Empeñada como está en seguir sorprendiendo a sus seguidores, la cantante y bailarina profesional cubana Seidy Carrera, más conocida como Seidy La Niña, explicó recientemente por qué no renuncia a visitar su país natal.
De acuerdo con lo que expresó en el programa Destino Talk La Mulatica, que vive en Estados Unidos hace más de 20 años, ella vive la vida “que quiero vivir”, pero “nunca voy a dejar de ser cubana”, “gústele a quien le guste”.
Al hablar sobre la polémica que despertó semanas atrás al enseñar su pasaporte cubano y preguntarle a sus fans si querían verla cantar en la isla, La Niña insistió en que ella nació en Cuba.
Sobre la misma cuerda, la antillana resumió que “simplemente” mostró una foto del pasaporte cubano, porque “desgraciadamente” tiene que usarlo para “entrar a mi país a ver a mi familia”, que “por nada ni por nadie voy a dejar atrás”.
“Muy bien. Una cosa es la política y otra cosa es que te sientas orgullosa de dónde eres”; “Uno nunca debe olvidar de dónde viene”; y “Esa mujer es orgullo cubano, uno nunca debe olvidarse de sus raíces”, comentaron algunos de sus admiradores para apoyarla.
En la misma entrevista, La Niña aseguró que nunca ha tenido relaciones sexuales y que piensa vender su virginidad “por cuatro millones de dólares”.
Aunque la intérprete de ‘Putiña’ y ‘Mala’ reconoció que ha tenido varias relaciones, recalcó que ninguna ha llegado a lo sexual.
En cualquier caso, a pesar de la seriedad con la que la artista tocó el tema, muchos usuarios de redes sociales dudan que sea verdad y consideran que es otra de sus estrategias para llamar la atención.
A principios de diciembre pasado, La Niña aseguró que le encantaría cantar en Cuba, pese a que sabe que “hay muchas personas que no están de acuerdo con esto”.
“Nada se siente tan gratificante como cantarle a tu gente, cantarle a tu pueblo”, subrayó entonces la joven de 29 años.
Un poco antes de Navidad, la propia Seidy dejó entrever la posibilidad de que hubiera viajado a la isla.
Poco después, La Mulatica recibió varios mensajes que le advertían sobre las consecuencias catastróficas que tendría para su carrera artística en Miami, el corazón del exilio cubano, actuar en Cuba.