Comercio Interior en Cuba: más problemas y quejas

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Ya sea con ladrillos, leche o alimentos, la entidad «comercio» en Cuba deja mucho que desear.

Este sábado reabrió en La Habana el restaurante El Cochinito, más o menos coincidente en el tiempo con la presencia del Vicepresidente cubano Salvador Valdés Mesa en Ciego de Ávila y Sancti Spíritus, donde encontró no pocas dificultades con «la alimentación», que fue más o menos lo mismo que encontró en El Cochinito un internauta que narró su experiencia en este emblemático restaurante «administrado» por el Ministerio del Comercio Interior en Cuba.

Y es que los problemas de este Ministerio -el de Comercio Interior, con sus distintas ramas y entresijos- trascienden la gastronomía popular también; pero ya hablaremos de eso más adelante.

Como el «mayor desastre culinario de mi vida» calificó el internauta Rodolfo Rodríguez su visita al Restaurante El Cochinito, en La Habana.

Mala organización, pésima comida y un mal servicio, provocaron la ira de Rodolfo, quien encontró decenas de comentarios de apoyo porque, se conoce, la gastronomía popular en La Habana, y en toda Cuba, por lo general, se ha vuelto un verdadero desastre donde prima el pésimo servicio, en el sentido más amplio de la palabra.

Tras varios meses cerrado, por la pandemia, lo que más se esperaba del restaurante El Cochinito, era que tuviese bien estructurado su engranaje para ofrecer un servicio de calidad luego de abrir sus puertas al público este fin de semana. Sin embargo, sucedió todo lo contrario.

«Nunca había visto tan poco profesionalismo y poco conocimiento de los elementos mínimos esenciales de la gastronomía,» dijo el cubano Rodolfo Rodríguez en Facebook acerca de su experiencia este sábado 25 de septiembre de 2021, aproximadamente a las 12 del día.

«Por primera vez en mi vida tengo que decirle a un camarero `me cambias la comida, porque esta no la voy a pagar,» alega Rodríguez que le tuvo que decir a la persona que lo atendió en la mesa. Y es que, por carne de cerdo, recibió una gruesa porción de grasa junto con pelos del animal.

«Estos restaurantes del Estado están hechos para llenar los bolsillos de dinero a sus directivos, robándole al pueblo. Siempre ha sido así, por eso todos, todos deben pasar a ser administrados por particulares. El Estado que administre las grandes cosas, el resto debe pasar al sector privado para que entre en competencia, la misma hace el desarrollo», comentó Rodolfo.

Todavía Comercio Interior, ni Restaurantes de La Habana ha dado a conocer sus opiniones con relación a la denuncia de Rodolfo, pero es probable que lo justifiquen con «el bloqueo» (embargo) que debe ser más o menos la misma causa por lo cual, Salvador Valdés Mesa procedió a intentar halarle las orejas a productores de leche en Ciego de Ávila y Sancti Spíritus,como parte del «chequeo» del famoso Programa de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional.

Hay que producir más: el «remedio» para sustituir importaciones

«Lo que más va a sustituir importaciones será lo que se produzca en la agricultura, lo que salga de la tierra», insistió en Sancti Spíritus Salvador Valdés Mesa, y criticó que que el incremento en las entregas de viandas, hortalizas y carnes no se corresponde con las potencialidades del territorio, reseñó el periódico local Escambray.

Allí Valdés Mesa se interesó por las causas del déficit estimado de más de seis millones de litros de leche para el cierre del año, entre las cuales están la insuficiente fiscalización, las dificultades con el pago del acarreo, insatisfacciones con los precios, falta de insumos y la existencia de una demanda en el mercado informal que duplica los precios que el Estado paga a los ganaderos.

Casi todos los problemas tienen que ver con el Estado, que no logra establecer una política de comercio adecuada, en parte por la excesiva centralización; en parte por el pago inadecuado a los actores que intervienen en la producción y en los servicios.

¿Acaso no se nota una relación entre el impago a productores, y el bajo salario a los dependientes y cocineros de un restaurante como El Cochinito? Donde no existe el más mínimo sentido de responsabilidad por los servicios; cuando el Estado no te paga lo que vale tu producción; cuando el estado no te cubre tu salario, es cuando los campesinos venden su producción por la izquierda, o cuando el cocinero de un restaurante estatal aparta la carne y vende el gordo con pelos, como si fuese carne.

Problemas con los ladrillos, en Villa Clara

No muy lejos de Sancti Spíritus, en la provincia de Villa Clara, también Comercio anda haciendo de las suyas, según destaca hoy el diario Granma.

En un país con un déficit habitacional enorme, con miles de familias conviviendo hasta tres generaciones bajo un mismo techo, Comercio Interior en la provincia alega que no puede adquirir los ladrillos que produce la Empresa Productora Local de Materiales de la Construcción (Plomac), y que están – ¡por miles! – a la espera de ser comercializados.

Está más que claro que estamos hablando de ladrillos, no de alimentos, pero nótese cómo otra vez «el eslabón perdido» en esta cadena es el mismo: Comercio.

Y otra vez salta a la luz el tema de los «productores» – en este caso, fabricantes de ladrillos – que eluden la venta al Estado, que suele pagar los productos muy por debajo de su precio real, o del precio en que puede pagarse el producto.

Yoel Romero, director de Ventas Minoristas del Grupo Empresarial de Comercio en Villa Clara, explicó que las personas compran los materiales a los particulares, que comercializan el ladrillo a cuatro pesos, e incluso, se lo llevan al cliente hasta su casa.

Otra vez comercio. Otra vez el Estado. Inoperante y disfuncional en todos los niveles.

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