Para muchos cubanos es inolvidable la adolescente de cabeza rapada, Isabel, que encarnó “de casualidad” la actriz Mónica Alonso en la serie ‘Doble Juego’ hace 21 años porque ni siquiera se había apuntado para el casting.
Tan inolvidable fue su interpretación de Isabel, como las escenas que compartió con los fallecidos actores Broselianda Hernández y Raúl Pomares, “de los mejores actores” que conoció nunca.
Como “hay pocas cosas” que le gusten más que la transformación, confesó recientemente que no le importó en aquel momento “afeitarme al cero la cabeza” para meterse en la piel de una rebelde adolescente.
Según contó a Cubanet, como “el match es muy importante en las escenas”, tenía que afeitarse la cabeza “un día sí y un día no”. Así lo hizo “encantada” durante ocho meses de rodaje. “Si ahora lo tuviera que hacer de nuevo”, lo haría.
Mónica destacó lo diferente que fue su juventud a la de Isabel. Ella se crió en una casa en El Vedado, practicando ballet y oyendo música clásica, mientras su personaje vivía era del “bajo mundo”.
“Yo me fui antes de comenzar a rodar tres meses en un solar, a vivir con un señor que me dejó quedarme en su casa”, narró sobre lo que hizo para darle vida a Isabel.
Poco después de ‘Doble Juego’ (2002), escrita y dirigida por Rudy Mora, la actriz de 41 años fue a “reiventarse” a España, donde vive hace dos décadas, actuará en dos cortos en 2024 y está haciendo un libro de cuentos para adultos.
En el país ibérico ha tenido que trabajar en bares de copas, discotecas, y tiendas de ropa, para poder pagar las cuentas. “Fue como terminar una vida y comenzar otra”, aseveró.
Como emigrante, ha estudiado de todo: medicina china, yoga, nutrición. Ha sido monitora de pilates y ha creado una especie de método de actuación para los bailarines clásicos, que ha podido desarrollar en varias ciudades de Europa. Fue además budista por un tiempo y vegana, 16 años.
Actualmente, más relajada y madura, ha podido volver al arte. En tal sentido, detalló que uno de los cortos lo está escribiendo Arturo Infante, a partir de una idea original suya, y lo dirigirá Pavel Giroud. Y el otro lo está co escribiendo con Joseph Ross.
De acuerdo con Mónica, Cuba tiene un techo, “tal vez bajo”, pero “te crea una zona de confort a nivel familiar en primer lugar y luego a nivel profesional”.
Además, contó sobre el año y ocho meses que vivió en Cuba después de haber emigrado a España. Recuerda que volvió a la isla con su hija Habana, que entonces tenía cinco años (ahora es una adolescente), aunque terminó regresando a Madrid porque no encontró el “oxígeno” que esperaba.
De aquella época, Alonso, que empezó a recordó lo mucho que cuestan la comida y el transporte en Cuba, y que no recibió el “pelín” de respeto que esperó.
