La institución de análisis The Economist Intelligence Unit (EIU) revisó a la baja los estimados de crecimiento económico de Cuba para 2021-2022, dibujando un panorama muy diferente al previsto por las autoridades de la isla.
En su informe de este mes, la EIU pronosticó que el Producto Interno Bruto cubano apenas crecerá 0,1% en 2021, al tiempo que aumentó el estimado de inflación hasta cerca del 740%, de acuerdo con datos citados por el economista Pedro Monreal.
“El pronóstico de estancamiento (0,1%) del PIB de Cuba en 2021 que hace The Economist Intelligence Unit (EIU) es inferior al estimado oficial de 2%, mientras que el recálculo de inflación de 739,6% para 2021 es mucho mayor que la inflación de 424% pronosticada anteriormente”, detalló el experto en su perfil de Twitter.
La institución estima que la inflación se extenderá hacia 2022, con un nivel de 88,8%, añadió Monreal.
“El pronóstico considera como ‘muy alta’ la probabilidad de riesgo de que las ‘autoridades fracasen en la gestión de la dislocación derivada de la unificación de la tasa de cambio dual”, subrayó.
Asimismo, The Economist Intelligence Unit anticipó un crecimiento de 3,4% del PIB cubano el año siguiente, lo que difiere del 4% proyectado en el informe expuesto por el titular del Ministerio de Economía y Planificación, Alejandro Gil, ante el parlamento.
Ante esos datos otro economista cubano, Mauricio de Miranda, comentó a Monreal que se había quedado “loco” cuando el ministro dijo que el PIB crecería entorno al 4%, “solo unos días después de haber dicho que sería 2,2%”.
“Espero que no estén jugando a los dados”, expresó el especialista.
La economía cubana arrastra una grave crisis desde hace años, que se agudizó con la pandemia de COVID-19 a partir de marzo de 2020, reflejada en una caída del 13% del producto interno bruto.
En 2021 el gobierno aplicó una reforma monetaria y cambiaria que eliminó el Peso Cubano Convertible, devaluó la moneda de curso legal y aumentó los salarios y los precios a todos los productos y servicios que ofrecen las empresas estatales, dominantes en el panorama económico doméstico.
Las medidas, sumadas a la baja productividad y la escasez de alimentos y productos de toda clase, provocaron una notable inflación que no ha dejado de crecer a partir de enero.
