Frei Betto, Díaz-Canel y la brisa sin carne de cerdo

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Hasta una jocosa versión de «La Jama y la Religión» ha salido a la luz.

Se acerca el fin de año y el oficialismo cubano se toma a la ligera el problema con la alimentación. El presidente Díaz-Canel habla de la capacidad de resistencia del pueblo cubano; el teólogo de la liberación, el brasileño Frei Betto dice que en Cuba no se pasa hambre, sino que los cubanos tienen «mucho apetito» y un bloguero revolucionario postea unas fotos con mucha comida, sobre todo carne de cerdo, a pululu, en Santa Clara; dice que «ningún medio de Miami ni los influencers – debe referirse a Eliécer Ávila y Alexander Otaola, principalmente – hablará sobre el asunto, sin chequear siquiera que ya Cuballama Noticias, desde bien temprano en la mañana abordó el tema.

Lo ha dicho sin tener siquiera en cuenta que, apenas a 69 kilómetros de allí, en Cienfuegos, desde hace dos semanas se anunció que no habría carne de cerdo. Que no había necesidad de hacer colas ni listados. Porque la carne de cerdo «no existe».

Bueno, en Santa Clara existe. O eso intentan hacernos ver.

Sí, la triste realidad en la pequeña isla caribeña es esa: su fin de año, su Navidad y sus fiestas han estado matizadas por el problema con la carne de cerdo. Por su escasez.

Y mientras los cubanos la buscan, ya con un precio superior a los 300 CUP la libra, no pocos, como Leonardo Fernández Otaño, arremeten con toda la justeza del mundo contra el brasileño Frei Betto.

Leonardo Fernández Otaño a Frei Betto: «Respete el calvario en que se ha convertido nuestra vida cotidiana»

El joven, quien fue uno de los participantes detenidos por las protestas de ese día en La Habana, respondía así a un artículo publicado por en el periódico oficialista Granma este 24 de diciembre, escrito por el «intelectual» brasileño.

En el texto, Betto, «famoso» en la isla por haber entrevistado a Fidel Castro Ruz en el año 1985, durante aproximadamente 23 horas, tras lo cual publicó su libro «Fidel y la Religión», afirmó en ese artículo que «El Gobierno gasta más de 2,000 millones de dólares al año para importar alimentos, incluso de Brasil, al que le compra, entre otras cosas, arroz y pollo (el 85 por ciento de los productos que Brasil importa de Cuba son tabacos, cigarros y puros)» y afirmaba categórico:

«En Cuba no hay hambre. ¡Pero los cubanos tienen mucho apetito!»

Betto, que apenas tiene dos semanas en Cuba como asesor del Gobierno cubano sobre el programa de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional apoyado por la Unión Europea y organizaciones no gubernamentales, seguramente creyó que aquellas conversaciones entre Fidel y su madre, en la cual se hablaba sobre recetas con camarón y langosta, y donde se ponderaba el sabor de la mantequilla, el limón y el ajo para sazonar los mariscos sin ser hervidos, sino a la brasa, o al pincho, eran un tema de conversación común entre los cubanos.

Fernández Otaño, quien también es cristiano, le ha contestado con la verdad por delante, como pide Dios y le ha dicho:

«En esta tierra hay hambre y el régimen que usted defiende mantiene en condición de prisioneros políticos a cientos de jóvenes porque el 11 de julio pidieron alimentos, medicinas y libertad. Esos jóvenes son el centro de nuestra opción evangélica hoy, en ellos se encarna Jesús el Nazareno.»

