Cuba: Un país de hijos lastimados

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La llegada de Camila T. Lobón a Miami, la baja de la pelota cubana de Yousimar Cousín, y unas declaraciones dadas al portal Infobae por un bailarín cubano a raíz del escándalo Maradona-Mavys Álvarez confirman que Cuba es un país de hijos lastimados. Gente que se va y no regresa, aun cuando ni siquiera quieren irse.

Emigrados por la fuerza, ya sea del país o de un lugar determinado -centros de estudio o de trabajo, fundamentalmente- las historias de los cubanos cansados por las injusticias, atropellos, burocracia, corrupción, indefensión, falta de derechos, y similares se suceden día a día. Basta mirar la prensa o escuchar las noticias.

Por ejemplo, el número in crescendo de balseros. O la historia de una madre que, junto a sus cinco hijos, ocupa un antiguo almacén en Cienfuegos, a falta de una casa para vivir.

Las historias se suman por decenas y cientos, pero en las últimas horas se «habla» de la llegada a Miami de Camila T. Lobón, una destacada artivista cubana, quien desde hace ya varios meses sufría como pocos el acoso diario del régimen cubano.

En un post publicado en la red social de Facebook, Camila confirmaba su «exilio» y explicaba:

«Vine para recuperar un poco de la libertad vital que sobre mi cuerpo y espíritu, más en los últimos dos años, ha requerido una energía excesiva mantener; y buscando reconectar con mi trabajo en una residencia de arte».

Luego agregaba:»En lo personal, además, me repele e insisto en suprimir el sino dramático derrotista que rodea los conceptos de exilio o destierro, quizás porque su revocabilidad me parece tan inminente, como la de la dictadura. No es tiempo de nostalgias, la historia se está reescribiendo a cada instante. La democracia en Cuba es una realidad tangible, y así debemos sentirla y en ello enfocarnos«.

Yousimar Cousín: el próximo pelotero en la «lista»

No menos dolorosa es la baja de la Federación de Béisbol de Cuba de uno de sus más destacados lanzadores: el de los Toros de Camagüey, Yousimar Cousin. Un adelanto de una partida inminente hacia otro país. Otra probable «fuga» de un pelotero cubano hacia otras tierras.

Otro hijo de Cuba herido.

En declaraciones a Yordano Carmona (Portal Pelota Cubana) precisó los motivos de su baja beisbolera.

«Simplemente fui a la Comisión Nacional a presentar un contrato para México que me habían ofrecido y no me dejaron ir y me dijeron que la Seguridad del Estado me tiene bloqueado. Tal parece que no me dejan jugar, ni fui al equipo Cuba, ni pude ir de contrato. Fui a ver cómo revertía el problema porque yo no tengo ningún problema de salida ilegal, ni nada de esas cosas. Parece que me involucraron en un problema o me tienen ‘fichado’ por la seguridad o no se bien que problema es el que hay», expresó.

«Yo no formé parte ni del equipo Cuba y entonces vine a presentar un contrato. Si a otros peloteros jóvenes le han dado la oportunidad de ir a jugar teniendo problemas con salidas ilegales porqué conmigo no ha podido ser igual. Al final de la jornada los peloteros se quedan y eso no es culpa mía, yo no tengo que pagar por eso. No me dieron respuesta, me dijeron que ellos no tienen nada que ver con eso, que eso es cosa de la Seguridad del Estado y no me dieron una respuesta que me connvenciera. Entonces por eso decidi pedir la baja. No voy a seguir jugando más pelota porque no vale la pena», añadió el deportista.

«Yo me he sacrificado bastante para poder lograr un contrato ya sea en Japón, México, donde sea. A mi se me dio uno en Panamá y no pude por cuestiones de la pandemia, pensé que me iba a llegar otra oportunidad y me llegó esta con los Charros y no se me dio. Entonces yo decidí pedir la baja por eso. ¿Por qué voy a seguir con Camagüey, ahí matándome el brazo y sacrificándome, intentando hacer el equipo Cuba, coger un contrato para poder prosperar y no se me da. No veo forma de por qué tengo que seguir jugando», concluía.

Véase la similitud entre el caso de Cousín y Lobón, que pudiera definirse como la falta de oportunidades que en Cuba tienen ambos jóvenes para desarrollar sus potencialidades. Una como artista, el otro como atleta.

Sobre el tema, sobre la falta de oportunidades para los jóvenes cubanos en la isla habló al medio Infobae un exbailarín de Tropicana, residente actualmente en Argentina: Enrique Farres. El joven confesó al diario que en Cuba tuvo que prostituirse para subsistir.

Sus palabras vienen a apuntalar la historia del futbolista Diego Armando Maradona con la cubana Mavys Álvarez; una historia que tiene a la Argentina patas arribas, por exponer el carácter pedófilo del astro e ídolo argentino.

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“Llama la atención porque se trata de una figura famosa, pero lo de Diego Maradona y Mavys Álvarez es moneda corriente en Cuba», dijo el bailarín cubano, confirmando que eventos así, menores cubanos con ciudadanos extranjeros, han sido parte intrínseca de varias familias en la isla.

«Yo lo veía en la escuela, dónde las chicas menores de edad terminaban con los extranjeros. Es tremendo, pero para nosotros no es ninguna novedad”, manifestaba Farres en entrevista con Teleshow, portal del medio argentino Infobae, al que relató su propia experiencia de vida.

“Cuando terminé la escuela en el 2006 mi sueño era bailar en Tropicana. Pero para llegar ahí, donde trabajé del 2011 al 2016, antes tuve que pasar por otras entidades artísticas (…) el salario era de 250 pesos cubanos, que equivalen a 10 dólares mensuales. El tema era que una botella de aceite costaba 2 dólares. ¡Todo se pasaba del límite! Así que, solamente con el trasporte, yo terminaba gastándome todo lo que ganaba”, expresó.

“Cuando estás con una mujer mucho mayor que tú, que no te gusta pero con la que tienes que estar por dinero, te estás prostituyendo. Es decir, estás vendiendo tu cuerpo para poder darle de comer a tu familia. Y eso que yo hice, lamentablemente, no tiene otro nombre. Hay mucha gente que vivió y que, actualmente, sigue viviendo de eso”, comenta.

“Muchas veces me estaba acostando con una persona veinte o treinta años más grande que yo. Era imposible que me gustara. Lo mismo le pasa a un hombre que a una mujer. Así que sentía asco, pero cerraba los ojos y pensaba en el dinero, en lo que me iban a comprar o en que me iban a sacar del país”, dijo el cubano.

Son tres historias de hijos de Cuba. Aparentemente no relacionadas entre sí, pero muy conectadas en su esencia.

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