El cantautor cubano Willy Chirino sigue de fiestas: hace unos días cerraba un ciclo de conciertos por su medio siglo de vida artística, el miércoles celebró su cumpleaños 76 y este jueves anda de Bodas de Ópalo, o sea, llega a los 43 años de casado con su amada Lissette Álvarez Chorens.
“Hoy 6 de Abril, Lissette y yo estamos cumpliendo 43 años de casados. Cuanto la quiero, cuánto ha aprendido de ella en esta carrera tan complicada, llena de altos y bajos, de incertidumbre, de viajes, de distancias… ¡Y a pesar de todo eso hemos sobrevivido sabiendo que hoy estamos mejor que nunca… Feliz Aniversario Lissy y que vengan 43 más!”, escribió Chirino en Instagram.
La pareja siempre se ha mostrado muy unida y feliz, echándole ganas a la vida y con una familia de la que se enorgullecen, como han mostrado en sus redes sociales en múltiples ocasiones. Ya son más de cuatro décadas juntos, pero se les ve juveniles y enamorados.
De hecho, el autor de clásicos del exilio como “Ya vienen llegando” y “Eva la jinetera” recién pasó su cumple en familia, tomándose un descanso de la serie de conciertos que lo ha llevado a varias ciudades de Estados Unidos en las últimas semanas.
Además, en días recientes cumplió años su único hijo varón, Gianfranco, del que escribió en redes: “Todos los días de mi vida me hace sentir orgulloso de él. Tiene una capacidad de trabajo increíble y sus amigos, mis amigos, sus suegros y sobre todo su esposa lo adoran”.
Willy Chirino nació el 5 de abril de 1947 en el poblado pinareño de Consolación del Sur, y su padre lo sacó de Cuba en el contexto de la Operación Peter Pan. El desarraigo fue duro, pero el músico siempre le agradeció a su padre que le diera la oportunidad de crecer en Estados Unidos.
El artista es considerado uno de los pioneros del llamado Sonido de Miami, una fusión especial de música cubana, rock, jazz, ritmos brasileños y caribeños, cuyo máximo exponente quizás fue el productor Emilio Estefan con su Miami Sound Machine, allá por los años 80’s.
Si bien Willy ha desarrollado toda su carrera en Estados Unidos, su música se ha bailado en casi cualquier rincón del mundo que conozca y disfrute la salsa, con su peculiar montuno y versiones antológicas de otros géneros, como la que hizo del “Medias Negras” de Joaquín Sabina, amén de ese disco de culto que fue Oxígeno, lanzado en 1991.
