Uno de los manotazos lo propinó el Ministro de Cultura de Cuba. El otro, un vocero gubernamental.
Por estas fechas se cumplen ocho meses y todo un aniversario, de dos manotazos que han hecho historia dentro de la historia más reciente de Cuba.
El primero de ellos ocurrió el 27 de enero del 2021 frente a las puertas del Ministerio de Cultura. El protagonista indiscutible – aunque hubo otros manotazos, empujones, golpes y arrestos, en los que participaron figuras de peso cultural y político dentro de Cuba, como es el caso de Fernando León Jacomino – fue el Ministro de Cultura, Alpidio Alonso. Meses después, en mayo del 2021, ocurrió el segundo. El protagonista fue el vocero del gobierno en la televisión cubana, el abogado de municipio y pretendido presentador, locutor y analista, Humberto López.
En el primero de los manotazos, el primer golpeado fue el periodista independiente Mauricio Mendoza. El joven periodista cubano lo resumió así: «Alpidio Alonso me tiró un manotazo y me quitó el móvil». En el segundo de los manotazos la golpeada resultó ser una mujer: Yeilis Torres.
Madre de Yeilis Torres pide su libertad tras ocho meses en prisión por incidente con Humberto López
En mayo del 2021 la activista y miembro de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), Yeilis Torres, presuntamente fue avisada o puesta en conocimiento de que el vocero del gobierno cubano en la Televisión estatal, Humberto López, le estaba siendo infiel a su pareja, con un(a) amante en un edificio cercano a su vivienda.
Yeilis, que como miles de cubanos había estado presenciando en la TV durante días las intervenciones de López donde, aparentaba ser el cum laude de la honestidad revolucionaria, decidió grabarlo a la salida del edificio donde, presuntamente, había acabado de sostener relaciones con su amante. Yeilis lo saludó y le hizo una pregunta relacionada con su acto de infidelidad:
«¿Qué se siente?»
Inmediatamente López la agredió. Intentó, tal y cómo había tratado de hacer meses antes Alpidio Alonso con Mauricio Mendoza, arrebatarle el teléfono. Yeilis, víctima de la agresión, apenas pudo librarse de la golpiza, y emprendió una carrera hacia su casa, para protegerse.
Tres días después, el 11 de mayo de 2021 fue detenida y trasladada al centro penitenciario de 100 y Aldabó. Allí la acusaron de «atentado» contra el presentador y vocero oficialista.
Ocho meses después de lo sucedido, Marisol Cruz Zaldívar, madre de la prisionera política cubana Yeilis Torres Cruz, exigió al régimen la liberación de su hija.
«Libertad para mi hija, Ya», clamó en la red social, su madre.
Añadió que su pequeño nieto, el hijo de seis años de Torres Cruz «todos los días pregunta ¿cuándo viene mi mamá?»
«¿Dónde están los derechos de un niño?,» se preguntó la anciana, «(…) que solo por su madre hacer una directa y hacer una pregunta, se le prive de su libertad», agregó.
«Espero que pronto se pueda salir de esta pesadilla. Ya es hora de que mi hija esté libre», dijo la madre de Yeilis Torrez Cruz sobre injusto su encierro.
Según las imágenes, borrosas y confusas, quien debería estar tras las rejas era el el también miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), que fue quien se abalanzó sobre la mujer para arrebatarle el teléfono. Fue Yeilis quien recibió manotazos. Quien presentaba arañazos.
Yeilis se encontraba sola en ese momento. Nadie se presentó como su testigo. Humberto tuvo a su favor la declaración de un testigo. El taxista que lo acompañaba, quien según testigos que se negaron a declarar por temor a represalias, participó en la persecución e intento de arrebato del télefono de Yeilis.
Su nombre es Liván Zamora.
Fue Yeilis, y no Humberto, quien se presentó con las evidencias en su teléfono y en su rostro y cuello, a la unidad policial correspondiente para abrir una demanda contra López. La llamada «justicia revolucionaria» sin embargo, le tenía preparada una sorpresa. No solo no le aceptaron la denuncia, sino que ella terminó con una orden de arresto domiciliario y una acusación en su contra por el delito de atentado.
