11J, un día del 2021 que sigue estremeciendo a Cuba

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El 11 de julio de 2021, inmortalizado como 11J en los imaginarios políticos cubanos, representó para el pueblo un hito en el cambio radical que se venía produciendo en su cultura cívica y política desde 2019, cuando indistintamente, varios grupos decidieron reclamar derechos a las instituciones estatales con manifestaciones masivas como respuesta a los habituales indiferencia y estatismo de las autoridades ante sus peticiones y demandas.

Las protestas antes de las protestas del 11J

Los luchadores por los derechos de los animales plantaron cara a las instituciones responsables del bienestar animal con marchas y protestas frente a los ministerios y otras entidades correspondientes. La comunidad LGTBIQ+ desafió con una marcha no autorizada la decisión oficial de no hacer ese año la parada conmemorativa del 17 de mayo, concluyendo en varios actos de represión violenta por parte de las autoridades y sus partidarios que resultó suerte de avance de lo que vendría.

El 27 de noviembre de 2020 o 27N y luego el 27 de enero de 2021 o 27ENE, cientos de artistas e intelectuales cubanos se manifestaron frente al Ministerio de Cultura. Foto Foto Facebook / 27N

El 27 de noviembre de 2020 o 27N y luego el 27 de enero de 2021 o 27ENE, cientos de artistas e intelectuales cubanos se manifestaron frente al Ministerio de Cultura, revelando una vez más que la respuesta de los funcionarios sería la violencia y la intolerancia mal disfrazadas de intransigencia revolucionaria. Siempre bajo la justificación de que el gobierno de los Estados Unidos y sus agencias injerencistas estaban detrás de todo acto de sedición contra el poder en Cuba, contra la Revolución.

Hasta ahora, esa ha sido la posición oficial de los gobernantes cubanos: deslegitimar toda iniciativa política o cívica que contradiga sus ordenanzas, desde su descalificación de acto anexionista, anticubano, mercenario. Así se anula la pertinencia y la justeza de cualquier reclamo.

El 11J Cuba gritó “Patria y Vida”

El domingo 11 de julio, las protestas callejeras dejaron de ser patrimonio de grupos específicos, para convertirse en el método de lucha de todo un pueblo, empujado a las calles por una crisis económica insoluble hasta este minuto, alimentada sobre todo por la incapacidad del gobierno que la provocó y el embargo, para proveer a la población de los productos necesarios para la subsistencia más elemental y hasta del dinero para pagar los escasos productos de una “canasta” que aunque ha sido calificada de “básica” no es base sólida de nada, como tampoco lo es la limonada.

El fracaso corona decisión tras decisión de las autoridades, la Tarea Ordenamiento solo aceleró la crisis, la inflación y las grandes diferencias sociales. Las colas solo saben multiplicarse, llenas de violencia, hambre y desesperación.

“Patria y Vida” sintetizó la aspiración de muchos cubanos frente la opción de “Patria o Muerte” que siempre se le dio al pueblo. Foto DW.

El 11J, las masas, hasta ahora calladas y aparentemente obedientes, fieles a la Revolución, según el discurso oficial, dijeron un contundente un “basta” a las erradas estrategias del gobierno. Se hartaron de las carencias y se lanzaron a pedir nuevos rumbos para la nación, sin más líder que una consciencia colectiva madurada a fuerza de sufrimiento y pobreza.

Y la certeza de que la escasez solo se iba a acabar con el fin del actual estado de cosas en el país. Por eso el grito de Libertad fue uno de los que más se oyó, seguido de Patria y Vida, consigna popularizada por el tema musical homónimo estrenado en mayo por los músicos Yotuel Romero, Gente de Zona, Descemer Bueno, Maykel Osorbo y El Funky, y que en pocas horas se popularizó entre millones.

