Funcionarios del Centro Nacional de Patrimonio Cultural en Sancti Spíritus acusaron a los directivos de la base de ómnibus de Jatibonico de destruir una locomotora declarada Patrimonio Cultural de la Nación, fabricada por la Baldwin Locomotive Works, de Filadelfia, Estados Unidos, que la entidad tenía bajo su responsabilidad. Era la última sobreviviente de las once con que contaba la región.
Según denunció la periodista espirituana Lisandra Gómez Guerra en un artículo publicado en el periódico provincial estatal Escambray, la locomotora, identificada con el número 1 363, “perteneció al ingenio Vitoria, en Yaguajay —posteriormente central Simón Bolívar, como se pudo leer hasta el último instante en parte de su caparazón—; pero desde allí fue trasladada a un área del coloso Uruguay en un proceso de “quita aquí para poner allá” con el argumento de encontrar el mejor lugar para su cuidado. Otra ironía, pues hoy descansa convertida en cabillas y otros elementos que a ciencia cierta no se sabe adónde fueron a parar”.
La periodista explica que en 2016 se anunció el montaje de una bioléctrica en el central Uruguay prevista para la zafra 2019-2020, que aún no se ha concretado, y el espacio destinado para la obra era precisamente el área que ocupaba la locomotora, declarada Patrimonio por la Resolución 02 de 2004, del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural (CNPC), y que estableció que estos medios de transporte ferroviario fueran “distribuidas por museos, espacios públicos y centrales” como testimonios históricos de la cultura azucarera en Cuba.
Según el investigador de Yaguajay, Gerónimo Besánguiz, consultado por Gómez Guerra, “del parque de Yaguajay, cuatro se las llevó Eusebio Leal. Otras se trasladaron al central Marcelo Salado Lastra —antiguo Reforma— convertido en museo, en Caibarién, y la No. 1 363 fue para Jatibonico. La única existente hoy en Yaguajay logré regresarla desde La Habana porque la usó Camilo (Cienfuegos)”.
Ante la inminencia de la obra que seis años después aún no existe, “lo primero que se decidió fue trasladarla hacia la base de ómnibus de Jatibonico”, explica el texto de Escambray, replicado por Cubadebate.
El director del museo de ese municipio, Ricardo Guardarrama Román —también responsable del Registro de Bienes Culturales del territorio— explica que esta “fue una disposición del Gobierno de aquí y con el cambio se firmó el Acta de Responsabilidad con los directivos del nuevo lugar”.
La locomotora Baldwin No. 1 363 permaneció en la base de ómnibus deteriorándose a ojos vista, como lo atestiguan las últimas fotos que se le tomaron, cubierta de herrumbre y sitiada por la yerba. Hasta que “un trabajador de Azcuba en una visita de imprevisto detectó que había desaparecido. Dice la vox pópuli que la desmembraron en poco más de tres días, luego de que se tomara ese acuerdo en una reunión bajo los pretextos de que ocupaba espacio y no cumplía ningún objetivo”, describe la periodista espirituana.
Esto motivó que Guardarrama Román se encargara de alertar sobre la desaparición a la policía. “Como Registro hicimos lo que nos toca: denunciar. Habíamos ido varias veces y confirmábamos que estaba ahí, pero la base queda bastante distante, por lo que cuando supimos ya la habían eliminado”, detalla el director del museo.
La investigación sigue abierta en busca de los responsables directos, seguida de cerca por el CNPC, que se acoge al marco jurídico que protege al patrimonio cultural de la nación, sostenido, entre otras legislaciones, por la Constitución de la República, las dos primeras leyes de la Asamblea Nacional del Popular: la No. 1 De Protección al Patrimonio Cultural, y la No. 2 De los Monumentos Nacionales y Locales, así como el Código Penal vigente.
La periodista finaliza amargamente su texto lamentando que, mientras se aguarda por “las conclusiones del proceso investigativo, duele la mayor de las deudas: a Cuba se le vejó un fragmento de su esencia. Que este daño irreversible sirva de lección para que, en el futuro, primen el respeto, la sensibilidad y los mecanismos de control en la salvaguarda y cuidado de los bienes patrimoniales. Que ninguna otra reliquia histórica tenga que sufrir tan lamentable último viaje”.
