Una cerveza hecha en Charleston, y que se creó pensando en Cuba y para ser llevada a la isla, acabó convirtiéndose en toda una sensación en el sur de la Florida, más específicamente en los cayos.
La idea del surgimiento de esta cerveza se remonta a una visita a Cuba hecha por Scott Hansen. Hansen participó en una regata en mar abierto desde Cayo Hueso a Cuba hace unos años, y cuando llegó a Cuba sufrió la amarga decepción de no encontrar una buena cerveza.
En declaraciones dadas al Charleston City Paper, Hansen señala que «solo había dos cervezas disponibles, y ambas no eran buenas”, en clara referencia, seguramente, a la Bucanero y la Cristal.
Fue así como Hansen, residente de Sullivan’s Island se dio a la tarea de producir una buena birra, y al parecer lo ha logrado. Su marca, Island Brands, no ha llegado a Cuba y tal vez debido al embargo no llegue nunca, pero está dando de qué hablar bien cerca de la isla.
“Cuando llegué a Cuba, me enamoré de la gente y de la idea de que estas personas eran tan increíblemente ingeniosas con todo lo que habían creado. Sentí el impulso de hacer algo realmente y me conmovió”, explicó este norteamericano sobre Cuba y su gente.
La historia de este hombre puede ofrecer a miles y miles de cubanos una noción más adecuada de lo que significa vivir en un país libre, donde una idea puede salir adelante sin que un estado quiera controlarla y fiscalizarla. Mucho menos entorpecerla.
Hansen no tenía antecedentes en la industria cervecera, aunque sí tenía mucha experiencia con nuevas empresas en tecnología, atención médica y finanzas. Y le gustan las cervezas.
Su familia lo apoyó en esta aventura, pero pronto su sueño – llevar la cerveza a la isla – se vio frenado.
“Desafortunadamente, la Casa Blanca abrió las cosas, pero el Departamento de Estado no se puso al día”, dijo Hansen en una entrevista reciente.
“Después de que me incorporé y comencé el proceso para poder realizar envíos a Cuba, el Departamento de Estado congeló mis cuentas bancarias y me envió algunas cartas de «cese y desista».
Sin embargo, esto no frenó su ímpetu.
«Soy alguien a quien le gustan los desafíos, así que seguí adelante con un plan para seleccionar cervezas de mejor calidad. En el camino, aprendí mucho sobre cerveza, hablé con cerveceros y, en mi mente, comencé a pensar en un producto que, si los cubanos pudieran hacer su propio producto, lo harían. Iba a ser realmente limpio y un producto premium de toda calidad”.
Por “limpio”, Hansen se refiere a un producto que se suscribe a la ley alemana Reinheitsgebot, la regulación de alimentos y bebidas más antigua del mundo. Esa ley decreta que la cerveza debe tener sólo agua, cebada, malta y lúpulo.
El resultado de Hansen es este: la Island Coastal Lager.
Según explica, el diseño está inspirado en las playas blancas de Cuba «con la variedad de azules que vio Hansen en las aguas cubanas.»
Había impreso el diseño en 300 mil latas que aún no había exportado cuando, en el 2017, EE.UU. dio marcha atrás a todo el deshielo pretendido por Obama.
“Desafortunadamente, el Departamento de Estado y el gobierno de los EE. UU. no me permitieron continuar con el proyecto y tuve que encontrar un hogar para todas estas latas”, dijo Hansen. “Simplemente giré y llamé a algunos de los principales minoristas del sureste y les conté la historia.
La magia se hizo poco a poco. Publix lo ayudó «a llevar el producto a 12 tiendas en Carolina del Sur.»
«Seis meses después, recibí una llamada de Publix diciendo que nunca habían visto un producto que se vendiera tan rápido y [me preguntaron si] tenía la capacidad para ponerlo en sus 1200 tiendas.»
Hansen dice que contestó positivamente sin tener la más mínima idea de cómo lo haría.
Mediante una financiación colectiva consiguió primero un millón de dólares en apenas 30 días; luego, cinco millones.
Este año, la compañía fue nombrada una de las compañías privadas de más rápido crecimiento de Inc. 5000 en los EE. UU. y obtuvo un contrato para toda la flota con Carnival Cruise Lines.
Una muestra más que evidente de cómo un emprendedor puede convertirse en «millonario» de la noche a la mañana, aun cuando las puertas parecen cerrárseles.
Eso sí, se necesita libertad para cumplir el sueño.
tal vez quieras leer: Cubanos en la Florida, cada vez más republicanos
