14 de febrero: Un respiro para decir “te quiero” y seguir lidiando con la vida

Havana
nubes dispersas
25.2 ° C
25.3 °
25.2 °
83 %
3.6kmh
40 %
Mar
32 °
Mié
32 °
Jue
32 °
Vie
32 °
Sáb
28 °

El 14 de febrero es un respiro que todos nos tratamos de tomar a las inclemencias de la vida, para recordarnos y recordar a otros que la felicidad es posible aunque sea por momentos. Aunque sea durante una cena perfecta a la luz de las velas, o a la luz de un mechón oxidado. Aunque sea comiendo un delicado plato o masticando una hamburguesa dura, pero mirando a los ojos de la persona amada como diciendo: todo va a estar bien. Y eso vale mucho, más quizás de lo que se piensa.

El 14 de febrero es como la Navidad. Un día para descansar del mundo. Para irse a otro planeta donde solo se entienda el lenguaje de la alegría y la amabilidad, y en vez de sol salga por el Oeste un corazón rojo y brillante en un cielo de nubecitas blancas con caritas felices. Todos quieren, aunque sea por un día, decir solo “Te quiero” a alguien.

Todos quieren ser sorprendidos por un regalo inesperado. Decir “no tenías que hacerlo” a la vez que aferrase al presente con fuerza para adivinar qué cosa linda será, si se acordó de lo prometido hace meses o se apareció con una mejor idea. Mientras más innecesaria la sorpresa, mejor, como debe ser un regalo que se respete. Permitirse un gasto a cambio de una sonrisa de la persona destinada a recibirlo, para sumarla al arsenal de recuerdos buenos, que siempre son pocos pero cada uno vale por mil recuerdos malos.

El 14 de febrero es una marca más para recordar que hemos existido un poco más, a pesar de que parece que el mundo se va a acabar de un momento a otro. Es negarse, aunque sea por un momento, a mirar hacia arriba, mientras el masivo cometa Putin se acerca a la Tierra listo para estrellarse en áreas de Ucrania y desatar otro caos innecesario.

Putin, como Moscú, no cree en lágrimas. Quizás sí crea algo en el 14 de febrero, y reserve un puntico cálido de su corazón de iceberg a regalar, a organizar una cena, a decir “te quiero”. Quizás también cree en Navidad y haga cada año su arbolito y se emocione con alguna película hasta las lágrimas.

Cada 14 de febrero es un momento para bajarse el mundo en una tranquila terminal de trenes por donde no pasa el tiempo ni la vida, y siempre está atardeciendo entre las colinas a lo lejos. Y la vida parece un mal recuerdo o una pesadilla difusa de la que se recuerda solo el mal sabor. Es un día-isla, un día-sueño, un día-ilusión, un día-sonrisa, un día-regalo. No es malo dar la espalda a los problemas por unas horas y concentrarse en la felicidad, lo cual la hace un poco más posible.

El 14 de febrero, por desgracia, no es un día para ser mejores, pero sí un día para estar un poco mejor, para permitirse estar un poquito más tranquilo, para sonreír más de la costumbre. Para no mirar hacia arriba, sino hacia los ojos de otra u otras personas, que puedan por un instante, contener el mundo y probar que quizás por ese segundo todo lo que se necesite es amor.

¿Quieres reportar algo?

Envía tu información a: [email protected]

Lo más leído

Quizás te interese

Envíos a CUBA desde → $1.89 x LBENVÍA AQUÍ
+