Junto a dos fotografías en las que aparece con las destacadas actrices cubanas Alina Rodríguez y Daysi Granados, el actor y director Alexis Valdés ha publicado este miércoles un poema con el que pone de manifiesto toda la nostalgia que siente por su isla natal.
A través de versos, que no sabe ni por qué escribió, porque son como ideas que han crecido por sí mismas, el popular comediante nacido en La Habana en 1963 recordó la “envidiable” inocencia con que vivió durante su juventud en Cuba. “No sabíamos nada./ Pero teníamos el amor”, resumió.
Según rememoró al respecto el artista, que hoy reside en Miami: “Extraño la felicidad inocente/ de quién no sabe/ que hay otras felicidades/ más felices/ o quizás menos felices/ pero de mejor prestigio/ o precio/ o fama/ o ilusión”.
El dramaturgo de 60 años, que emigró en los años noventa, primero a España y luego a Estados Unidos, dejó claro que “no extraño un país”, sino “un lugar y un tiempo”, “un tiempo irrecuperable”y “un lugar irrepetible”.
O sea, que lo que en realidad echa de menos el también guionista, productor, poeta, compositor e intérprete cubano, es “un mito”, “un sueño” y un grupo de caras, nombres, amores, fiestas y risas.
De Cuba, afirmó, “extraño todo y nada” porque “depende del día/ la hora,/ el alcohol/ la guitarra/ el amigo/ la foto/ la palabra/ el chiste”.
Ha dicho que extraña una parte de su barrio y algunas calles, y algunas broncas, sombras, y anécdotas, que vivió o le contaron.
Las “matas” de almendra, el olor de la lluvia, o las fiestas inacabables, que pegaban con todo: desde “el alcohol barato” hasta “la música cursi”, tampoco se le borran.
Además, revive la época del trompo, las bolas, la chivichana, su jeans azul, o la grabadora “chiquita”, con un cassette de Bee Gees, de Deep Purple y, “claro”, de Álvarez Guedes.
“Y las carreras en la noche/ cuando nos llamaban/ mataperros./ Y los sustos/ en los apagones/ Y a correr coño/ y reírnos/ morirnos de risa/ gastar el aire en risas/ como si el tiempo/ fuera eterno”, escribió con tono melancólico.
Aunque reconoció que, al salir de la isla, sabía que lo esperaban “otros países” y “otras gentes”, hizo alusión al tiempo en que, “viajar era imposible” y un sueño para él. “Todo estaba por hacer/ Todo estaba por vivir/ Todo era un proyecto”, concluyó.
