La respuesta a las medidas anunciadas por el gobierno y su impacto en la vida cotidiana de los cubanos será crucial para el futuro económico y social de la isla, cuyos habitantes aseguran jamás haber vivido una crisis así en su historia. Ni siquiera cuando el Periodo Especial.
Un grupo de cubanos fue entrevistado a pie de calle por el medio independiente Cubanet Noticias y los comentarios expresados convergen en dos puntos claves: Cuba no ha salido del llamado Periodo Especial y la situación está peor que nunca.
Entre los entrevistados habló una joven que dijo haber nacido cuando el Periodo Especial y toda su vida ha sido un Periodo Especial.
«Yo nací en el 91 y desde que nací yo vivo en un Periodo Especial constante. En este país nunca se ha salido del periodo especial,» señaló.
«Esto está peor que el Periodo Especial», dijo otro. «Como esto no hay nada,» argumentó.
«Yo creo que nunca se acabó el Periodo Especial,» añadió un tercero; y un cuarto lo respaldaba.
Otro entrevistado especificó que los precios están cada día más altos.
«Porque en el periodo especial, escaseaban las cosas, pero había dinero. Ahora hay cosas pero no hay dinero».
Un entrevistado criticaba el precio del ajo, y dijo que cuando el Periodo Especial estaba a 60 CUP pero ahora está a 200.
«Ahora las cosas están más caras que antes».
«Había de todo»,dijo uno de los últimos entrevistados.
«Ahora es al revés. No hay de nada. No hay esperanza de vida. Y esto, cada día está peor. Cada día está peor», señaló.
Medios internacionales ahondan por estos días en sus rotativos sobre el futuro gris y con pespuntes negros que se avizora en la isla a partir de este 1 de febrero, fecha en la que entraría en vigor el llamado paquetazo; con el incremento de los precios, que en el caso del combustible subirá hasta un 500 por ciento.
Infobae, 20minutos, El País, Cope y La Nación, por solo citar algunos de habla hispana dan cuenta de que Cuba se encuentra en un momento crítico de su historia económica, enfrentando uno de los ajustes más severos en décadas.
En la víspera de un aumento sin precedentes en el precio de los combustibles, que se esperaba quintuplicara los precios actuales, los cubanos se agolparon en las gasolineras, intentando llenar sus tanques antes de que la medida entrara en vigor. Este aumento formaba parte de un amplio plan de ajuste económico anunciado por el gobierno en diciembre, destinado a corregir distorsiones en la economía, que cerró el 2023 con una caída del PIB de entre el 1 y el 2% y un déficit fiscal proyectado para este año del 18,5%.
El plan incluía, además del incremento en los precios de los combustibles, alzas en las tarifas del transporte interprovincial de hasta un 600%, limitaciones a las pensiones máximas, y aumentos en los precios de otros servicios básicos como la electricidad, el agua y los cilindros de gas licuado. También se anunció la sustitución de los subsidios universales por ayudas específicas para personas vulnerables, en un intento más por reordenar la economía de la isla.
Sin embargo, un giro inesperado ocurrió cuando el gobierno cubano decidió posponer el aumento en el precio de los combustibles debido a un «incidente de ciberseguridad» en la red de gasolineras, sin proporcionar una nueva fecha para la implementación de la medida. Este aplazamiento fue anunciado en una intervención en la televisión estatal por la vice primera ministra de Economía y Planificación, quien mencionó la detección de un virus informático, presuntamente de origen externo a la isla, como la causa de la postergación.
La decisión de aumentar los precios de los combustibles había generado una gran preocupación entre la población, ya que el salario promedio estatal apenas supera los 4.200 CUP (aproximadamente 35 dólares al cambio oficial, pero solo 14,5 en el mercado informal), y llenar un tanque de 40 litros costaría 5.280 CUP (44 dólares), lo que representa una carga financiera significativa para muchos cubanos.
Este conjunto de medidas ha sido defendido por el gobernante Miguel Díaz-Canel y otros líderes del gobierno como necesarias para corregir las distorsiones económicas y asegurar que nadie «se quede atrás». Sin embargo, han surgido críticas tanto dentro como fuera de Cuba, con algunos argumentando que las medidas solo profundizarán las desigualdades económicas y sociales en el país.
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