Luego de finalizado la práctica de goleo en que se convirtió el partido de fútbol entre las selecciones de Cuba y Rusia, un hecho inusual capturó la atención del mundo deportivo. El joven futbolista cubano, Fabian Gloor, uno de los «legionarios» llamados a última hora por el alto mando cubano, se encontró en una situación poco común y bastante incómoda al no poder intercambiar su camiseta.
Al finalizar el partido amistoso contra Rusia que terminó con goleada de 8 a 0 favorable a los rusos, y tras el tradicional intercambio de camisetas, Fabian Gloor no pudo participar en este gesto de deportividad y camaradería porque, sorprendentemente, era la única camiseta que tenía.
Fabian Gloor, un joven nacido en Cuba e hijo de madre cubana y padre suizo que ha desarrollado su carrera futbolística en la nación europea, no pudo intercambiar su camiseta, un gesto que a algunos le pudo parecer poco amistoso y hasta descortés, pero que para aquellos entendidos en la materia, más que todo pone de relieve las disparidades entre las naciones en términos de recursos disponibles para sus equipos deportivos.
El video, divulgado en la cuenta oficial de Instagram del equipo ruso, es más que elocuente.
En el video se le escucha decir al cubano que lo disculpe, pero que no tiene ninguna otra camiseta, si le da esa.
El deportista ruso que le dio la suya, lo entendió rápidamente. Sin embargo, otro que estaba allí, quedó con cara perpleja y hasta pareció insistir en que el cubano respondiera al gesto.
Un entrenador ruso presente en el fallido intercambio de camisetas, le deseó al cubano «Buen Viaje», y ahí mismo se despidieron todos.
Mientras en muchos países las camisetas y el equipamiento deportivo son abundantes y fácilmente reemplazables, en otros, como Cuba, los atletas deben hacer frente a limitaciones significativas y hasta hacer gala de la «resistencia creativa» para eludir el compromiso del intercambio.
Así le sucedió, por ejemplo, al futbolista cienfueguero Juan Carlos Llorente hace ya varias décadas, cuando tras haber marcado de manera absolutamente asombrosa al delantero norteamericano Landon Donovan, «debió esconderse» a fin de no tener que cambiar su camiseta ante un insistente Donovan, que no entendía cómo aquel hombre que lo había marcado ferreamente no quería intercambiar su camiseta con él. Otros futbolistas han referido que muchísimas veces debieron lavar las camisetas porque eran las mismas que se pondrían en un próximo partido.
Estos incidentes destacan las dificultades que enfrentan algunos deportistas en países con recursos limitados; y en el caso de Cuba, refleja la falta de equipamiento adecuado para sus atletas, una situación que va más allá de lo deportivo y habla de las realidades económicas y sociales del país.
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