Patria y Vida acústica, será interpretada en Latin Grammy
El grito de Libertad fue uno de los que más se oyó, seguido de Patria y Vida, consigna popularizada por el tema musical homónimo estrenado en mayo por los músicos Yotuel Romero, Gente de Zona, Descemer Bueno, Maykel Osorbo y El Funky, y que en pocas horas se popularizó entre millones.

“Patria y Vida” sintetizó para muchos la nueva Cuba que se necesita, contra la opción de “Patria o Muerte” que siempre se le dio al pueblo. La inclusión contra la exclusión. La Patria y la Vida a la vez, con todos y para el bien de todos. Patria ha tenido desde entonces un nuevo significado para una parte de los cubanos, lejos de los significados oficialistas que durante seis décadas le han dado desde ell poder.

Patria es más que Revolución, más que Partido, más que Gobierno, más que Fidel Castro, más que Díaz-Canel, más que Socialismo. Cuba es una dimensión superior de la estos “episodios” y “tendencias” son solo partes, nunca el todo que han querido hacer ver, como si no hubieran más destinos para el país, ni más opciones para su pueblo.

Las manifestaciones empezaron en San Antonio de los Baños

La sorpresiva manifestación de San Antonio de los Baños, en la actual provincia de Artemisa, sorprendió a todos esa mañana de domingo, y a la vez se esparció como un fuego arrollador por todo el archipiélago.

Por primera vez en la historia de Cuba, un movimiento libertario se iniciaba tan al Occidente. El Oriente de los mambises respondió enseguida y a las pocas horas Palma Soriano se lanzó a las calles. Luego todo fue casi simultáneo. Santiago de Cuba, Santa Clara, Ciego de Ávila, Camagüey, Bayamo, Guantánamo, San José de las Lajas, Holguín, Cárdenas, Cienfuegos, La Habana. Miles en las calles.

Jóvenes reclutas del SMO en Cuba
Tropas especiales dirigen a grupos paramilitares, armados con palos.

Las redes sociales resultaron muy útiles vías para correr la voz con una celeridad que paralizó al gobierno durante varias horas. Los funcionarios, las autoridades, estaban esperando unas órdenes operativas que siempre demoran en un sistema político militar verticalista, donde solo mandan unos pocos, donde solo piensan unos pocos. Y el resto obedece. Frente a estos, un pueblo que piensa con cabeza propia, sin líderes distinguibles, sin cabezas que cortar para eliminar la amenaza. Esa es el mayor desasosiego que trajo el 11J para el poder en Cuba, que mide todo según sí mismo. Un poder que necesita de un líder aunque ya este haya muerto hace un quinquenio. Pero al no haber rey puesto, hay rey muerto.

Protestas
Protestas en Cuba. Foto Perfil de FB Yojoa Noticias Hoy

“Nos quitamos el ropaje del silencio”, grita una anciana de más de 80 años frente al Capitolio de La Habana, entre miles que repletaron la amplia calle. Fotos de Fidel que se desgarran, muchas banderas cubanas. Son inevitables algunos actos violentos. Algunas tiendas en MLC con vidrieras rotas y saqueadas, una patrulla policial volcada en la habanera Esquina de Toyo, que generó una de las fotos más difundidas de los acontecimientos.

Díaz-Canel va a San Antonio y da la «orden de combate»

Díaz-Canel decide ir a San Antonio a tratar de aplacar los ánimos, quizás como hiciera Fidel Castro en agosto de 1994, cuando en medio del Maleconazo desembarcara en medio de la multitud exaltada y lograra un efecto favorable al gobierno.

Díaz-Canel comparece ante las cámaras sobre las 4:00 de la tarde del mismo 11J, rodeado de periodistas fieles. Es una supuesta conferencia de prensa. Cuenta que fue a San Antonio, obvia que le tiraron pomos de agua y dicta una frase que no se olvida: ordena que “los revolucionarios” salgan a la calle a defender la Revolución. “La orden está dada”, replican muchos partidarios en sus redes sociales. Aunque luego otros tantos borraron las publicaciones beligerantes.

