Aaron Armenteros, el joven transexual cubano que espera cirugía de cambio de sexo

Havana
cielo claro
19.2 ° C
19.2 °
19.2 °
88 %
2.1kmh
0 %
Vie
29 °
Sáb
30 °
Dom
30 °
Lun
31 °
Mar
29 °

Aaron Figueredo Armenteros nació siendo mujer y no fue hasta noviembre de 2021, 33 años después, que logró hacer oficial su registro como hombre.

Ahora su identidad de género coincide con la que consta en su cédula. Mientras oficializaba el cambio en una oficina del Ministerio del Interior, se decía a sí mismo: “Hoy es el último día que voy a pasar pena”.

En una entrevista con la revista digital cubana El Toque, el muchacho confesó tener deseos de que lo vuelva a parar la policía o le pidan su nuevo carnet para cualquier trámite corriente. “A lo mejor en ese instante pueda sentir un poco de felicidad”. 

El camino para Aaron ha sido todo menos sencillo y aseguró haber podido superarlo intentando ser cada día mejor persona. “He pensado muchas veces en atentar contra mi vida, de hecho hay días en que me levanto y lo único que me preguntó es por qué nací así”, declara el joven que varias veces ha ido solicitar su operación de sexo en el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), dirigido por Mariela Castro, hija del ex presidente Raúl Castro; y donde siempre le han contestado que su cirugía, como la de muchos, debe esperar. 

“Este país está bastante atrasado con respecto a los transexuales. Se pudiera decir que aquí no tenemos futuro. Algunos superan eso, lo cual es tremenda valentía y yo no pude hacerlo. Yo no pude estudiar con mi nombre real, no pude contra el bulling. Muchos como yo están trabajando con las calles no porque lo eligieron así, sino porque no les queda otra opción, tienen que comer y en muchos centros laborales se les niegan el trabajo”, lamenta.  

Para Aaron la adquisición de su carnet de identidad como hombre supone una oportunidad hacia la superación, dice que quiere alcanzar el duodécimo grado, pasar por algún curso y hasta estudiar inglés porque aunque dice no tiene planes inmediatos de emigrar del país, sabe que debe hacerlo en algún momento para facilitar su anhelada operación de cambio de género. 

Tatuado hasta el cuello y con un tabaco en mano, Aaron asegura que nunca pudo comportarse como mujer y eso le supuso un calvario desde que era un niño. Recuerda que sus vecinas no lo dejaban jugar con sus hijas y que si los varones no lo aceptaban en sus actividades, entonces no jugaba con nadie. Tiene nivel escolar de noveno grado y asegura que eso fue gracias a sus maestras que en conceso decidieron aprobarlo. Él nunca iba a la escuela por miedo al horrible bulling en el que se veía implicado. 

“Hasta hoy sigo sufriendo experiencias traumáticas. En una ocasión mi mamá me trancó en el baño con un hombre. Me dijo que yo tenía que conocer las dos partes para estar seguro del bando que iba a elegir. El hombre al final no puedo hacerme nada porque le dije que lo iba a denunciar”. 

Lissette es el nombre de la pareja de Aaron y están juntos desde hace tres años y medio. Con ella quiere tener un hijo, pero sabe que eso ahora es impensable. Sin una operación de cambio de género su relación como padre sería simbólica y no tendría los mismos derechos que ella. “Si me dijeran que tengo que operarme mañana yo ni lo pensaría. Daría un Sí rotundo, no me importa si luego no salgo del salón”, dijo el muchacho. 

En Cuba, una sociedad machista y patriarcal por defecto, Aaron no puede ir a piscinas, ni a playas, ni a gimnasios. Cuenta que lo han llegado a meter esposado en calabozos de hombres, pero admite que ha preferido atravesar por esos malos momentos antes que enseñar el antiguo carnet de identidad que lo identificaba como mujer. Confiesa que es un profundo trauma consigo mismo: “El transexual no pasa tanto trabajo con las personas como con uno mismo, lo de nosotros es algo que está en la mente”.

Lissette es el nombre de la pareja de Aaron y están juntos desde hace tres años y medio.

Y añade: “Espero que todos nosotros no vayamos a morirnos sin poder llegar a realizarnos, la cuestión mental la seguiremos trabajando, como hemos tenido que hacer toda la vida”, concluye.  En 2008 el gobierno cubano aprobó una ley para oficializar las operaciones de cambio de género. El procedimiento se realiza en pocas instituciones de salud del país, resulta gratuita pero debe ser aprobada por una comisión de expertos, en la que intervienen psicólogos, médicos y otros especialistas, quienes se encargan de seleccionar los candidatos

¿Quieres reportar algo?

Envía tu información a: [email protected]

Lo más leído

Quizás te interese

Envíos a CUBA desde → $1.89 x LBENVÍA AQUÍ
+