Un cable de la agencia Reuters esta mañána indica que la administración del demócrata Joe Biden rechazó una petición para instalar un cable submarino que proveería servicio de Internet y telefonía desde los Estados Unidos a Cuba, bajo el argumento de que representa «riesgos para la seguridad nacional» y «una amenaza de contrainteligencia»; pero por si fuera poco, no estaría bajo control de ellos (los EE.UU.) sino «por el monopolio estatal de telecomunicaciones de Cuba, Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (ETECSA)”.
Esto supondría, dice el Departamento de Justicia norteamericano en su recomendación hecha a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) para la negativa, que el gobierno socialista totalitario instalado desde hace 63 años en la isla caribeña “podría acceder a datos confidenciales de Estados Unidos que atraviesan el nuevo segmento de cable a través de su control de ETECSA”.
Así lo advierte el Departamento de Justicia en un comunicado dado a conocer este miércoles.
En su recomendación hecha a la Comisión Federal de Comunicaciones, el DOJ propone que se niegue un permiso solicitado por el sistema de cables ARCOS-1 USA Inc. para la instalación del primer cable de telecomunicaciones submarino que conectaría directamente a Estados Unidos con Cuba, y que proveería a esta última de internet a alta velocidad.
“El Gobierno de Cuba ha representado durante mucho tiempo una importante amenaza de contrainteligencia para los Estados Unidos en virtud de su espionaje y otras actividades de inteligencia dirigidas a los Estados Unidos”, añade el documento, en el que hace hincapié en las profundas relaciones de amistad que La Habana sostiene con gobierno como Rusia, China e Irán.
«Mientras que el Gobierno de Cuba siga siendo una amenaza de contrainteligencia para EE.UU., y sea aliada de otros que hacen lo mismo, los riesgos para nuestra infraestructura son simplemente muy grandes», señaló el vicefiscal de Seguridad Nacional, Matthew G. Olsen.
La llegada de un cable de fibra óptica submarino con internet para Cuba, dice la nota, «presenta riesgos inaceptables para la seguridad nacional de Estados Unidos y los intereses de las fuerzas del orden que no pueden mitigarse”.
Dos figuras políticas como la republicana Maria Elvira Salazar y la demócrata Benita Val Demings, que desde el congreso y el senado han apoyado la puesta en marcha de un plan para la internet libre en Cuba, no se han manifestado con relación a la recomendación hecha por el Comité para la Evaluación de la Participación Extranjera en el Sector de Servicios de Telecomunicaciones -conocido como Team Telecom-, una entidad integrada por funcionarios de los Departamentos de Justicia, Seguridad Nacional y Defensa de Estados Unidos.
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EE.UU. apoya la Internet en Cuba, pero «abierta» y libre.
Olsen aclaró que, no obstante la negativa, el país norteño apoya «una internet abierta, interoperable, segura y confiable en todo el mundo, incluso en Cuba”, pero hace hincapié en que es el propio gobierno de La Habana quien «no comparte esa opinión”.
Sin embargo, hay que destacar que el sistema de cable submarino ARCOS-1 conecta a EE.UU. con varios países de América Latina, 15 para ser más exacto, entre los que se encuentran regímenes como Venezuela y Nicaragua; y otros, ahora mismo, afines a la ideología del llamado «Socialismo del Siglo XXI» como son México y Colombia.
La extensión prevista para Cuba, anclaría en el poblado de Cojímar, en el municipio Habana del Este, al norte de la isla, que desde el sur está conectada con un cable submarino de fibra óptica a Venezuela desde el 2011, pero que no ha traído los resultados prometidos, en parte por un escándalo enorme de corrupción y robo del que el gobierno cubano – y tampoco el venezolano – han dado cuentas.
Fue a raiz del deshielo, destaca el portal Cibercuba Noticias, que el gobierno cubano anunció su interés por aprovechar las buenas intenciones y bondad de Barack Obama para tender un cable submarino entre Miami y la isla de manera directa.
Así lo anunció en el 2016 el entonces subsecretario de Estado de la Administración de Barack Obama. Tres años después, ARCOS-1 USA recomendó al Departamento de Estado norteamericano permitir la construcción de nuevos cables submarinos a Cuba; y dos años más tarde, en una presentación ante la Comisión Federal de Comunicaciones, dijo que el cable «aumentaría los medios a través de los cuales los cubanos en la isla pueden comunicarse con los Estados Unidos y el resto del mundo».
Sin embargo, el interés del gobierno cubano de dotar de internet a su pueblo es de dientes para fuera. A raíz de sucesos de corte político en Cuba, exceptuando el 27N, el gobierno de La Habana cada vez que ha existido una protesta en sus calles ha puesto en marcha un método ya probado con éxito en Honduras, Venezuela y Bielorrusia: cortar la internet.
El mayor apagón ocurrió a raíz de las protestas de julio de 2021, evidenciándose así un intento de sofocar las revueltas y apaciguar los ánimos caldeados entre los cubanos, valiéndose de estrategias para bloquear el acceso a internet en determinadas zonas, usando aparatos de interferencia; o en toda la isla.
En su más reciente informe, la ONG internacional Freedom House ubicó a Cuba en el cuarto puesto entre los países con menos libertad de internet a nivel global.