mañana, en un país donde incluso, en días laborables, de lunes a viernes, escasea el transporte público.

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