¿Por qué es mestizo el Cristo habanero?

Havana
algo de nubes
19.2 ° C
19.2 °
19.2 °
100 %
1kmh
20 %
Mié
29 °
Jue
30 °
Vie
30 °
Sáb
30 °
Dom
28 °

El del Corcovado será más famoso, el de la Concordia más alto, pero el Cristo de La Habana tiene un misticismo especial. Su innegable mestizaje, rostro curado de sorpresas, gesto que bendice más que protege, observando su ciudad desde allende la bahía, hacen de este Cristo uno de los habaneros más queridos e imprescindibles…

Erigido sobre la colina de Casablanca, este coloso esculpido en mármol de Carrara tiene una vista espectacular que abarca la rada, la entrada al puerto, el casco histórico y las fortalezas aledañas. Le favorece, además, una luminosidad y un color que alegraría incluso al fotógrafo más deprimido.

Además, el viaje a sus pies entraña la experiencia de navegar las oscuras aguas de la bahía a bordo de la “lanchita”, suerte de mini-ferry que une a La Habana con los espigones del barrio de Casablanca y el vecino poblado de Regla.

Con el Cristo de La Habana pasa como con la Virgen de la Caridad del Cobre: su culto es más cultural que religioso. Quienes acuden a los pies de la famosa obra de la escultora cubana Jilma Madera no buscan adorar al Mesías, si no regalarse una espectacular panorámica de la Habana.

Pero este Cristo mestizo, que se alza a 50 metros sobre el nivel del mar, no fue sin pecado concebido: se dice que su autora se inspiró en un amante al modelarlo, como sugieren sus labios más voluptuosos que los del Jesús de la iconografía cristiana, por ejemplo.

Otra diferencia, el Cristo habanero no lo recibirá con los brazos abiertos como sus iguales de Brasil, Bolivia, Angola o Portugal. El cubano tiene la mano en el corazón y la mirada fuerte, como retándole a que aparte la suya.

Para llegar al Redentor se aborda la lanchita en el embarcadero de Casablanca, frente a las doradas cúpulas de la Iglesia Ortodoxa Rusa, en la vera del barrio San Isidro. El cruce es breve, pero regala postales de viejos espigones, la terminal de cruceros, el Santuario de Regla, las grúas del puerto, las estelas cruzadas de remolcadores, buques y barcos de diverso calado.

Casablanca, nombre de evocaciones exóticas y cinematográficas, es un viejo poblado de pescadores, aunque cada vez menos se dedican a la ancestral profesión. En sus costas abundan los astilleros, y justo donde desembarcan los viajeros de La Habana nace el Tren de Hershey, el único eléctrico en esta Cuba de apagones.

Las escaleras para llegar a la estatua del Cristo mestizo están al cruzar el parque, parcialmente ocultas entre casas y otras construcciones. También se puede subir por una zigzagueante carretera, con buena brisa y vistas paulatinas de la ciudad.

Muchos prefieren subir al caer la tarde, porque la luz sobre el Casco Histórico de La Habana es fantástica y surrealista, y hay cierta sensación de retiro, de paz y privacidad, como una experiencia religiosa.

1 COMENTARIO

Los comentarios están cerrados.

¿Quieres reportar algo?

Envía tu información a: [email protected]

Lo más leído

Quizás te interese

Envíos a CUBA desde → $1.89 x LBENVÍA AQUÍ
+