La estabilidad y la recuperación económica parecen más lejanas que nunca, lo que plantea desafíos significativos para el régimen cubano y para la diáspora que busca apoyar a sus familiares en Cuba.
En medio de un escenario financiero y económico cada vez más complicado para Cuba, la persistente suspensión de los envíos de dinero a través de Western Union desde el exterior, sumado a las recientes regulaciones del Banco Central sobre las inversiones en la isla y el histórico incremento en el precio de las divisas en el mercado informal, plantean interrogantes sobre las causas subyacentes de estos fenómenos y sus interrelaciones.
Desde el pasado 26 de enero, Western Union, una de las principales vías para la entrada de remesas a Cuba, ha mantenido suspendidos sus servicios de envío de dinero a la isla.
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Esta decisión se tomó tras un «incidente informático» en las entidades financieras cubanas, aunque el problema informático fue resuelto en enero, la reanudación de los servicios sigue en el aire. La empresa había prometido retomar las operaciones en abril, pero hasta la fecha, la falta de comunicación clara ha exacerbado la incertidumbre entre las familias cubanas que dependen de estas remesas para cubrir sus necesidades básicas.
Paralelamente, la Gaceta Oficial de la República de Cuba publicó recientemente la Resolución 163/2023 del Banco Central, que establece montos mínimos de capital para las instituciones financieras que deseen operar en la isla.
Esta medida busca fortalecer el sistema financiero cubano y promover la inversión. Sin embargo, su impacto en la economía doméstica y en la confianza de los inversores todavía está por verse.
Mientras tanto, el mercado informal de divisas en Cuba ha registrado un incremento sin precedentes en el precio del dólar, el euro y la Moneda Libremente Convertible (MLC). Este fenómeno no solo refleja la profunda crisis económica que atraviesa la isla, sino también la desvalorización histórica del peso cubano.
La confluencia de estos eventos ha llevado a especular sobre la posible relación entre la suspensión de los servicios de Western Union y el aumento en el precio de las divisas en Cuba.
Si bien es cierto que la falta de remesas ha podido influir en la liquidez y en la demanda de divisas en el mercado informal, es crucial considerar que la crisis económica de Cuba es multifacética y está influenciada por una variedad de factores, incluidas las sanciones internacionales, la gestión económica interna y la pandemia de COVID-19.
Lo que es innegable es que la población cubana se encuentra en una situación cada vez más precaria, enfrentando la incertidumbre económica, la escasez de bienes básicos y la devaluación de su moneda. En este contexto, la estabilidad y la recuperación económica parecen más lejanas que nunca, lo que plantea desafíos significativos para el régimen cubano y para la diáspora que busca apoyar a sus familiares en la isla.
