Aceite de cocina: nueva especie en peligro de extinción en Cuba

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Uno de los rumores más fuertes que recorren las casas cubanas, a veces en voz baja, a veces en voz alta, es que el aceite de cocina puede desaparecer de un momento a otro. Los cubanos se dicen uno a otros que guarden aceite, que “ya no va a venir más” a las tiendas.

Entre tanto, los pomos de un litro de aceite de oliva virgen y extravirgen de la marca española Vima, todo un lujo para la realidad cubana actual, se cotizan respectivamente a 1400.00 y 1700.00 pesos cubanos en mercados privados como Home Deli, ubicado en el municipio Playa.

En el mercado “informal”, que es más real y palpable que el “real”, el pomo de litro y medio, más conocido como “pepino”, se consigue por 500.00 y 700.00 pesos. Es aceite reenvasado, hurtado de panaderías, comedores de ayuda social, de restaurantes. Los pomos de la marca El cocinero, de aceite de soya producido en Cuba, valen 50.00 pesos cubanos en las pocas tiendas que expenden productos a en esta moneda, donde se articulan las colas más grandes y tumultuosas. Luego, se revende a 250.00 o 300.00 pesos, aunque ha alcanzado hasta los 700.00.

En los grupos de compraventa del canal de Telegram cada vez es más raro encontrar ofertas de aceite de cocina. Si acaso algunos lujos como el referido aceite de oliva y otros exotismos en dosis pequeñas (230 ml) de aceite de sésamo, también de marca Vima, a 230.00 pesos.

Por lo pronto el expendio de aceite por la cuota, en meses alternos, se mantiene estable pero insuficiente. Medio litro por persona para 60 días.

Pero Cuba está en un mundo donde se aprecian los estragos de la guerra iniciada por Rusia al invadir Ucrania hace más de dos semanas, que se ha estancado a pesar del cada vez más brutal ataque de los invasores, y que ha traído para Rusia una avalancha de sanciones económicas sin precedentes por parte de las naciones occidentales, sobre todo las europeas. Nada entra ni nada sale del gigante euroasiático.

Los precios del combustible alcanzan picos de crisis, trigo, el maíz y la cebada escasean y se encarecen, y el aceite de cocina de girasol se ha convertido en una lujosa rareza pues precisamente dos de los mayores productores de este son Rusia y Ucrania.

Según expertos, entre las dos naciones suman casi la mitad de toda la producción mundial, y ambas están vedadas para los trasiegos económicos. Hasta no se sabe cuándo. “Esto pica y se extiende”, reza un viejo dicharacho cubano.

Aunque en Cuba se echa mano de la soya, Rusia es el principal exportador del aceite de cocina y por obligación, las autoridades deberán indagar nuevos mercados so pena de extinguirse por completo el aceite de cocina de la “canasta básica”, para usar un término caro al lenguaje oficial cubano. Quizás pronto Frei Betto salga explicando cómo cocinar sin aceite, aunque las cáscaras de papa ye tendrían que prepararse de otra manera.

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