Díaz-Canel llegó cuando ya se habían acabado las protestas mayores en el pueblo, acompañado de numerosos camiones de Avispas Negras, tropas de élite cubanas, ya ni se sabe si militares o policiales. En Cuba es lo mismo. Se rodeó de seguidores, y aun así le tiraron pomos de agua de acuerdo a videos publicados en redes sociales Hace casi cuatro años, cuando un tornado devastó parte de La Habana, no pudo ni bajarse del auto presidencial ante la indignación popular de los desposeídos que nada tenían que perder.

Díaz-Canel decide ir a San Antonio de los Baños a tratar de aplacar los ánimos. Foto Radio Ángulo

Todo quedó grabado. Ya nada puede ocultarse. Otra frustración para un poder que siempre ha sido en silencio, que siempre ha ocultado en las sombras y el silencio lo que no le conviene. Luis Manuel Otero Alcántara, José Daniel Ferrer y otros han salido ya en la televisión nacional, el 27N mereció un programa especial. La oposición ya merece la movilización de seguidores e ideólogos ante las cámaras para dedicar horas de comentarios y acusaciones. Merece hasta un programa regular como Con Filo. Merece ser reconocida que existe. Aunque sea sobre acusada y satanizada, la oposición existe en el mapa de Cuba que traza el gobierno. Ya nunca más.

La violencia “revolucionaria” se desata. Muere un joven baleado por la espalda

Las protestas, pacíficas en un 99% hasta entonces, se vuelven violentas con la intervención de los “revolucionarios” armados de palos gruesos, y las tropas policiales y militares que agreden a los manifestantes. Muchos tratan de llegar a la Plaza de la Revolución, y en las calles cercanas se encarnizan los enfrentamientos.

Muere en el barrio La Güinera, de un tiro por la espalda, un joven cubano, desarmado. Se llamaba Diubis Laurencio Tejeda. Otro cinco o más son heridos. El subteniente Yoennis Pelegrín Hernández supuestamente fue juzgado por este homicidio, pero no hay muchos datos al respecto.

Diubis Laurencio Tejeda. Foto tomada de Cubanet

El gobierno también reconoce la muerte, aunque la parchea con miles de justificaciones y trata de desprestigiar todo lo que puede a la víctima, tildándolo de delincuente con antecedentes. La familia insiste en lo falso de las imputaciones. El gobierno no reconoce otros numerosos actos represivos con altos prejuicio contra ciudadanos cubanos. Un cubano es baleado dentro de su casa, frente a un hijo pequeño.

Comienzan a difundirse en las redes fotos ensangrentadas. Fotos de brazos retorcidos. Fotos de personas empujadas con fuerza dentro de patrullas. Fotos de palos en alto. Fotos de intolerancia y odio. Fotos de fotógrafos ensangrentados. Fotos de golpizas a adolescentes. La libertad comienza a cobrar un precio cada vez más alto para los cubanos.

Los intelectuales y artistas piden minutos frente a las cámaras al ICRT

Un grupo de intelectuales y artistas acuden a las puertas del antiguo Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), liderados por el dramaturgo y activista Yunior García Aguilera, quien había convocado la sentada del 27N. Piden apenas unos 10 o 15 minutos frente a las cámaras para quienes piensan diferente, para quienes tienen que objetarle muchas cosas al gobierno, para quienes tienen derecho a expresar esos desacuerdos.

desaparecidos en Cuba por protestas
Un grupo de intelectuales y artistas acuden a las puertas del antiguo Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), liderados por el dramaturgo y activista Yunior García Aguilera, quien había convocado la sentada del 27N. Piden apenas unos 10 o 15 minutos frente a las cámaras para quienes piensan diferente Foto: Yunior García Aguilera en Facebook

Los funcionarios de la entidad responden violentamente. Les hacen un “acto de repudio”. Leo Fernández Otaño, católico practicante, se arrodilla a rezar en medio de los gritos y las ofensas. Los acusan, como ya es costumbre, de mercenarios, de anexionistas. Llega la policía y sube violentamente a los jóvenes a un camión de basura. Los mantiene en prisión durante casi dos días. Es el principio de la que será la plataforma cívica Archipiélago, que convocaría luego a la marcha del 15N.

