Antes de convertirse en una famosa vedette, en esa “mujer escándalo” irreverente y desafiante que hoy muchos conocen, Niurka Marcos era una jovencita soñadora a la que le sobraba talento y aspiraciones. Pero, por encima de todo, tenía un propósito: irse de Cuba para dejar atrás la pobreza y triunfar como artista.
Hoy se puede decir que lo logró, pero ¿a qué precio? La historia de Niurka Marcos está llena de matices; ahora es tan conocida en Cuba como en México y Los Ángeles, pero cuando era todavía una adolescente tuvo que sufrir lo que pocos para llegar a ese lugar de privilegio que muchos envidian.
Su padre era mayor de la Marina, pero cuando Niurka tenía 5 años se alejó totalmente de la familia y las cosas se pusieron difíciles en casa. Sin embargo, desde adolescente supo pelear por lo que quería y se volvió indetenible.
Niurka comenzó sus estudios en la Escuela Nacional Circense de Cuba en 1983, pero rápidamente fue contratada para bailar en el Cabaret Parisien del Hotel Nacional de La Habana. Fue entonces cuando se topó de frente con un fenómeno común por aquellos días, la prostitución, aunque asegura que nunca “cayó en eso”.
Con una belleza inimaginable, a Niurka le regalaron desde ropa de diseñador hasta prendas de diamantes. Su talento la llevó a ser una de las principales bailarinas de Tropicana, y gracias a eso pudo salir del país y conocer Hungría, la URSS, Austria, Santo Domingo, Canadá, Puerto Rico y México.
Fue en un tour por México que conoció a su primer esposo, un funcionario de la Procuraduría General (PGR) que se convirtió luego en el padre de su hijo mayor Kiko. Niurka volvió a Cuba, pero el hombre la llamó por teléfono y le propuso matrimonio: la fue a buscar y regresaron al país azteca cuando la cubana tenía dos meses de embarazo.
Pero cuando llegó a México se encontró con una realidad muy diferente a la que le pintó su marido. No era rico, como él le decía, vivía en un cuarto de pocos metros cuadrados con un colchón en el piso y una pequeña nevera.
“Me dejaba sola muchos días, no muchas horas, muchos días. Y mi barriga seguía creciendo”, decía hace casi una década en entrevista con Historias Engarzadas. “Lloraba mucho, extrañaba a mi mamá, mi baile, mi canto, mi música, mi show, mi escenario”.
Niurka dio a luz prácticamente sola y así permanecería por mucho tiempo. Pero eso no sería lo peor, no solo la golpeaba a ella y a su bebé, sino que llegó a rastrillarle una pistola en la cabeza en un intento por evitar que lo abandonara. Fue gracias a su mamá, Celeste, que Niurka pudo salir de esa con vida, según ha declarado.
Celeste amenazó al hombre con entregarlo a la policía porque conocía que era un funcionario corrupto. Agarró a su hija por la mano, cargó a su nieto y se fueron los tres juntos de esa casa; de nuevo, de regreso a Cuba.
“Con esa experiencia aprendí y me juré a mí misma nunca más dejar mi trabajo por ningún hombre”, dijo. Afortunadamente, otra gira de Tropicana la llevó de vuelta a México e inmediatamente consiguió trabajo como modelo.
El resto es historia. Niurka fue contratada como conductora de televisión, más tarde como actriz de telenovelas, como cantante… Los contratos le llueven hasta el día de hoy. Si bien atravesó por otros momentos amargos a lo largo de su carrera, en la actualidad es una mujer plena y feliz que cuenta con el cariño de medio mundo.
Recién salida de La Casa de Los Famosos, Niurka Marcos sigue sembrando éxitos en su carrera profesional, al tiempo que impulsa la de sus hijos, dos de ellos (Romina y Emilio) con gran talento para la música y la actuación.
