A pesar de la trágica pérdida y las sospechas iniciales, la verdad ha salido a la luz. El cubano Miguel Soto no está involucrado en manera alguna en la muerte de Paola Bolognesi.
Miguel Soto, un humilde cubano de 54 años, se encontró durante varias horas en el centro de una tragedia que ha conmovido a la comunidad de Ravenna. Su esposa, Paola Bolognesi, una reconocida entrenadora de voleibol de 61 años, fue encontrada sin vida en su apartamento de Bagnacavallo en la víspera de Navidad.
A pesar de ser inicialmente investigado por homicidio, la autopsia ha aclarado que Paola murió de un paro cardíaco debido a patologías preexistentes.
La autopsia ha revelado que la muerte de la reconocida entrenadora fue por causas naturales, pero el camino hacia esta conclusión ha sido tortuoso y lleno de especulaciones, chismes de barrio, que involucran a una extranjera con un inmigrante cubano. Una persona de renombre con un desconocido.
La relación de Miguel y Paola comenzó cuando el cubano era taxista y ella una pasajera. De aquel viaje inicial floreció un matrimonio lleno de amor y compromiso mutuo. Miguel, exmilitar en la isla y chef de temporada, y Paola, centrada en su carrera de entrenadora de voleibol, se cuidaban mutuamente y compartían la responsabilidad de cuidar al padre enfermo de Paola.
Miguel, descrito por quienes lo conocen como un hombre «humilde y bueno», había trabajado incansablemente como voluntario tras las inundaciones recientes en Bagnacavallo. Junto a otros voluntarios, incluido Roberto ‘Marenga’ Gagliardi, Miguel ayudó a limpiar el barro y los escombros de las casas afectadas. Este esfuerzo solidario, en palabras de Gagliardi, mostró el verdadero carácter de Miguel: una persona dedicada y compasiva que marca la diferencia en los momentos difíciles.
Sin embargo, la muerte inesperada de Paola, y las declaraciones hechas por Miguel en los días previos a la trágica muerte de Paola, de su deseo de regresar a Cuba, su tierra natal, hizo levantar las sospechas. Para muchos, esto indicaba un asesinato premeditado y el deseo de escapar a la isla.
Sin embargo, la realidad es que esta muerte inesperada de Paola ha dejado a Miguel devastado y siendo objeto de sospechas infundadas.
Franco Randi, abogado y amigo de la pareja, ha defendido la relación de Miguel y Paola, desmintiendo rumores de desacuerdos y conflictos.
La noche del fatal suceso, la pareja durmió en habitaciones separadas – otro detalle que despertó el chisme y la mala intención – pero se sabe que esto se debió a la presencia de un huésped en su casa. Cuando la alarma que tenía puesta Paola para hacer su caminata matutina sonó incesantemente, esto alertó a Miguel, quien fue a su cuarto a ver qué sucedía y la encontró sin vida.
La comunidad de Ravenna se prepara para despedir a Paola en un funeral programado para mañana sábado en la basílica de San Pietro in Sylvis, seguido por la cremación en Faenza.
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