El devastador paso del tifón Yagi por Vietnam ha dejado una cifra alarmante de muertos y desaparecidos.
Hasta el 13 de septiembre de 2024, se han confirmado 233 fallecidos, mientras continúan los esfuerzos de rescate para localizar a más de 100 personas aún desaparecidas en áreas afectadas por deslizamientos de tierra e inundaciones repentinas.
Tres días atrás, las víctimas confirmadas ascendían a 46.
El tifón Yagi, uno de los más fuertes en golpear Vietnam en décadas, tocó tierra el pasado sábado con vientos de hasta 149 km/h.
Aunque sus vientos disminuyeron el domingo, las fuertes lluvias continuaron, provocando inundaciones masivas, especialmente en las regiones montañosas del norte del país. La provincia de Lao Cai ha sido una de las más golpeadas, donde el pequeño pueblo de Lang Nu fue arrasado por una avalancha de agua y lodo. Los equipos de rescate, con ayuda de perros rastreadores, han recuperado hasta ahora 48 cuerpos en esa área, mientras que otros 39 habitantes siguen desaparecidos.
Además de las trágicas pérdidas humanas, el tifón ha causado daños significativos a la infraestructura del país.
Se estima que más de 800 escuelas y 550 instalaciones de salud han sido destruidas o gravemente afectadas, dejando a millones de personas sin acceso a agua potable segura. La UNICEF y otras organizaciones internacionales están colaborando con el gobierno vietnamita para distribuir suministros de emergencia, como agua embotellada y sistemas de purificación.
El gobierno, liderado por el primer ministro Pham Minh Chinh, ha prometido no cesar los esfuerzos de rescate hasta encontrar a todos los desaparecidos. Sin embargo, las condiciones del terreno y los daños a las carreteras están dificultando el acceso de maquinaria pesada a las zonas más afectadas, retrasando las labores de búsqueda.
En respuesta a la tragedia, varios países, incluidos Australia, Corea del Sur y Estados Unidos, han ofrecido asistencia humanitaria. Estos esfuerzos se suman a las contribuciones económicas y materiales para ayudar a las comunidades devastadas por el tifón.
El impacto del cambio climático ha sido señalado como un factor que está intensificando la fuerza de los tifones en la región. Las aguas más cálidas del océano están proporcionando la energía necesaria para que estos fenómenos meteorológicos sean más destructivos, tanto en términos de vientos como de precipitaciones.
Los efectos de Yagi también se han sentido en el ámbito económico, afectando a fábricas en Haiphong, un centro industrial clave, lo que podría tener repercusiones en las cadenas de suministro internacionales.
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