Tras el 11J, la prisión y la violencia

Luego de los sucesos del 11J, el gobierno cubano no se ha sentido más seguro. Nunca más. Las avispas negras, las tropas de uniforme verdeolivo y boinas rojas, y los grupos de policías apostados en las esquinas, ya no para velar la organización de las colas, son parte del paisaje urbano habitual de La Habana, sobre todo. Los “desfiles” de patrullas y camiones llenos de oficiales son casi diarios.

Entre col y col, tímidos intentos de los funcionarios por entablar cierto diálogo con los cubanos más “vulnerables” y desfavorecidos, en los barrios más pobres, donde la Revolución triunfante y feliz no parece haber llegado. Donde parecen pervivir los paisajes tristes de las fotos tomadas hace más de medio siglo, como prueba de la pobreza en que Batista mantenía a los cubanos. Hay intentos de mejorar las condiciones. Pero la realidad es que no hay leche en polvo, no hay carne suficiente, abundan las colas, el dinero cubano no vale nada. Peor que antes del 11J.

Casi dos mil cubanos detenidos por el simple hecho de haber salido a manifestarse a las calles, y por haber filmado las protestas con sus celulares, por haber hecho “directas” de Facebook durante el 11J. Permanecen aún en las cárceles más de 700. Es una cacería de brujas donde se revisan los videos y las fotos una y otra vez para identificar rostros y apresarlos. No importa si son menores de edad, no importa si tienen retardo mental, no importa si son mujeres con niños lactantes. La Seguridad del Estado busca desesperadamente líderes, cabezas pensantes que cercenar para eliminar la amenaza. No se encuentran. Las cárceles comienzan a quedar chicas para tanto cubano preso por cuestiones políticas.

La búsqueda de la justicia en Cuba está cada vez peor.
Hay familias con varios presos. Padres y madres con varios hijos presos. Se está gestando un nuevo movimiento cívico compuesto con estas víctimas colaterales de la represión que planta cara por sus parientes.

Inicialmente se les acusa a los manifestantes de desacato a la autoridad, instigación a delinquir, propagación de epidemia, y otras causas civiles. Hace unos meses surgió el cargo de sedición, que en el Código Penal puede llegar a penarse con la muerte por fusilamiento.

El gobierno acepta tácitamente que tiene presos políticos, aunque Díaz-Canel siga repitiendo a los Pastores por la Paz estadounidenses que en Cuba no hay presos políticos. Pero sedición es un crimen de guerra, de un país en guerra. No tiene acepciones en el diccionario que permitan aplicarlo a la esfera criminal. Los presos por el 11J son presos políticos, a los que se les están aplicando penas de más de 20 años, equiparadas con las condenas de los asesinos.

Hay violadores y pedófilos en libertad condicional y reducciones de condena que se pasean por las calles de Cuba. Y a muchos presos políticos les niegan hasta la reclusión domiciliaria.

Hay familias con varios presos. Padres y madres con varios hijos presos. Se está gestando un nuevo movimiento cívico compuesto con estas víctimas colaterales de la represión que planta cara por sus parientes. Ya hay cartas, huelgas de hambre, pequeñas manifestaciones. Pronto pueden suceder nuevos levantamientos. En realidad el gobierno no ha hecho nada para calmar los ánimos. Solo escarmentar con furia ciega a los que se atrevieron a desafiarlo. Trata de sofocar, de cortar de raíz. Pero después del 11J Cuba es otra. Y el poder lo sabe. 

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