El trabajo remoto ha ganado gran popularidad desde inicios de la pandemia. Ahora, casi cuatro años más tarde, Cuba, un país sin acceso libre a Internet, quiere apostar por este modelo para fomentar el ahorro energético en las instituciones estatales.
Manuel Marrero Cruz, el primer ministro cubano, hizo un llamado a impulsar el teletrabajo en toda Cuba, “dondequiera que sea posible y controlable”, con el objetivo de reducir la demanda del Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
“Hay que ir al trabajo a distancia, al teletrabajo, al cambio de labor, al trabajo corrido en las oficinas”, dijo el titular, citado por la estatal ACN, en la más reciente sesión del Consejo de Ministros. Durante la reunión, señaló la agencia, se evaluaron “las diferentes alternativas por implementar” para reducir el consumo.
Marrero Cruz dijo que en los centros de trabajo del Estado se han desconectado los sistemas los sábados y domingos, “lo que permite una disminución en la demanda de unos 200 megawatts”. Sin embargo, estas acciones parecen no ser suficientes, por lo que instó a “fortalecer” y “multiplicar” otras alternativas.
El ministro también aludió a otros beneficios del trabajo remoto, como la reducción de costos fijos, el aumento de la productividad, y la mejora de la calidad de vida de los trabajadores. El reporte no mencionó si se propuso un plan concreto para ampliar el acceso a Internet de los cubanos y facilitar la adopción de este modelo.
Los funcionarios destacaron que el modelo del teletrabajo no es aplicable para todas las plazas laborales, “pues depende de la función que realice cada trabajador y del cargo que ocupe, entre otras cuestiones”. No está claro si se definieron las plazas que sí clasificarían en la nueva directiva.
Por otra parte, el Primer Ministro se refirió a los usuarios no estatales y dijo que era importante “identificar a los altos consumidores, visitarlos para explicarles la situación, y tomar decisiones conjuntas en beneficio del ahorro energético”. Tampoco trascendieron detalles sobre este plan.
