A un mes de cerrar el 2023 el deporte cubano del alto rendimiento podría completar el centenar de fugas de atletas en el extranjero, con un posible record de mujeres «desertoras» en la historia nacional mientras los directivos no ocultan su preocupación por el futuro olímpico de la isla.
Este martes durante una convención internacional sobre deporte y educación física que se celebra en La Habana autoridades deportivas locales mencionaron, según el sitio oficial «Jit», la «importante renovación» en el alto rendimiento, sin aludir que en la mayoría de los casos se trata de un recambio obligado debido a las deserciones.
El funcionario José Antonio Miranda, encargado de esta área, dijo que «sucede para bien, hay que mirar al futuro. Lo que nos deparan los ciclos (olímpicos)2028 y 2032 dependerá de si podemos mantener esta reserva deportiva» y ponderó las actuaciones de los Juegos de San Salvador y Santiago de Chile en esta temporada.
Pero esa «reserva deportiva» podría seguir dañándose con las escapadas en aumento. A principios de octubre , antes de salir hacia la cita continental chilena, el propio Miranda reconoció en un programa de la televisión que 2022 registró la migración de 109 atletas , y en el transcurso de 2023 habían sido 78 » muchos de ellos con compromisos con los Juegos Panamericanos”.
Ello significa que con los 10 deportistas que se quedaron en Chile ( seis mujeres del hockey, una basketbolista, un balonmanista, uno de atletismo , un paranadador ), más las fugas conocidas recientemente de la pesista Elizabeth Reyes en Mundial Juvenil en México y los dos futbolistas de salón en Costa Rica, la cifra ha aumentado a 91 de acuerdo a la agenda oficial del Inder y a su registro de atletas que han roto sus contratos con las federaciones nacionales por diferentes vías incluída la más traumática, el súbito abandono de delegaciones.
Otras estadísticas extraoficiales confirman en 67 ese número. Las estadísticas de 2023 podrían corroborar también que la cifra de mujeres deportistas que se han desmarcado del sistema deportivo cubano con destino al extranjero pudiera representar un record o estar entre las temporadas más altas en la historia deportiva nacional.
Miranda se refirió en el foro a que «el objetivo de Cuba no consiste tanto en buscar cifra de clasificados respecto a ediciones anteriores. En los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, con la tercera delegación más pequeña de nuestra historia, solo 69 atletas, se logró una alta eficiencia al punto de concluir en el lugar 14 con siete medallas de oro», recordó. El funcionario reiteró el pronóstico oficial de Cuba de mantenerse entre los 20 primeros lugares.
En julio pasado, a un año justo de París 2024, Gracenote de Nielsen,la misma empresa de tecnología de datos y entretenimiento que para Tokio 2020 le pronosticó a Cuba 13 medalllas y logró 15, ahora en su primer análisis excluyó a la Isla de entre los 30 primeros países de la tabla de preseas de los próximos Juegos Olímpicos.
El enfoque de los funcionarios deportivos capitaneados por Miranda parecen absolutizar el llamado «deporte laboratorio» en especialidades individuales, marcadamente de combate, relegando la trascendencia popular de los deportes colectivos, tras el fracaso de los mismos como confirmaron los recientes Juegos Panamericanos. Al parecer Cuba sólo tendría a estas alturas una única posibilidad (remota) con la selección masculina de voleibol.
Los funcionarios deportivos en combinación con las autoridades políticas apuestan al «deporte laboratorio» en lucha y judo, y también en un boxeo con dudas, para la tradicional propaganda de «la potencia deportiva mundial» de acuerdo a un puesto en un medallero olímpico y no a la realidad social.
