Mucho se ha hablado sobre el incremento de la violencia en Cuba y hasta en lugares tan apacibles como Louisville, Kentucky, lugar que de ser un lugar tranquilo para el reasentamiento de los cubanos emigrados a los EE.UU., se ha convertido en los últimos 30 años en centro de noticias relacionadas con delitos y crímenes, varios cubanos se han visto involucrados en hechos absolutamente repudiables.
Se trata de un patrón de conducta heredado, en viviendas, barrios, donde los conflictos se solucionan con violencia, y donde muchos, para escapar de la miseria y la pobreza, recurren a la ilegalidad violenta – robos y asesinatos – para apropiarse de lo ajeno. O simplemente para «sobrevivir» a un conflicto.
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Hace apenas unas horas se conoció que una familia cubana, compuesta por tres individuos, una mujer, el esposo de ella y un menor de edad, que es nieto de la mujer, residentes todo en San Germán, en la provincia de Holguín, fueron asaltados y secuestrados en su propia casa.
Según testigos declararon al medio Click-Cuba, tres individuos “fuertemente armados (…) irrumpieron en la vivienda, sometiendo a sus habitantes a una hora de angustia y miedo”, mientras veían cómo les robaban una motocicleta MZ, la cadena de oro de la señora, sus aretes y varios electrodomésticos; además de alimentos de la canasta básica normada y un pomo de aceite.
La inseguridad ha tomado niveles alarmantes en la sociedad cubana, y el pasado fin de semana, una masacre que ocurrió en el poblado de Ceballos, Ciego de Ávila, donde cuatro personas fueron brutalmente asesinadas, entre ellas un niño de 4 años de edad, tiene a los cubanos crispados.
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También el fin de semana, Vladimir Hinojosa Jiménez, un joven cubano padre de un niño pequeño, fue asesinado por causas que se desconocen.
Su pareja, Melissa Oviedo Zarauza, fue «acusada» por la madre del occiso, Bárbara Jiménez González, de estar detrás de la muerte del joven, pero no hay detalles confirmados, con relación a la muerte de Vladimir Hinojosa Jiménez.
Cuba ha pasado a ser un país inseguro desde hace ya más de dos años, para convertirse en un país donde los actos violentos se suceden a diario y donde incluso se han reportado 18 muertes violentas en un mes, tal y como ocurrió el pasado mes de julio, según reporte publicado por el Observatorio Cubano de Conflictos (OCC).
Muchos cubanos que han emigrado al exterior, principalmente a los EE.UU., parecen haber exportado ese patrón de violencia, y muestra de ello es la frecuencia con la que un cubano aparece en los medios estadounidenses de noticias, detrás de algún delito o crimen.
Cubanos ejercen la violencia en EE.UU.
Este fin de semana, Luis Damas, un cubano de 64 años residente en Miami, fue arrestado tras ser acusado de intentar asesinar a su hijastra y agredir físicamente a su expareja.
El incidente ocurrió cuando Damas irrumpió en el apartamento de su exesposa, iniciando una disputa violenta. Durante el altercado, Damas disparó a su hijastra, aunque la bala no la alcanzó. También agredió brutalmente a su expareja, quien logró defenderse y eventualmente convencer a Damas de calmarse.
Damas enfrenta múltiples cargos, incluidos intento de asesinato, asalto agravado y manipulación de pruebas, y permanece detenido sin derecho a fianza.
Algunos de los hechos violentos ocurren en espacios públicos, donde los cubanos se reunen para disfrutar de sus artistas favoritos, donde el alcohol y «algo más», termina nublando el juicio de todos, menos los músicos y los cantantes.
Este fin de semana, en Odessa, Florida, un concierto de Jacob Forever terminó literalmente hablando como la Fiesta del Guatao.
El concierto tuvo lugar en la discoteca “La Santa”, que de Santa se transformó en infierno, según imágenes de la bronca compartidas en Instagram y Telegram por el influencer Michelito Dando Chucho.
En los videos se ve a varias personas enfrentándose a golpes, corriendo y lanzándose entre ellos sillas y mesas del lugar.
En las imágenes no se ve a Jacob Forever sobre el escenario, presumiéndose que el concierto ya había terminado cuando se dieron los hechos, o que se dio estando Jacob encima de la tarima, y este y sus músicos, para evitar ser impactados, pusieron pies en polvorosa.
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