El protagonista de una de las imágenes icónicas de las manifestaciones del 11J en Cuba, Elías Rizo León, de 16 años, logró salir de la isla junto a su familia rumbo a Rusia y acaba de llegar a Madrid, la capital de España.
Hasta el momento se desconocía la identidad del adolescente que aparece en una de las fotos más famosa de las protestas, alzando una bandera cubana de pie sobre un auto de policía volcado en la calzada de Diez de Octubre.
Rizo se unió a las manifestaciones tras la comparecencia del presidente Miguel Díaz-Canel en la televisión cubana. Llevaba la bandera escondida bajo su pulóver.
«Me dije es el momento, es ahora o nunca, nos reviramos en contra de ellos, y así fue», declaró el adolescente a Cibercuba.
«Lo primero que hay que conocer es que yo soy un cubano patriota y estoy orgulloso de haber nacido en Cuba, y que a pesar de la historia que tiene Cuba, eso a mí no me resta ni me deshonra, los enemigos son ellos, ellos son a los que hay que expulsar», afirmó Rizo y confesó que en principio tuvo la intención de unirse al grupo que protestaba en el Malecón habanero.
Pero cuando salió a la calle el 11j se encontró con los enfrentamientos entre las fuerzas del orden y los manifestantes en el municipio de Diez de Octubre y ahí decidió quedarse allí.
«Estuve en el punto más caliente, donde estuvieron disparando (a quienes protestaban), en Vía Blanca con la intersección de Santos Suárez», contó el adolescente.
De acuerdo con su relato los manifestantes respondían con piedras a los disparos. Él gritó «abajo el comunismo, malditos sean los comunistas, patria y vida y libertad para Cuba», fue entonces cuando vió cómo volteaban la patrulla, cuyos policías habían huido antes.
Elías se trepó al carro con la bandera manchada de su propia sangre, tras herirse con un vidrio del propio vehículo.
«Es mi bandera, con mi sangre, con la sangre de nosotros, los cubanos», relató orgulloso, y añadió que sobre ese símbolo de la “represión” gritó «patria y vida» y «libertad».
La madre cuenta que tras la protesta del 11J y la represión mantuvo a su hijo escondido. No reveló su paradero a las autoridades a pesar de las presiones y la vigilancia.
“Es mi hijo, lo parí yo y no lo voy a entregar», dijo a sus abogados entonces. Hizo bien.
La mayoría de los jóvenes detenidos a raíz del estallido social del 11J ya fueron condenados a varios años de prisión, algunos de ellos pasarán más tiempo tras las rejas que lo que han vivido.
