En medio de estas dificultades, las iniciativas solidarias y las historias de resiliencia siguen siendo una luz de esperanza para quienes aún creen en un cambio.
Las familias afectadas por inesperados accidentes despiden el año en medio del dolor y la incertidumbre, recordándonos que los descuidos, la negligencia y la falta de recursos pueden convertir cualquier celebración en un capítulo triste y amargo.
Para millones de cubanos, el inicio del 2025 será un recordatorio de un sistema en crisis que no solo afecta la calidad de vida, sino que también perpetúa la desesperanza en una nación acostumbrada a sobrevivir en la penumbra.
A pesar de no contar con grandes recursos, estos grupos han logrado movilizar el apoyo de comunidades religiosas, donantes y emprendedores comprometidos con el bienestar colectivo. En un país donde las carencias se sienten con mayor intensidad durante las festividades, estas acciones solidarias ofrecen un rayo de esperanza y la posibilidad de despedir el año con dignidad.
La destacada actriz considera que la sociedad cubana es “salvable”, aunque actualmente “estamos viviendo algo muy doloroso”, porque “tenemos una herida abierta”.
Allí, en Cuba, país en el que antes no faltaba la carne de cerdo, animal que se alimentaba con bejucos de boniato, boniato picao y sancocho, la escasez ha alcanzado niveles alarmantes con una reducción, en cuatro años, de casi el 90% de su producción.
Todo indicaba que Castro apoyaba la imagen de la Navidad y de un símbolo como el turrón. Incluso, envió un comité consular a Madrid que trabajaba “ininterrumpidamente” para impulsar, además de la actividad turronera, otras compras como la de juguetes y alfombras.
Este fin de año cada familia en la provincia cubana de Cienfuegos podrá comprar un galón de helado, medio kilogramo de queso, una botella de ron y un pomo de refresco entre otros productos, anunciaron las autoridades.