Como era de esperar el gobierno cubano responsabilizó a Estados Unidos de las inéditas y masivas manifestaciones de protesta contra el régimen a lo largo de la isla de hace dos años, mientras los cubanos a su vez culpan al gobernante Miguel Díaz-Canel por su irresponsable exhortación a la represión .
La jornada del 11 de julio de 2021 ha pasado a formar parte de las fechas históricas de la Isla al igual que la tristemente célebre frase del mandatario : «La orden de combate está dada. A la calle los revolucionarios.Estamos dispuesto a todo».
No faltó nada para que los tanques salieran a las calles frente a las protestas que las autoridades han querido desvirtuar.
«El gobierno de los Estados Unidos tiene una responsabilidad directa en los disturbios del 11 y 12 de julio de 2021» dijo el Granma, el vocero oficial del Partido Comunista Cubano «desde su territorio se incitó y financió abiertamente a individuos y grupos a que cometieran violaciones de la ley».
Algunos analistas han recordado que estos jóvenes «violentos» intentaron imitar a quienes ellos han visto elogiados por el noticiero de la televisión cubana, de otros países rompiendo vidrieras, volcando automóviles y enfrentando agresivamente a la policía como parte de las protestas contra el «capitalismo salvaje».
El Departamento de Estado de EE. UU. negó cualquier participación en las protestas de 2021 y reiteró su demanda de la liberación inmediata de aproximadamente 700 presos que califica como presos políticos.
«Como todo el mundo sabe, el pueblo cubano protestó por sí mismo», dijo un funcionario del Departamento de Estado de EE. UU. y agregó que «el régimen continúa reprimiendo violentamente prácticamente cualquier tipo de disidencia pública pacífica y detiene, acosa y amenaza a las familias de los manifestantes detenidos que se atreven a hablar públicamente sobre sus familiares detenidos». La Unión Europea también ha instado al gobierno cubano a liberar a los manifestantes.
Este martes la Embajada de Estados Unidos en La Habana emitió un mensaje en su sitio :»En el aniversario de las manifestaciones del 11 de julio, resaltamos la fuerza y el coraje del pueblo cubano en su larga lucha por la democracia. Los Estados Unidos creen firmemente en el derecho de todo cubano a disfrutar plenamente de sus derechos humanos. Instamos al Gobierno de Cuba a que ponga en libertad inmediatamente a todos los presos políticos y respete las voces de sus ciudadanos».
El régimen cubano ha insistido que ninguna persona fue sancionada por manifestarse pacíficamente ni por su forma de pensar y que tampoco fueron sancionados menores de edad, una narrativa que hoy se muestra diferente a la agresiva exhortación de Díaz-Canel hace dos años.
Las propias grabaciones difundidas por los manifestantes aquel día sirvieron posteriormente a la Seguridad del Estado para identificar a los participantes. Grupos de derechos humanos estiman que más de 1.700 cubanos fueron detenidos de los cuales más de 700 permanecen en la cárcel. Más de 900 fueron procesados y sancionados, mientras varios centenares han salido al exilio desde entonces.
Más de 140 000 cubanos han migrado a Estados Unidos desde octubre de 2021, según informó el gobierno norteamericano.
Como continuidad a la tradicional política de usar a los disidentes presos como moneda de cambio que durante años ejecutó Fidel Castro, se especula que Díaz-Canel concretó en su reciente visita al Papa Francisco el trueque de «la bendición al poder cubano» por la excarcelación y posible destierro de un buen número de opositores.
Este lunes legisladores de los Partidos Republicano y Demócrata participaron en Miami, en el Museo de la Brigada 2506, en una mesa redonda sobre el futuro de Cuba a propósito del 11 J y adelantaron negociaciones que se llevan o llevarán a cabo en el Congreso de los Estados Unidos sobre más sanciones al gobierno de La Habana y más fondos para conseguir un cambio democrático con énfasis en las comunicaciones.
La policía política cubana como una de las lecciones aprendidas el 11 J tiene como agenda prioritaria el «apagón nacional de la Internet» para cortar cualquier indicio organizacional de protestas en todas las ciudades a través de la Isla un control que imperó este martes en las calles para evitar «nuevos disturbios» con gritos de «libertad» y «tenemos hambre» en momentos en que la crisis económica apretó tuercas con una inflación descomunal,y más desesperación para conseguir alimentos esenciales, transporte público, medicinas,y la «continuidad» de los apagones.
Una depauperada situación social se ha recrudecido en la Isla en estos 24 meses mientras se consolida una nueva clase pudiente descendiente , como regla, de parientes y amigos del poder actual e histórico bendecidos con las apuestas a los negocios privados.
