El fenómeno de la fuga de atletas cubanos ha vuelto a cobrar protagonismo en 2024. Recientemente, dos destacados miembros del equipo cubano de lucha, Susana Martínez y Santiago Hernández, abandonaron la concentración en Acapulco, México, justo antes del inicio del Campeonato Panamericano Senior 2024 y el Clasificatorio Olímpico Panamericano. Estos eventos son significativos no solo por sus implicaciones deportivas, sino también por lo que representan en un contexto más amplio de deserciones de atletas cubanos.
El caso de Martínez y Hernández en 2024 es especialmente notorio. Martínez, una atleta de Camagüey de 23 años, tenía un historial impresionante, incluyendo un quinto lugar en el torneo Panamericano de Cadetes y Junior en 2021. Hernández, por su parte, formaba parte del equipo en la categoría de 54 kilogramos para el Campeonato Panamericano Senior.
Estas deserciones no solo afectan las aspiraciones deportivas de la lucha Cuba de cara a París 2024, sino que también reflejan un descontento más profundo entre los jóvenes atletas; pero es parte de un fenómeno migratorio ya conocido a nivel mundial y del que Cuba, con mayor o menor protagonismo ha sido parte.
En 2023, se registraron alrededor de 80 casos de atletas cubanos que abandonaron sus delegaciones, una cifra alarmante que refleja una tendencia continua, aunque un año antes «desertaron» 109.
Entre los casos más notorios del 2023, resalta el de Hangelen Llanes, medallista de oro en los XXIV Juegos Centroamericanos y del Caribe, quien desertó en París antes de un viaje a Serbia. Y entre las luchadoras, tenemos a Yoannia Pérez y Liliana Duane, quienes también se fugaron durante un evento internacional en una escala en México.
Las deserciones más meritorias de ese año ocurrieron durante los Juegos Panamericanos en Chile, momento ese en el que el hockey cubano se destacó, con la fuga de varias de sus integrantes del equipo nacional, entre las que destacaron, por «iniciadoras», Yunia Milanés, Lismary González y Geidy Morales. Milanés, la novia de Lázaro Tolón, un hockeista que también se fugó en Chile durante un entrenamiento el pasado mayo, dijo que todo lo tenía planeado desde Cuba. Yunia era la capitana de la selección nacional.
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La falta de pronunciamientos oficiales sobre estas fugas por parte de la prensa cubana agrega más misterio y especulación en torno a este fenómeno. Tradicionalmente en la isla no se habla de esto, y solo en muy contadas ocasiones, cuando se trata de un atleta relevante, los medios oficiales hacen mención al hecho.
El éxodo de atletas cubanos no es un fenómeno nuevo, y en los últimos años, los que más han tomado las de Villadiego han sido los peloteros.
Entre las fugas y deserciones históricas y heroicas del llamado «deporte revolucionario cubano» ocurridas en años anteriores, está la de René Arocha, iniciador el éxodo de peloteros cubanos. Sin embargo, esta no fue una fuga espectacular, pues Arocha apenas aprovechó la escala del equipo en Miami para visitar a su madre, pero no regresó al aeropuerto.
Entre los que sí se fugaron verdaderamente tenemos a Liván Hernández, quien «desertó» durante un torneo en Monterrey, México, en 1995, corriendo hacia el medio de la calle, momento ese en el que casi lo atropella un carro; incitando tal vez a que su hermano Orlando «El Duque» escapara de Cuba dos años después en un arriesgado viaje en bote en la Navidad de 1997 que lo llevó a un cayo en Bahamas.
La fuga de Liván no fue tan dramática como la del pitcher Edilberto Oropesa, la que se considera la fuga más espectacular de un deportista de la Isla en eventos internacionales. Oropesa, durante los Juegos Universitarios de Baltimore 1993, salió corriendo desde el bullpen, en plena transmisión televisada de un juego de béisbol y brincó la cerca, ante la mirada atónita de miles de aficionados y de sus propios compañeros de equipo.
No menos escabrosa fue la fuga de los hermanos Yulieski y Lourdes Gurriel Jr. en República Dominicana, quienes atravesaron corriendo el lobby de un hotel en plena madrugada, para subirse a un auto y perderse en la oscuridad de la noche.
Todas estas fugas históricas han marcado el deporte cubano, destacando tanto las habilidades excepcionales de estos atletas como las difíciles condiciones que enfrentan en su país natal.
