En una serie de eventos que ha capturado la atención de Hollywood, un escenario acostumbrado al glamour y el cine por delante, pero con mucha intriga y suciedad por debajo de la alfombra, ha salido Billy Baldwin a emitir fuertes declaraciones contra Sharon Stone, marcando un nuevo capítulo en lo que parece ser una complicada relación entre las dos estrellas.
Esta controversia o tiradera – imagínense fuesen dos cantantes del género urbano – se desencadenó tras las impactantes revelaciones hechas por Sharon Stone horas antes sobre la presión ejercida por productores para que tuviera relaciones sexuales con su co-estrella en el filme «Sliver», con el objetivo de «salvar» la película.
Las declaraciones de Stone, que salieron a la luz a través de declaraciones de ella recogidas en medios de renombre como Deadline, Daily Mail y Variety, han sacudido los cimientos de la industria, poniendo en evidencia las prácticas cuestionables detrás de escena en Hollywood.
Según Variety, la actriz acusó al productor Robert Evans- ya fallecido – de decirle que tener sexo con Baldwin mejorararía la química entre ambos en pantalla, una afirmación que ha generado un debate sobre la ética y el profesionalismo en el cine.
Stone ya había mencionado este incidente en sus memorias, escritas en 2021, pero en ese entonces omitió el nombre de la persona que le insinuó se acostase «fuera del lente» con Billy Baldwin, para que las escenas de sexo que ellos tenían en Sliver fluyesen con más organicidad.
Tengamos en cuenta que Sliver sucedió cronológicamente a Instinto Básico, la película que fue un verdadero bombazo y catapultó a Stone a lo más alto de Hollywood convirtiéndola en una revelación y a la vez símbolo sexual. Stone, rubia y alocada en aquel film, se convirtió entonces en «la sustituta» de Kim Bassinger. En Hollywood siempre ha habido morbo con las rubias. Y gente como el fallecido Evans.
Sin embargo, Sharon Stone tenía sus ideas más claras. Para lograr lo logrado con Michael Douglas en Instinto Básico, ella no necesitó acostarse «fuera de foco» con el laureado actor, y el filme fue un verdadero éxito.
Ahora, no sabemos por qué, Billy Baldwin ha respondido vehementemente a las acusaciones de Stone, según informes de Page Six, amenazando con revelar información comprometedora sobre la actriz.
Baldwin alega sentirse herido por la actitud de Stone durante y después de la producción de «Sliver», insinuando que su reacción actual podría ser una respuesta a haber sido «rechazada» por él en el pasado.
Su post en Twitter, saca a la luz un trapo sucio de Stone, en el que según él, fue Stone quien le dijo a su amiga Janice Dickinson el día después del casting cuando él coincidió con ellas en un vuelo del MGM Grand de regreso a Nueva York «Voy a hacer que se enamore tanto de mí que le dará vueltas la cabeza».
¿Habrá oído Baldwin a Stone decir eso? ¿Dickinson se lo contó? ¿Se lo contó alguien más que lo escuchó? ¿Se lo inventó esa otra persona? ¿Dickinson? ¿Él mismo, Baldwin?
En las explosivas declaraciones de Stone ella no hace referencia a que Baldwin le hubiese pedido «el favor a Evans», para acostarse con Sharon, pero Baldwin ha salido a defender «su hombría» o quien sabe si el honor de su amigo ya muerto.
En todo caso recordemos que estamos hablando de una época anclada cuatro décadas antes de que el movimiento #MeToo llegase a Hollywood; momento en el que no pocos hombres de poder, y actores hombres, asumían de manera «normal» digamos, que las actrices eran objetos de su antojo. El caso Harvey Weinstein ilustra muy bien todo lo sucedido en el Hollywood de esos años, con actrices aspirantes a un papel, y aspirantes a actrices, acostándose con productores y figuras en general, con tal de abrirse camino en el emporio cinematográfico.
Expertos en la industria del cine y activistas por los derechos de las mujeres han condenado las prácticas descritas por Stone, argumentando que tales demandas no solo son éticamente reprobables, sino que también constituyen una forma de abuso de poder. Estas revelaciones han generado un llamado a una mayor transparencia y responsabilidad en Hollywood, con la esperanza de proteger a los actores y actrices de situaciones similares en el futuro.
La disputa entre Baldwin y Stone es un recordatorio doloroso de las sombras que aún acechan en los rincones de Hollywood. A medida que esta historia se desarrolla, queda claro que la industria cinematográfica todavía tiene un largo camino por recorrer en su lucha por un entorno de trabajo más seguro y respetuoso para todos.
La reacción del público a estas revelaciones ha sido mixta, con algunos expresando su apoyo a Stone por hablar, mientras que otros critican la naturaleza pública del enfrentamiento.
Algo es indudable en este conflicto y es esto: ha puesto de relieve la importancia de abordar y rectificar las prácticas problemáticas en el entretenimiento, no solo para las estrellas actuales, sino también para las generaciones futuras de actores y actrices.
Baldwin y Stone, ahora, se encuentran en el centro de una tormenta mediática que, se espera, conduzca a un diálogo constructivo y cambios significativos en Hollywood.
La comunidad cinematográfica y el público en general estarán atentos a cómo se resuelven estas tensiones y qué efectos tendrán en la cultura de la industria a largo plazo. Otros, seguramente aconsejarán a Baldwin que haga lo que muchos otros, que mantengan su alfombra en el suelo y no la levante.
De hecho, los comentarios debajo del tuit de Baldwin, podrían dar cuenta de por dónde van los tiros en esta historia.
te sugerimos leer: Descubrimiento de pozo de petróleo despierta esperanzas en gobierno cubano para aliviar crisis energética
