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Cocina

Y el aceite, ¿cuándo viene? ¿Viene?

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El problema con el aceite sigue dando de qué hablar en Cuba, que hasta hace apenas unos meses hablaba a diario de la escasez con el pan. O el huevo.

Mientras, los cubanos aprovechan el internet en sus celulares para grabar testimonios del problema.

En Sancti Spíritus, por ejemplo, hubo empujones y golpes en la cola de un establecimiento donde ofertaban el producto. Así lo testimonió para Radio TV Martí, el periodista independiente Andriano Castañeda, e indicó que vio “como las mujeres se entraban a golpes por agarrar un pomo de aceite vegetal.

“Pude ver la aglomeración, la discusión y el enfrentamiento entre cubanas. Cientos de personas por coger un pomo de aceite. Un litro de aceite por dos dólares”, expresó el periodista.

En el establecimiento, dos mujeres se ensarzaron en una trifulca hasta que llegó la policía y se las llevó. En otros establecimientos “la gente golpeó los cristales porque estaban vendiendo un solo pomo y rápidamente se acabó”, explicó.

Al estelar periodista de la TV Cubana Lázaro Manuel Alonso no lo dejaron entrar a una tienda por no haber tramitado un permiso para poder filmar dentro de la misma, pero por suerte pudo recoger algunos testimonios en la calle.

Las personas viajan de un municipio a otro apenas se enteran de que sacaron aceite en tal tienda, mientras que en la Empresa de Aceites y Grasas Comestibles de La Habana se sobran las voluntades de sus trabajadores y persisten las deficiencias con el suministro de la materia prima para estabilizar la producción.

A ello se suman problemas con el equipamiento técnico, como sucedió recientemente en el centro cuando, la máquina que da forma a los envases de 1Litro se rompió.

Según el director general de Aceicom, Henry Trujillo Pérez, “se solicitó asistencia a un técnico extranjero de los proveedores de la línea” que llegó – aseguró el funcionario – “el martes por la mañana”.

Los cubanos, con buena suerte esperan que el aceite llegue, que aparezca, aún cuando la venta del venerado producto se limite a dos pomos por persona.

Platos como los tostones, las chicharritas, el “maduro” y cualquier otra cosa que deba freírse en una sartén es palabra prohibida en la isla en estos instantes.

Seguramente aquellos amantes del huevo frito deberán mudar de gusto, o quizás acogerse a una variante menos consumidora de grasa: el revoltillo o la tortilla.

 

 

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