Sostener una boda con uno mismo no deja de sorprender y se vuelve noticia casi siempre, sobre todo por las condiciones que casi siempre le sirven de contexto. En Cuba, hace pocos días una joven habanera tejió una red colaborativa y un expectante grupo de seguidores que ansiaban asistir a su boda.
La muchacha se casaba con ella misma en una ceremonia que no escatimó en lujosos gastos de producción, mientras la audiencia eufórica aplaudía el atrevido gesto de la joven que aseguraba la vida era demasiado corta como para privarse de hacer lo que le diera la gana. Con lo cual, además decía, daba por probado el infinito amor que sentía por ella y la valentía de asumir un compromiso con ella misma y no con una segunda persona.
Sucede que en este mundo de likes y followers, ninguna excentricidad parece espontánea, sino más bien permeada inevitablemente por la seducción del marketing. Y sucede también que desde el punto de vista psicológico, no queda claro qué tan verídico sea el hecho de que una persona que se case con ella misma, de forma simbólica, garantiza indiscutiblemente la salud de su autoestima y el profundo amor que pueda sentir por sí misma.
Una psicóloga consultada por Cuballama asegura que hasta su consultorio no ha llegado ninguna persona con semejantes pretensiones de boda personal, sin embargo, como especialista está acostumbrada a tratar pacientes de baja autoestima y problemas de reconocimiento hacia su persona. Además, el acto de la llamada sologamia no le resulta desconocido.
“Una boda con uno mismo no significa en absoluto que la persona, efectivamente, sienta amor propio. Usted puede quererse con sus defectos y sus virtudes porque el amor propio es precisamente eso, reconocernos con lo bueno y lo malo que tenemos y saber lidiar con eso. Es necesario que aprendamos a convivir con lo que somos y saber actuar en la vida teniendo eso en cuenta”, opina la especialista.
El matrimonio con uno mismo tiene detractores y defensores. Mientras los primeros alegan su naturaleza narcisista, los segundos dice que es todo lo contrario. Disfrutar de la vida, sin necesidad de tener pareja es la principal bandera de quienes optan por esta modalidad y buscan la fuente del amor en otros sitios como los amigos o la familia y no creen en la famosa teoría de la media naranja como fin único y exclusivo hacia la plena felicidad. La sologamia como acto de reafirmación y empoderamiento femenino es igualmente otra de sus interpretaciones.
Sin embargo, para la doctora “todos los extremos son malos. Ni es buena la sologamia, ni tampoco lo es la poligamia. Pero sin dudas nosotros tenemos el derecho a buscar la felicidad de diferentes formas. Soy de las personas que confía en que la felicidad se encuentra en las cosas más simples que no llegamos a reconocer muchas veces. Pero tampoco podemos dejar de admitir que llevar una relación de pareja es una fuente de felicidad, de beneficio, de placer y satisfacción. Y que es bueno tener relaciones sexuales también es verdad, incluso cuando las personas están solteras llega un momento en que lo necesitan”, asegura.
Lo más importante en estos casos, confirma la psicóloga es sabernos conscientes y responsables de los que queremos para nuestra vida y del paso y las decisiones que asumimos como tal. Se han conocido casos de personas que se casan con ellos mismos aun cuando se encuentran formando parte de otros tipos de relaciones en pareja únicamente como prueba de que mejoran su autoestima. Este tipo de decisiones suele rondarse de la falsedad a efectos psicológicos, hay muchas formas de confirmar una autoaceptación sin necesidad de tocar estos extremos, desde el punto de vista clínico, bajo esas condiciones no adquieren relevancia alguna, con lo cual el acto confirmarían su hipótesis de superficialidad.
“Muchas personas acuden a la sologamia para eludir la famosa búsqueda de la media naranja e ignorar que no han encontrado a la persona que buscan. Incluso, muchos recurren a este tipo de decisiones en el intento por superar una mala relación de pareja. Eso tampoco es lo que se quiere, o lo que intentamos hacer ver los especialistas. Cada quien debe tener claro lo que desea, establecer un vínculo de este tipo con uno mismo no debería ser un paso intermedio mientras se encuentra a otra persona, mucho menos porque sea un término de moda”, recalcó.
