Un hombre residente en Camagüey denunció que a su hermano no lo dejaron viajar en el tren aún con el pasaje comprado y que luego de partir el ferrocarril, los trabajadores de la estación se negaron a reintegrarle el boleto.
En un comentario al medio Cuba Noticias 360, el ciudadano Eduardo Jorge Guerra relató la tragedia vivida junto a su hermano, quién tomar el tren que cubre la ruta Manzanillo-Habana para regresar a Matanzas, donde reside desde hace años.
Según contó, que otra viajera les ayudó a adquirir el tíquet mientras du hermano regresaba de la terminal a buscar los equipajes en su casa.
Explicó que los bultos eran pesados, por lo que querían cerciorarse primero de asegurar el pasaje para luego, entre ambos, trasladar los pesados bultos hasta la estación antes del horario de partida del tren, programado para las 8:20 de la noche.
Llegaron cuatro minutos antes, pero la mujer no aparecía con el boleto y comenzaron a buscarla por todos los vagones del ferrocarril, que no saldría hasta las ocho y media, según les dijeron.
Guerra supone que la mujer pretendía quedarse con el dinero de vuelto por la compra del pasaje porque no respondió mientras ellos la llamaban al móvil y gritaban desde el andén.
Afirma que entretanto, ni los policías ferroviarios, ni las ferromozas y demás autoridades les prestaron asistencia ante la desesperante situación, sino todo lo contrario.
“Los policías ferroviarios nos mandaban a callar. Las ferromozas nos cerraban las puertas o nos decían que mi hermano no podía pasar. Y a solo un metro de mí, el que parecía que dirigía ese tren desde uno de los vagones, sin mostrar la más mínima sensibilidad humana, dijo: ‘Oye, ¡Métele pa’lante yaaaaa!’…y subió —insensible— a su vagón…”, narró el hombre.
Contó que cuando el tren comenzaba su marcha los llamaron desde un vagón y les entregaron el boletín y el carnet de identidad de su hermano junto a los 50 pesos de cambio, pero la mujer “no dio la cara”.
“Pero, al final, pudo más la insensibilidad de esa tripulación, y [de los trabajadores] de esa estación: No paró el tren. Y luego, no quisieron reintegrarle el boletín a mi hermano en esa estación de Camagüey, porque alegaban que ‘se arrepintió a última hora y no había devolución a última hora’”, denunció el camagüeyano, y añadió a causa del disgusto estuvo tirado en el andén con dolor en el pecho durante media hora, tiempo en el que nadie se acercó a preguntarle qué le sucedía.
