Juan Carlos Cremata: “Estoy viviendo la película de mi exilio”

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La última imagen que tuve de Juan Carlos Cremata Malberti en Cuba antes que el director cinematográfico y escénico emigrara hacia los Estados Unidos, fue a las puertas del Teatro Nacional, luego de la inauguración de una edición del Festival Internacional de Teatro de La Habana. Junto a la actriz Sheila Roche, Cremata vestía un pulóver blanco con los textos “El ingenio” (en referencia a su grupo de teatro) y “Censurado”.

Cremata estaba protestando a las afueras de la sala, donde acababa de ponerse la obra El Charentón del buen día, como propuesta inaugural del Festival. Protestaba porque su grupo fue poco antes anulado por el Consejo Nacional de las Artes Escénicas de Cuba, única institución en el país facultada para decidir la existencia legal de proyectos teatrales, danzarios y circenses.

Su versión de la obra El rey ha muerto, sobre el original del dramaturgo rumano Eugen Ionescu, había molestado a las autoridades, por considerarla vaticinio de lo que irremediablemente sucedería y ocurrió poco tiempo después: la muerte de Fidel Castro.

Pocas noticias tuve suyas hasta que surgió la oportunidad de entrevistarlo en exclusiva para Cuballama Noticias, a propósito del estreno próximo de la obra SOS Cuba en el Teatro Manuel Artime de Miami, en función única, y con la actuación protagónica de Aleanys Jáuregui, más conocida como Cuqui La Mora.

Por su título SOS Cuba indica una estrecha relación con todos los acontecimientos que han estremecido a Cuba durante mucho más que diez días. ¿Pudiera abundar sobre su proceso de concepción, de escritura?

Todo el proceso de trabajo con Cuqui se dio a partir de una idea que me trajo ella y me embulló. No pensaba hacer teatro ni pensaba hacer cine aquí en los Estados Unidos. La obra concretamente es la historia de Cuba contada desde la camilla de un hospital. O puedes redactarlo también de otra manera: Cuba cuenta su historia desde la camilla de un hospital. Es un proyecto muy interesante y me ofreció la posibilidad de escribir un texto y además de montarlo, y corregirlo al mismo tiempo que se va montando. Se va enriqueciendo con el montaje.

Es la primera vez que tengo una actriz que puedo moldear completamente, o sea, Cuqui se ha entregado. Ella dice que no pasó escuela ninguna, pero estoy seguro que es como una esponja. Es muy inteligente, capta muy bien las ideas y enseguida las asume. Es muy colaboradora, no quiere decir que sea sumisa, pues ella discute las cosas. Ahora dice que los años que no hizo en el ISA los está pasando conmigo en los ensayos.

Juan Carlos Cremata y Aleanys Jáuregui Foto Cortesía del entrevistado


Me ha dado la posibilidad de hacer algo para lo que estoy preparado, para lo que estudié mucho y en lo que demostré ser bastante bueno. Y en este momento hago otras cosas que no tienen nada que ver con el arte y de hecho me alimentan mucho mejor que lo que me alimentaba el arte. Pero, claro, no dejo de ser artista ni lo voy a dejar de ser nunca.

SOS Cuba es un espectáculo unipersonal pero no es un stand up comedy, no es una persona parada arriba de un escenario haciendo chistes solamente. Hay  muchos chistes pero también hay mucha reflexión y Cuqui se está entregando.

Cuqui dice, y yo estoy seguro, que ella nunca ha pasado ese proceso de enfrentarse a una obra de teatro. Son casi dos horas de ella hablando, moviéndose, cantando. Ya incluso estamos pensando en una segunda parte de esta historia, que se titulará Florida. Pero por ahora esto surge de la necesidad que teníamos de hablar de lo que pasa en Cuba desde nuestra trinchera, desde mi palabra, desde el uso del teatro, desde el uso del arte, desde el uso de la escritura.   

¿SOS Cuba puede decirse que es teatro político?

Sí, es teatro político. Es un poco lo que trataba de hacer en Cuba.

¿Por qué la selección de la actriz Aleany Jáuregui para este unipersonal? ¿Cómo ha sido el proceso de montaje?

¿Por qué Cuqui? Porque Cuqui fue la que vino, fue la que apareció y, gracias a quien tenga que agradecer, a la casualidad, al talento, al ingenio, hemos acoplado muy bien entre los dos y está saliendo no solamente un lindísimo proyecto, sino también una lindísima amistad.

El proceso de montaje ha sido súper divertido porque para mí ha significado volver a hacer algo que siempre hice, como te comenté, para lo que estoy preparado y que tenía ahí, no dormido sino soñando y acumulando enseñanzas, vivencias, aprendiendo cosas. Y todo eso sale también en el montaje.

Por primera vez puedo hablar de una obra, de un espectáculo, a pesar de que todos los espectáculos que hice anteriormente fueron completamente míos, en colaboración con todo el equipo, por supuesto, que nos mueve. Este lo estoy ensayando hasta en mi casa. Cuqui viene hasta mi casa, aquí lo montamos, aquí lo ensayamos, aquí lo comemos, aquí lo vestimos, aquí lo bebemos y eso ha hecho que el proceso sea mucho más concentrado, mucho más rico. Ojalá se pueda repetir para los próximos proyectos. Cuqui también me está hablando de algo muy interesante que es montarle un show de stand up comedy en inglés para hacer el crossover y poder vivir mejor en este país.

¿Cuán importante considera el rol de artistas e intelectuales cubanos en las circunstancias por las que atraviesa Cuba?

Los artistas e intelectuales somos importantes en todas las circunstancias, para todos los países. Y en este momento en Cuba, creo que lo importante es no quedarse callado. Finalmente, por lo menos, ganar el derecho a la palabra. Y ganar la libertad de no tener que reclamar la libertad.

¿Luego de la función única del 28 de noviembre habrán otras, quizás para 2022?

Eso esperamos. Esperamos incluso llevarla a las salas de todas partes del mundo donde haya cubanos interesados en conocer sobre esta obra, que creo tiene mucho que decirles a los cubanos de ahora y habla mucho sobre Cuba.

¿Tiene Juan Carlos Cremata entre manos nuevos proyectos escénicos?

Siempre tengo en manos proyectos escénicos pero no tengo la posibilidad de desarrollarlos, o sea, para eso hace falta dinero.

En otro orden: la última asamblea de cineastas cubanos por la ley de cine fue cuando se solicitó una declaración contra la censura sobre su grupo teatral El ingenio. ¿Qué opina del decreto ley que se firmó sobre el cine independiente y los fondos estatales que se le han destinado?

Formé parte en un momento de toda esa historia de la ley de cine, pero creo en el cine, no creo en las leyes. Y menos en las leyes de cine. Esa ley de cine me parece un bluff. Me parece que es más control sobre los cineastas. Al final se han pasado como veinte años haciéndola y no la aprueban, o aprueban lo que les da la gana. En definitiva ese es un país sin leyes, o con demasiadas leyes pero a favor solo de la injusticia.

Tuve conocimiento que poco antes de marcharse de Cuba finalizó el rodaje de una película basada en la obra Semen de Yunior García. ¿Podremos verla en los próximos tiempos?

Efectivamente, la última película que hice fue sobre un texto de Yunior, pero la quiero convertir en una película sobre mí, sobre la imposibilidad de un director de hacer una película. Y en este momento no tengo ni las condiciones materiales ni siquiera las condiciones espirituales para terminarla. Necesito tener una posición económica y además una tranquilidad espiritual que en este momento no tengo porque estoy viviendo otra película, que es la película de mi exilio.

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