Luego de más de cinco meses en Tampa, donde su padre trató de retenerlo para “ofrecerle un futuro”, Yoandry Calderón Quintana ya regresó a Cuba, como lo atestiguan dos fotos publicadas por el periodista Mario Vallejo de Univisión 23 en las redes sociales, donde se aprecia al niño junto a su madre Kisbelis Quintana y su hermana mayor en el interior de un auto que los trasladaba del Aeropuerto Internacional José Martí hacia su casa.
“Ya está reunido con su mamá en Cuba el niño de cuatro años que estuvo en medio de un litigio familiar por su custodia a ambos lados del estrecho de la Florida”, comentó Vallejo, quien ha seguido todos los pormenores del caso, y a contribuido a visibilizar la petición de su madre para que regresara a Cuba como le había prometido el padre, quien inicialmente lo recibió en noviembre pasado para las vacaciones de Navidad.
Al aterrizar el vuelo donde Yoandry regresó a Cuba, Kisbelis “tomo al niño de la mano de la pareja de su esposo en la escalerilla del avión en el aeropuerto de La Habana”, detalló el periodista.
Luego de varios meses de litigio, ayer el padre de Yoandry anunció sorpresivamente que el menor retornaría a Cuba y publicó fotos del pasaje que aseguraba su viaje, anunciando que “se acabó el show”, y agradeció con amargura a “todas esas madres que apoyaron esta absurda idea y me juzgaron sin saber nada de la verdadera situación. Veremos qué tan madre abnegada es. El niño el sábado estará en Cuba junto a su mamá. Veremos qué tan brillante futuro le brindará”.
El pequeño Yoandry viajó a los Estados Unidos el 7 de noviembre, con autorización de su madre legalizada por un notario cubano. A finales del mes de diciembre, pasadas las Navidades, Kisbelys Quintana preguntó al padre, Yoandry Carlderón, cuándo le compraría el pasaje de regreso a la isla a su hijo.
El hombre se negó entonces a que el niño regresara a un país como Cuba “donde gobierna una dictadura”, y donde tendría un futuro que no se comparaba con el que tendría en los Estados Unidos. Durante más de 5 meses, el niño asistió a una escuela en la ciudad de Tampa y comenzó a aprender el idioma inglés.
La madre declaró entonces a Univisión 23 que su hijo “merece estar conmigo. Yo soy su mamá. Se siente un vacío enorme. Se siente que te están quitando una parte de ti misma. Es algo inexplicable que no hay manera de describir”, apuntó, aclarando que no tenía ninguna intención de utilizar a su hijo para emigrar, como la había acusado el padre. “Si yo estuviera haciendo eso, mi hijo nunca hubiera visitado Estados Unidos hasta que él no lo sacara. Mi único objetivo son mis hijos y ante un juez o un jurado eso se lo puedo demostrar”, y la única razón para hacer público el caso fue que necesitaba “a mi hijo, porque mi hijo necesita de mí aunque él diga lo contrario”.
