Los actores Erdwin Fernández y Armando Tomey han salido en defensa de su amigo, el también actor Carlos Massola, quien hace poco criticó duramente a los gobernantes cubanos por la situación que atraviesa la población y el sufrimiento que le provocan a los presos políticos y a sus familiares.
“Massola no está loco ni borracho. Solo se atreve a hablar por millones”, dijo a través de Facebook Tomey, que vive hace una década en Estados Unidos.
Por su parte, Fernández, otro conocido crítico de las autoridades de la isla, explicó mediante la misma red social que Massola es un “excelente actor”, que “dice lo que siente, abiertamente, algo que deberían hacer muchos de nuestros colegas”.
Además, el actor, que reside en Miami, destacó que, como Massola, él expresó lo que sentía sobre la situación en Cuba mientras vivía allí.
“Habla sobre los presos políticos, no los presos comunes. Pide la libertad para aquellos que solo piensan diferente y lo hacen público. ¿Qué de malo hay en eso?”, se preguntó.
Asimismo, le recordó a los cubanos que son ciudadanos y que quienes los dirigen, “hasta el presidente”, son funcionarios públicos, es decir, que desempeñan “profesionalmente un empleo público”.
“Los funcionarios participan en la administración pública o de gobierno”, pero “no son dioses” ni “intocables”, agregó antes de insistir en que “el pueblo es lo más importante”.
De igual manera, dejó claro que a su “hermano”, Carlos Massola, nadie ‘desde afuera’ le dice lo que tiene que decir o hacer, nadie lo ‘empuja’. “Es solo un hombre, una figura pública, un ciudadano, un artista diciendo lo que cree sin irrespetar a nadie”, resumió.
Fernández concluyó su mensaje de respaldo señalando que Massola tiene una carrera y un público, o sea, que “él no ‘compra’ carrera ni público, no escala, no cambia oportunidades ni ascenso por silencio”, pese a que a veces puede sentir “el miedo que todos sentimos, pero se sobrepone, y es él, así de simple”.
Anteriormente, Fernández ha resaltado que Massola es “uno de los pocos actores y amigos en Cuba, y aquí en Miami también (3 o 4, no más) que tiene los timbales bien puestos”.