MIAMI.- Desde que llegó hace menos de medio mes a Estados Unidos, Yunior Morales no ha parado de deslumbrarse. Todo es nuevo, distinto. Poco tiene que ver con su Cuba natal, de la que tuvo que emigrar para evitar caer en una cárcel.
Entre el mar, la música de Diego El Cigala, la visita casi obligada al Versailles y cuántos mimos han podido ocurrírsele a sus familiares y amigos, el locutor cubano ha ido sanando las heridas del alma que trajo de la isla.
Claro, uno no se cura en un día del sufrimiento que dejan la censura y las amenazas que le hicieron las autoridades cubanas por criticarlas abiertamente, pero ha hecho grandes avances desde que se bajó del avión y oyó el “Welcome to the United States of America”.
Según adelantó a Cuballama Noticias el reconocido comunicador, se ha estado encargando de tramitar lo necesario para ajustar su estatus migratorio en el país que lo ha acogido, vivirá en Miami y ya cuenta con más de una propuesta para trabajar como locutor.
Aunque no sabe qué sucederá en el futuro, de lo que sí está seguro es de que algún día deberá volver a Cuba “para sacar los restos de mi madre”, y “hacer algo simbólico y bonito en su memoria”.
-¿Crees que hubieras terminado preso o volviéndote loco si hubieras seguido en Cuba?
-La Seguridad del Estado en Cuba y dos coroneles ya me habían citado para decirme que había pasado la raya y que podían tomar medidas conmigo y, según el nuevo Código Penal, meterme preso si seguía denunciando a través de las redes sociales. Incluso uno de los coroneles me dijo: “Yunior, sabemos lo qué pasó con tu mamá”, a lo que respondí: “La dejaron morir. No le pusieron los medicamentos ni el oxígeno que necesitaba”.
-¿Cuánto ha cambiado dentro de ti desde que saliste de la isla?
-En mí están sucediendo cambios para bien. Sigo comprobando cómo la dictadura cubana le miente al pueblo.
-Has sido testigo de una crisis migratoria sin precedentes en el hemisferio occidental. ¿Cómo describirías la situación de los migrantes que encontraste a tu paso sobre todo por México?
-La crisis migratoria es caótica. Multitud de cubanos están emigrando de su país por las mentiras del régimen, por las carencias y porque no se visualiza futuro en Cuba.
-¿Cuál fue el momento más tenso que viviste durante tu travesía hacia Estados Unidos?
-Cuando llegué al aeropuerto, porque temía estar regulado. Pero soy de esos casos que la dictadura prefiere tener lejos.
-El Observatorio Cubano de Derechos Humanos acaba de publicar un informe que señala que el 88% de los cubanos vive en pobreza extrema. ¿Cuál crees que es el mayor mal que los afecta?
-La mayor desgracia para todos los cubanos con vergüenza es el régimen, la maldita dictadura.
-La situación de precariedad empeora para los adultos mayores, que no pueden emigrar en masa como hacen los más jóvenes. ¿Qué puede esperarse para los ancianos que quedan en la isla?
-La juventud cubana piensa en cómo escapar. Salir del país es complicado para los ancianos, pero sobrevivir dentro también es muy duro. Para los más viejos el dinero alcanza menos y es mayor la desesperanza.
-¿Por qué has afirmado que nunca te tomarás la Coca Cola del olvido?
-Porque Cuba y su gente se llevan en el alma.
-¿Qué es lo que más te ha impactado de Estados Unidos hasta el momento?
-El desarrollo y cómo los cubanos demuestran que pueden crecer y prosperar lejos de su tierra natal sin olvidar a su familia.
-¿Qué harás a partir de ahora para recuperar el tiempo que has perdido?
-Deseo trabajar, hacer ejercicios, cuidarme mucho. Pero sobre todo preservar esos valores que no abundan y seguir defendiendo la verdad, porque “la honestidad no es confiable para los corruptos”.