Después fue finalmente detenida y fue trasladada a la prisión y privada de sus derechos más fundamentales.
Baste decir que Yeilis lleva ocho meses en espera de un juicio que aún no se ha celebrado.
Humberto López, el aprendiz de Alpidio Alonso.
Han pasado 12 meses. No pocos artistas cubanos, aparte de los «atrincherados» de siempre – Israel Rojas, Raúl Torres, Arnaldo «Talismán» – han continuado su vida normal y hasta han acudido al Ministerio y han seguido con su vida cultural de siempre en Cuba, más allá de los manotazos y de – también, y más que nada – el 11 de julio.
Otros, como Tania Bruguera, denuncian al paño tirado al Ministro.
Otros, los más, sin embargo, afiliados o no al Movimiento 27N, reiteran, a un año de los hechos su pedido: la dimisión de Alpidio Alonso como máximo representante del Ministerio de Cultura.
En un comunicado posteado en Facebook hace apenas unas horas, el grupo 27N señaló que «Alonso debe dimitir o ser destituido de su cargo por su acto de agresión». Doce meses después del primero de los manotazos en la historia de los últimos doce meses en Cuba,
A un año del 27ENE, cuando el ministro cubano de Cultura, Alpidio Alonso, agredió a un grupo de artistas y periodistas independientes frente a la sede del organismo, los jóvenes reiteraron el pedido de su dimisión del cargo del funcionario.
La declaración emitida es explícita y clara: «Alonso debe dimitir o ser destituido de su cargo por su acto de agresión».
Bajo el título de «No olvidemos el manotazo» – a tenor de artistas que lo han olvidado y continúan su relación «normal» con el Ministerio y el Ministro de Cultura – los jóvenes plantean:
«Hoy hace un año, diecisiete miembros de la comunidad artística cubana sufrimos un ataque físico dirigido por el ministro de cultura Alpidio Alonso y el viceministro Fernando León Jacomino. Acudimos al Ministerio porque una de las miembros de nuestro grupo tenía una reunión con los funcionarios, en cumplimiento de las demandas que se hicieron el 27 de noviembre de 2020.
«También quisimos dejar constancia de nuestra preocupación porque los agentes de la policía política, conocida como Seguridad del Estado, no permitieron que Tania Bruguera nos acompañara (debido a que fue interceptada y detenida por la Seguridad del Estado).
«Mientras esperábamos fuera del ministerio, leímos poemas de José Martí en honor a su cumpleaños, nuestros compañeros y como acto de denuncia ante al abuso y la represión. En lugar de entablar un diálogo racional, los funcionarios del ministerio cargaron contra nuestro grupo de forma agresiva, arrancando el teléfono del periodista Mauricio Mendoza de su mano y empujando a otros a la fuerza.
«Decenas de agentes de seguridad obligaron a la fuerza a nuestro grupo a subir a un autobús mientras una turba progubernamental abucheaba desde el edificio adyacente sede de la Federación de Mujeres Cubanas, al otro lado de la calle.
«Varias mujeres entre nosotros fueron maltratadas en el autobús. Los gritos se pueden escuchar en las grabaciones que se hicieron durante ese viaje en autobús. Los miembros del grupo fueron retenidos durante horas en una estación de policía y sometidos a duros interrogatorios y amenazas antes de ser liberados.
«Se supone que los representantes del gobierno cubano deben tener un alto nivel de conducta y deben ser capaces de discutir desde el espacio del lenguaje sin recurrir a la violencia; pero no fue el caso de Alpidio Alonso y el resto del funcionariado cultural. El 27N ha estado solicitando al gobierno la destitución de los Alonso Grau durante todo el año, sin éxito.
Y concluyen expresando:
«El 27N sostiene que Alpidio Alonso debe dimitir o ser destituido de su cargo por su acto de agresión».
Han transcurrido un año, en un caso, y ocho meses, en otro caso, de dos manotazos que denotan el proceder de una parte de la clase política de Cuba y su «intransigencia socialista». Dos manotazos que fueron dados por funcionarios con altos cargos en Cuba, y que todavía no han sido correspondientemente sancionados.
tal vez quieras leer: Crisis impulsa migrantes hacia los Estados Unidos
