El consumo de bienes y servicios por parte de los cubanos se desplomó más de la quinta parte de los datos registrados antes de la implementación de la Tarea Ordenamiento, de acuerdo con estadísticas difundidas por el economista Pedro Monreal.
“Pudiera estimarse una contracción de 22% en las ventas reales de bienes y servicios en pesos cubanos entre enero de 2021 y septiembre de 2022. Es una crisis grave del consumo familiar, un lastre para el crecimiento económico, y un ingrediente de desigualdad y pobreza”, afirmó el experto en su cuenta de Twitter.
Según Monreal, “al ser expresados en términos nominales (sin descontar la inflación), los datos oficiales de ventas de bienes y servicios en moneda nacional (comercio minorista, gastronomía y servicios) ofrecen una visión “suavizada” de la realidad del consumo”.
El destacado economista explicó que las curvas del consumo nominal y real ascendieron de forma diferente en 2021, pero un año después el consumo real se desplomó de manera constante a causa del aumento acelerado de la inflación y el estancamiento de los salarios.
“El incremento del salario medio en 2021, variable ‘controlable’ del programa de ‘ordenamiento’, fue mayor que la inflación del consumo, tanto la oficial como la de otras fuentes”, explicó el especialista, y añadió que muy pronto se hizo evidente la falta de control sobre el incremento de los precios.
Precisó que en 2022 las dinámicas de salario e inflación “se revirtieron dramáticamente”: el índice de precios al consumidor (IPC) creció casi 4,5 veces más que el salario medio, de acuerdo con datos oficiales.
Aunque otras fuentes especializadas indican un alza de precios siete veces superior al incremento salarial en la isla.
Cuba atraviesa su peor crisis económica de las últimas tres décadas, un panorama marcado por la escasez de alimentos, de productos vitales y bienes de toda clase que cuando reaparecen en las estanterías de tiendas estatales y privadas —o en el mercado negro— se venden por precios astronómicos.
El economista señaló que una tendencia sostenida de contracción de las ventas reales de bienes y servicios, o su estancamiento, “no sería compatible con el crecimiento económico”. Detalló que el consumo de hogares es un componente crucial de la demanda, que representa alrededor del 57% del producto interno bruto (PIB) del país.
“No existen datos oficiales sobre pobreza y desigualdad, pero con la información de que más de 1 millón de trabajadores gana menos que el salario medio, es plausible asumir que la inflación ha tenido un gran impacto negativo en la pobreza y en la desigualdad en Cuba”, advirtió Monreal.
