El Tavo no puede entrar en Cuba, a pesar de sus heroicos servicios a la Policía Nacional de la isla, para la cual trabajó durante dos temporadas de la serie televisiva cubana Su propia guerra, spinoff del entonces también muy popular Día y noche, que a inicios de los años 90 lo convirtió en uno de los personajes favoritos de los públicos. Emulando con el capitán Pablo de Jorge Villazón.
Como nunca, ni antes ni después, se humanizó tanto a un “agente”, a un colaborador, a un “trompeta”. Uno de los momentos más recordables del seriado es cuando el oficial César, interpretado por César Évora (con su camisa negra eterna), propone “el trabajo” al Tavo, y este responde sin palabras simulando con sus manos que tocaba una trompeta.
Alberto Camilo Pujol Acosta, más conocido como Albertico Pujols, nacido el 1ro. de septiembre de 1960 en La Habana, es uno de los rostros actorales más reconocidos por los cubanos (su obra musical es menos conocida pero copiosa), y que forma parte de la imaginería nacional compartida dentro y fuera del archipiélago. Su emigración consternó a muchos y alegró a muchos, tanto como la de Carlos Otero o de otros inefables rostros de la pequeña pantalla cubana.
A inicios de 2019 se estrenó la serie web de cuatro capítulos El sucesor, donde Pujol encarnó a una parodia directa del mandatario Miguel Díaz-Canel Bermúdez, llamado Octavio Díaz-Canel, en directa referencia a su Tavo imperecedero.
Esta no gustó al gobierno del parodiado y según declaraciones del propio actor, le fue vetada la entrada a Cuba, fue “regulado”. No ocurrió así con los otros realizadores de la serie, sino solo con él, porque su popularidad es peligrosa, y una traición del Tavo es imperdonable. Pero el Tavo no podrá ser regulado de las mentes de las generaciones que elevaron el serial.
Pujol inició su carrera actoral en el mundo audiovisual en la película Guardafronteras, de 1981, dirigido por Octavio Cortázar, que reunió a varios de los rostros jóvenes más populares del momento en Cuba para hacer atractiva, cool y sexy, la imagen del ejército cubano. Puede considerarse un antecedente casi directo del serial Algo más que soñar, de 1986, que dio paso a la generación inmediata de actores y actrices.
Y comienza su recorrido por la gran pantalla cubana con largometrajes como Los pájaros tirándole a la escopeta (1984) de Rolando Díaz, donde se insinuaba de una manera muy costumbrista el conflicto generacional en Cuba entre la generación más vieja, histórica, y sus descendientes, que enarbolaban su derechos a disentir y romper con las maneras de sus padres. Sus interpretaciones en películas como Dolly Back (1986), Como la vida misma (1987), Gallego (1987), Alicia en el pueblo de Maravillas (1991), Sueño tropical (1993) se alternan con sus andanzas televisivas, que lo llevan a incursionar en las pequeñas pantallas colombianas en telenovelas como la famosa versión original de Café con aroma de mujer (1993), Eternamente Manuela (1995) y Francisco el matemático (1999) que le ofrece su primer protagónico en ese país y le garantiza gran popularidad entre los públicos. Luego vendrían Tiempo final (2008), La traicionera (2011), Allá te espero (2013), Tres Caínes (2013), La Madame (2013).
En 2009, Pujol ofrece en el campo del cine independiente su primera parodia, un poco menos evidente, de un gobernante cubano. En el cortometraje Brainstorm (2009) dirigido por Eduardo del Llano, encarna un personaje que habla demasiado parecido a Fidel Castro, aunque físicamente no se le asemeje. Se sitúa en los márgenes más conservadores de un equipo periodístico oficial que decide qué hacer con la noticia de la caída de un meteorito en Cuba. “El meterorito es nuestro”, exclama en uno de los momentos más hilarantes de la película.
Con esto, Pujol puede lucir una especie de record: es el único actor que ha parodiado a dos gobernantes cubanos de los últimos 60 años. Si parodiara a Raúl Castro el record sería absoluto.
Luego, en 2010, se estrenaría tres cintas donde participó: Ciudad en rojo (2010), transmitida este 26 de julio por la Televisión Cubana, Boleto al paraíso (2010) y Casa Vieja (2010), también recientemente transmitida por la TV. Una especie de intensa despedida, pues al año siguiente decidió abandonar la isla.
Según una entrevista que concediera a la revista El Estornudo en 2020, decidió emigrar “el día que a mi hija la hicieron pionera, que había que ponerle la pañoleta”. Ese día optó por cambiar su vida. “Yo no iba a permitir que mi hija, con cinco añitos, siguiera parada al sol con un calor terrible, sudando en un acto cívico, esperando que llegaran los funcionarios del Ministerio de Educación con sus guayaberas, para decir un lema. Y para que ellos leyeran un discurso. Me di cuenta de que todo eso era mentira”. Su más reciente largometraje es Plantados (2021), de Lilo Vilaplana.
