En un momento crítico para Cuba, enfrentando uno de sus desafíos más severos desde el colapso soviético, la nación insular recibe un aliento desde Rusia con la llegada de 715,000 barriles de crudo, marcando el primer envío de petróleo ruso a Cuba en un año.
Este suministro, que arribará este viernes al puerto de Matanzas, promete ser un alivio crucial para las autoridades cubanas en su lucha contra los apagones generalizados y la escasez de alimentos que han catalizado una ola de migración masiva y han agriado el ánimo nacional, provocando protestas callejeras raras este mes, señala Bloomberg.
Cuba, sumida en una de sus peores recesiones económicas desde la caída de la Unión Soviética, se encuentra una vez más, dependiente de sus patrocinadores en el Kremlin.
«Lo que necesitamos es que el combustible, el trigo y los fertilizantes que Rusia ha estado ofreciendo lleguen lo más rápido posible», señaló el economista cubano Omar Everleny Pérez vía telefónica desde Miami.
La situación actual de Cuba evoca recuerdos de su «período especial» posterior al colapso soviético en 1991, enfrentando hoy una segunda versión de esta crisis con inflación disparada, desmoronamiento económico y hambre afectando a gran parte de la población.
La reciente entrega de petróleo de Rusia, la más grande desde noviembre de 2022 según la firma de inteligencia comercial Kpler, promete mitigar los cortes de luz que se han intensificado debido a la crisis de combustible. «Cuba tiene un déficit total de alrededor de 100,000 barriles por día», explicó Jorge Piñón, investigador del Instituto de Energía de la Universidad de Texas.
A medida que Cuba vuelve a entrar en la órbita de Rusia tras reducir otros aliados su apoyo, el comercio entre Moscú y La Habana florece nuevamente, con un aumento del 340% en el turismo ruso en 2023, impulsado en parte por la introducción de la tarjeta de pago Mir de Rusia. Sin embargo, Cuba solo ha recuperado aproximadamente la mitad de sus visitantes pre-pandemia, lo que agota una fuente crítica de divisa extranjera.
Este movimiento de apoyo ruso llega en un momento crítico, mientras Cuba enfrenta una presión intensificada por su inclusión en la lista de EE.UU. de países patrocinadores del terrorismo, disuadiendo a inversores y entidades financieras extranjeras. A pesar de las promesas iniciales de Biden de revertir las sanciones endurecidas por Trump, los cambios han sido modestos.
En las calles de La Habana, los residentes hacen uso regular de la luz de velas en sus hogares, una señal palpable del «persecución energética» y la falta de moneda dura que enfrenta el país.
Mientras, buena parte del transporte se paraliza o está paralizado.
El ferry ‘Perseverancia’, que recientemente fue publicitado en medios oficialistas como la nueva y más moderna adquisición destinada a mejorar la conexión marítima entre Isla de la Juventud y Batabanó en Cuba, se encuentra inoperante por falta de combustible.
Iniciado en agosto de 2023, el servicio del ‘Perseverancia’ ofrecía una alternativa esencial para la movilidad de los residentes, con tarifas desde los 200 CUP para pasajeros hasta los 780 CUP por el traslado de vehículos.
Sin embargo, las operaciones se suspendieron abruptamente en septiembre del mismo año, dejando a la población con menos opciones de viaje.
La crisis de combustible en Cuba, que afecta a diversos sectores, ha provocado un estancamiento considerable en los traslados marítimos, evidenciando la profunda crisis energética que sufre el país.
Hasta el momento, las autoridades no han proporcionado una fecha para la reanudación del servicio ni han ofrecido soluciones a corto plazo para resolver las deficiencias en el transporte marítimo provocadas por la falta de combustible. Esta situación agrava la crisis del transporte marítimo en la región, donde ya existen limitaciones severas debido a la escasez de embarcaciones.
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