El sacerdote cubano Lester Rafael Zayas Díaz denunció este lunes que la procesión del Santo Entierro por las calles de El Vedado, en La Habana, habría sido negada porque “mis homilías incomodan o ponen nerviosos a algunos”.
Desde la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, en el céntrico barrio habanero, el padre Zayas aseguró a través de un comunicado que la “negativa” para celebrar la tradicional ceremonia de Semana Santa, que había sido “solicitada oportunamente”, tuvo que ver con “mi persona”.
Zayas recordó que este desfile religioso se ha hecho por las calles de El Vedado durante más de 11 años, excepto durante la pandemia de covid y el año pasado, que también fue negada, pero “por falta de personal para garantizar la seguridad”.
Asimismo, el párroco natural de Camagüey subrayó que solicitar la procesión, que ante la negativa de las autoridades cubanas se realizará “por los predios internos de la parroquia el Viernes Santo a las seis de la tarde”, no es una iniciativa “ni deseo personal” suyo, sino “fruto del deseo de la feligresía”.
En palabras de Zayas, negar la procesión “como castigo a un párroco” es, “además de absurdo, una violación de la libertad religiosa”, porque él es solo “el portavoz del deseo del pueblo” y “quien la solicita a la autoridad competente”.
Pedir la procesión, dijo, es reflejo de que el pueblo “quiere manifestar públicamente su fe” y “llevar la religión que profesan a sus barrios, a sus calles, a sus casas, a su vida diaria”; y “un derecho soberano del Santo Pueblo Fiel de Dios”.
De igual manera, lamentó que se vea “maltratada la libertad religiosa de una parcela del pueblo de Dios”, por cosas que “podrían ser tratadas en un diálogo franco y sereno”, así como “los inconvenientes” y “el sinsabor” que esto pueda provocar.
Si bien reconoció que “el contenido de alguna homilía mía” puede resultar “incómodo”, “suele serlo la verdad” porque “el Evangelio tiene una fuerza que como a todos nos interpela a todos nos incomoda”, afirmó que “jamás” ha usado el púlpito “para hacer política al estilo de los partidos políticos o como ellos entienden la política”.
No es su competencia como predicador hacer eso, sino leer la realidad desde el Evangelio, “siempre con el objetivo de iluminar desde la fe, educar desde el Evangelio, denunciar si fuera preciso la obra del maligno y exhortar a la práctica de la virtud”.
El objetivo de sus homilías, recalcó, siempre ha sido “conseguir que la realidad sea iluminada por la fuerza de la Palabra Salvadora de Dios en quien creemos” y, “si alguien” ha querido ver en ellas otra cosa, “no es correcta ni bien intencionada su visión”.
El sacerdote ratificó que “nunca en mis años de sacerdocio” he hecho uso del espacio público, o sea, de las procesiones, para “exhortar a nada que no sea la piedad”.
Por último, Zayas aseveró que conoce la diferencia entre un espacio público y un espacio religioso, por lo que “no comprendo los temores que pudieran haber llevado a la negativa de la procesión”.
“Como sacerdote y hombre adulto conocedor de las leyes y de la actual Constitución de la República sé qué me es permitido y qué no”, insistió.
Vale recordar que una de las homilías del padre que pudo resultar más “incómoda” para los gobernantes cubanos fue la del pasado 24 de diciembre, víspera de Navidad, cuando se preguntó qué podía decirle a “un pueblo desesperanzado” y “en tinieblas”.
Entonces, este lúcido orador llamó a mantener viva la esperanza y el espíritu solidario, así como a no dejar de apostar por la verdad aunque duela, condenar el enfrentamiento de cubanos contra cubanos y amar siempre al prójimo, pese a que esté lejos de la isla.
Además, Zayas fue el mismo que en septiembre de 2023 se hizo viral por su misa dedicada a la Patrona de Cuba, la Virgen de la Caridad del Cobre, durante la cual se refirió a las calamidades que sufre el país en medio de un éxodo masivo de cubanos.
En aquel momento, cuestionó qué se ha hecho mal en Cuba para que a sus habitantes se les haya borrado la sonrisa del rostro y las leyes terminen afectando a los más débiles.