«Sepa usted que en este archipiélago hay seres humanos que hacen largas colas para poder comprar carne u otro alimento para su familia, no hablemos de la ropa o los zapatos, pues son un lujo y no una necesidad en medio de este viacrucis que vivimos. También existen tiendas en MLC (Moneda Libremente Convertible) que con precios europeos y en euros, le venden al Pueblo de Dios los artículos de primera necesidad, alejando toda esperanza de una vida digna», explicó también-

«Me resulta triste -le dijo el activista a Frei Betto – que usted se ponga siempre del lado del poder y no escuche el sufrimiento de tantas madres (ya en julio ante las denuncias de tratos indignos y crueles en las cárceles cubanas, usted defendió a la gobernanza, mientras muchos de sus hermanos en la fe estábamos detenidos). Un día le escuché en una conferencia que vivió en un barrio unos años, ¿por qué no le pregunta a sus hermanos religiosos sobre el sufrimiento en los barrios de la Habana?»

«Las comparaciones no son sanas, cuando vuelva a escribir para Granma respete el calvario en que se ha convertido nuestra vida cotidiana», le dijo el joven.

Los cubanos, imposiblitados de acudir a la prensa oficial o siquiera hacer comparecer a Frei Betto en un debate en vivo, también acudieron a memes y sarcasmos para responderle al «experto» en hambruna cubana, el brasileño Frei Betto.

En un delicioso artículo, titulado «La Jama y la Religión», el periodista y humorista Jorge Fernández Era parafraseaba el título del libro del brasileño y nos adentraba en «la brisa» cubensis, esa que hoy, sin carne de cerdo en el horizonte se propaga como epidemia por la isla.

¿Qué es la brisa? La Real Academia Española, RAE, en su quinta «definición» sobre esta palabra dice: f. Cuba. Fuerte sensación de hambre. Es la única palabra fuera de las otras definiciones conocidas de la palabra (viento suave, aire suave, llovizna…) Así de particulares y peculiares son los cubanos.

Frei Betto no conoce nada de Cuba

Betto, vivió apenas una efímera gloria y muy poco tiempo en Cuba, en el reparto Siboney, en la barriada de Flores, en La Habana.

Tal vez por ello, por vivir donde vivió, por rodearse con quienes se rodeó, ha dicho que en Cuba no hay hambre.

Probablemente tampoco siquiera oyó hablar de «la brisa» o entendió cuando alguien dijo «tengo tremenda brisa».

Tampoco se encuentra viviendo en Cuba, actualmente.

Es muy probable que Frei Betto valore como trascendental, el nuevo proyecto del gobierno en La Habana de producir leche de cabra para sustituir la leche de vaca. O que esté de acuerdo, y aplauda, la tarea encomendada hace apenas unas horas por Jorge Luis Tapia Fonseca cuando, en un encuentro con productores de alimentos ponderó, más que la crianza de avestruces y jutías, la crianza de ovejos y carneros, y conejos, los cuales – dijo – solo necesitan yerba para alimentarse.

Las palabras de Frei Betto se complementan en las que Díaz-Canel pronunció ayer, durante un acto político-cultural de la sede del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), en la Escuela Superior del Partido Ñico López, en La Habana, donde exaltó una vez más «la capacidad de resistencia del pueblo cubano.»

“El 2021 ha sido un año duro, un año de aprendizajes, un año también de lamentables pérdidas, pero un año donde la creatividad, el sentido de la resistencia de nuestro pueblo, las convicciones, una vez más permitieron que nos fuéramos por encima de todas las agresiones”, aseguró Díaz-Canel.

“No solo hemos resistido, hemos resistido creando, y creando y resistiendo hemos apostado también al futuro, porque nos hemos desarrollado en medio de una compleja situación”, destacó Díaz-Canel en el acto, a propósito del 63 aniversario del triunfo de la revolución cubana, y reunió a decenas de personas.

Lo aseguró Díaz-Canel apenas unas horas antes de que en la isla, no pocas familias cubanas se verán obligadas a cambiar la tradición. A «innovar», y cambiar el tradicional plato de cerdo, en púa o asado, por una posta de pollo, mientras disfrutan o se torturan con la brisa que entra por la ventana, y que les trae, de una casa vecina, el olor de unas masas de cerdo fritas.

Todo eso, se lo perderá Frei Betto; que de Cuba, lo asegurarían millones de cubanos, não sei uma m…

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