Muchos lo juzgan mal y acusan a Jim Cantore de «sensacionalista».
De lo que sí no hay dudas es que Cantore, se arriesga por dar la noticia en el verdadero ojo de las tormentas.
Cuando Ud. vea en la televisión a un reportero cubriendo las incidencias de un huracán en la Florida, y lo vea mojándose un poquito, o incluso bajo techo – o fabricando la noticia con una manguera y un chorro de agua – piense siempre en Jim Cantore.
En EE.UU. todo el mundo lo conoce. Algunos lo reconocen como el reportero loco, ese que sale en la TV reportando en el verdadero ojo de la tormenta; arriesgando su vida.
¿Cuántas veces lo ha hecho? Incontables veces. ¿Cuántos peligros ha sorteado? Cientos.
Jim Cantore ha visto su vida en peligro cientos de veces. En uno de sus famosos videos, estaba parado, y por su lado, a la altura de su cabeza, le pasó algo pesado que el viento arrastraba. Algo que, centímetros más a la izquierda, le hubiese impactado en el rostro y, probablemente hasta lo hubiese matado.
Salir a la calle, y pararse en el medio de una tormenta, con vientos azotándote con fuerza de cientos de kilómetros, requiere valor y requiere como mínimo ser un temerario. En EE.UU. podrá haber otros arriesgados, pero Jim Cantore es la estrella. El número uno. Sin discusión.
Ayer, vía Twitter, circulaba otro de sus famosos videos cual si fuera no un reportero, sino un verdadero caza tormentas.
Cantore protagonizó «su show» en Punta Gorda, Florida. La cámara, live, muestra la velocidad de los vientos en contra: 110 millas por hora.
En un momento de la toma hecha por su camarógrafo, Jim Cantore parece haberse quedado atorado en medio de la calle. La fuerza de los vientos era tal que no podía moverse, aunque muy probablemente estuviese cogiendo fuerzas para poder desafiar a los vientos de Ian que, en la zona donde él se encontraba, superaban fácilmente los 200 kilómetros por hora.
Y sí, se movió, y la rama de un árbol, pequeña, le dio en su pierna derecha y lo tiró al suelo. Casi. Cantore pudo reponerse. Luego llegó hasta la acera y se agarró de una señal de tráfico. Mientras, a su alrededor, la lluvia le daba en el rostro y los vientos rugían.
Habrá muchos en Telemundo, Univisión, que se arriesguen a salir y recibir un aguacero. Lo de Jim Cantore es de otro nivel.
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