Los datos oficiales sobre las ventas minoristas correspondientes a 2022 en Cuba reflejan una brutal caída del consumo, que el caso de los alimentos alcanzó cerca del 70% en comparación con el año anterior.
“Se han divulgado datos oficiales sobre las ventas minoristas en Cuba que pudieran ser demoledores respecto a cualquier visión de una alegada recuperación económica en marcha. Los datos nominales no son buenos, pero cuando se ajustan a la inflación son desastrosos”, expresó el economista Pedro Monreal en su cuenta de Twitter.
Un informe publicado por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información de Cuba (ONEI), revela una contracción del 10,4% de las ventas de alimentos a precios corrientes en los mercados estatales.
Según explicó Monreal, cuando se calcula esa estadística teniendo en cuenta la inflación interanual de los alimentos del 63% registrada en diciembre de 2022, las “cifras deflactadas de 2022 ofrecen un panorama devastador”.
El ajuste por inflación se utiliza para indicar el valor real de las ventas sin el impacto de la inflación, o sea, que “permite apreciar una dinámica que no es distorsionada por el mayor valor que transmite la inflación incluso cuando las cantidades físicas decrecen (toneladas, litros, etc.), aclaró el experto.
“Las ventas minoristas son consideradas como el respaldo material a la demanda de consumo que pudiera estar asociada a ingresos como los salarios y las pensiones. Una caída anual en dos tercios de las ventas minoristas “reales” de alimentos no es un asunto menor”, opinó Monreal.
El especialista expuso que los alimentos son bienes “inelásticos”, lo que significa que la demanda no se ve afectada significativamente por las variaciones de precios.
El informe de la ONEI sobre las ventas minoristas revelan la grave situación económica que atraviesa Cuba, al borde de un desastre humanitario debido a la aguda escasez de alimentos que coincide con la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores y jubilados.