La cantante cubana Yenisel Valdés, quien fuera la voz femenina de la popular orquesta Van Van por 16 años, dedicó un emotivo mensaje por fin de año a sus colegas, en especial a las mujeres.
A través de redes sociales, la vocalista, conocida como Yeny, reconoció que “se acercan fechas difíciles para nosotros los músicos”, porque, “tal vez cuando suenen las doce campanadas” sus bebés estarán durmiendo y ellos estarán “frente a un micrófono”, “en un escenario lejos de ellos” y rodeados de “personas que esperan pasar un rato lindo”.
“Sé lo que digo. Sabemos lo que se siente”, dijo la ex integrante del Tren de la Música Cubana al referirse a la parte más complicada de ser artista durante las fechas festivas.
“En primer lugar, les envío un abrazo. En segundo lugar, les digo que somos personas con el privilegio de entregar felicidad a otros, eso es una bendición y solo por eso todo vale la pena. En tercer lugar, hagamos buena música, por favor. Y en cuarto lugar, suave con los tragos: tus nenes necesitan los buenos días”, señaló.
De igual forma, Yeny, que vive hace unos seis años en California, Estados Unidos, junto a su esposo, Erick Barberia, bailarín y también músico, cantante y percusionista, resaltó que este fin de año ella llamará “una vez más” a Cuba para decirle a su madre y a su hijo que los ama “con todo mi corazón”.
“Fe, esperanza y caridad”, deseó quien es también ex miembro de NG La Banda y se siente bendecida de haber sido dirigida por Juan Formell durante 14 años.
En 2021 la querida intérprete detalló que su esposo y ella tienen tres hijos: Diego, Kalyani y Elani. “Las bebas son de él y mi Diego, mío, pero solemos no reparar en eso, pues los amamos a los tres por igual”, explicó a La Familia Cubana, además de reconocer que extraña el ají cachucha y el puré de malanga de Cuba.
Dueña de una voz poderosa, con la que ha hecho bailar a miles de personas dentro y fuera de la isla, Yeny aseguró entonces que no renunciaría a hacer música y que esperaba que el talento que Dios le dio le permitiera seguir “poniendo el pan en la mesa”. Al parecer, gracias a él, así sigue siendo hasta hoy.