Beatriz Johnson se subió ayer a varias placas para aplacar al pueblo y se ha ganado motes de «aplacadora», «la gata en los tejados» etc.
Ayer 17 de marzo de 2024, la ciudad de Santiago de Cuba fue escenario de una serie de protestas que marcaron un capítulo más en la creciente insatisfacción ciudadana dentro de la isla. La presencia de Beatriz Johnson, primera secretaria del Partido Comunista en Santiago de Cuba, en estas manifestaciones, añadió una capa de complejidad a los acontecimientos, por ser la imagen de la reacción del gobierno frente a las demandas del pueblo, en respuesta a los desafíos internos que enfrenta el país y como «estratega oficial» para contener el descontento popular en Santiago de Cuba.
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La crisis energética en Cuba, manifestada en prolongados y frecuentes apagones, ha agudizado el descontento en varias localidades de la isla, incluyendo Santiago de Cuba.
Las protestas en esta ciudad no fueron eventos aislados, sino parte de una ola de manifestaciones que se extendieron por otras regiones, incluyendo la ciuda de Bayamo, fundamentalmente, aunque hubo manifestaciones aisladas en Santa Marta (Cárdenas) y Bayamo, en Granma.
La respuesta del gobierno a estas protestas fue multifacética. Por un lado dieron «permiso» a que cuentas de medios (des)informativos y periodistas comprometidos publicaran cientos de post con fotos de la ciudad donde viven – y no viven también – resaltando la tranquilidad de las calle. Notorio es la publicación hecha desde el CNC TV Granma que, con la ciudad revuelta, a las 8 y media de la noche – cuando ya era de noche incluso – publicaba esto:
También el régimen optó por apaciguar las voces de disconformidad mediante la presencia de altos cargos políticos en el terreno. En Santiago de Cuba, particularmente, con la presencia y participación in situ de Beatriz Johnson, la Primera Secretaria del Partido Comunista de Cuba en la «zona cero».
La funcionaria se dirigió al pueblo en tres ocasiones en tres lugares distintos. Mientras los habitantes, agobiados por la falta de servicios básicos como la electricidad, elevaban sus voces en protesta, Beatriz Johnson, buscó una posición de más altura, para dirigirse al pueblo sublevado, y optó por subirse a las placas – los techos – de tres casas distintas, adoptando en teoría, acercar al gobierno a sus ciudadanos.
Este gesto de treparse a una placa ha sido interpretado por muchos como una maniobra simbólica que dista mucho de resolver los problemas subyacentes que enfrenta la población, pero también por aquellos que de todo «sacan lasca».
Así, a la Johnson, le han puesto en menos de 24 horas el mote de «la aplacadora». Un curioso híbrido lingüistico-semántico entre el hecho de subirse a una placa y aplacar al pueblo.
El mote asignado a Beatriz Johnson – a quien según imágenes se le gritó de todo («mentirosa», «no te queremos», «no queremos muela», alternados con gritos de Libertad, entre otros) no solo captura la percepción pública de su rol durante estas protestas, sino que también refleja la idiosincracia del cubano.
Una fuente, que asegura haber seguido todos los movimientos de la Johnson esa tarde, así lo hizo saber más adelante, y la información llegó a los oídos de activistas como Lara Crofs. De inmediato sus seguidores dieron rienda suelta a su imaginación, achacándole motes como «la aplacadora», «la gata por los tejados», «la gata en placa», «la alpinista» y otros. Lara, por su parte, dijo que la 1ra Secretaria parecía no teletransportarse, sino «placatransportarse».
Por su parte, el periodista Mario J. Pentón «aseguraba» esta mañana, que Beatriz Johnson debió amanecer hoy con dolor en los huesos, por el esfuerzo físico de treparse a tantas placas para dar muela (hablarle al pueblo).
La exigencia de «corriente y comida» por parte de los manifestantes encapsula las demandas básicas y fundamentales que el gobierno ha fallado en satisfacer, evidenciando una brecha entre las prioridades del Estado y las necesidades inmediatas del pueblo, y forma parte de una crítica más amplia a la respuesta gubernamental ante la crisis, que al menos en el primer barrio donde estuvo resultó eficaz: enviaron un camión con arroz, otro con productos lácteos y azúcar a la bodega. Además, pusieron la corriente.
La situación en Santiago de Cuba es un reflejo de una crisis más profunda que atraviesa la isla, marcada por la escasez de alimentos, cortes de electricidad y una economía en dificultades.
Estas manifestaciones, y la respuesta a ellas, plantean preguntas críticas sobre la viabilidad de las estrategias gubernamentales para abordar el descontento popular y las condiciones materiales de la población.
La presencia de Beatriz Johnson en estas protestas en Santiago de Cuba, y su intento de dialogar con los manifestantes, aunque notable, subraya la complejidad y la urgencia de los retos que enfrenta Cuba en su camino hacia una estabilidad y prosperidad duraderas para todos sus ciudadanos.
