Yusuam Palacios: «Hay descontento popular»

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El diputado a la Asamblea Nacional formó tremendo berenjenal en su intervención ante el Parlamento cubano.

La intervención del diputado Yusuam Palacios en el Parlamento de Cuba hace apenas 48 horas, no ha desatado tantas burlas como en otras ocasiones en que ha hablado, sino desconcierto porque, según el criterio unánime de quienes lo escucharon, Yusuam Palacios estuvo hablando diez minutos sin decir ni aportar nada en concreto.

La mayoría de quienes lo escucharon recordaron aquel corto de Elpidio Valdés y la tuba, cuando un español se acerca al alto mando español y pregunta: «Permiso, ¿y qué tocó este?». En el caso de Yusuam sería: «Permiso, ¿y qué dijo este?»

Al menos así le sucedió al destacado escritor, lingüista, investigador y profesor universitario Pedro de Jesús López Acosta quien, luego de sufrir escuchándolo todo ese tiempo no pudo llevarse una idea, ni siquiera ligera, de lo que dijo Yusuam.

Yusuam, presidente del Movimiento Juvenil Martiano de Cuba, fue el diputado que pidió durante el IX Congreso de los CDR «abordar en las redes sociales» la vida de los CDR.

«Hay que colocar la vida de nuestros Comités de Defensa de la Revolución (CDR) en Internet», aseguró en aquel entonces, que aunque no dejaría de ser una utopía, al menos tenía una idea central su discurso: la de llevar la vida de los barrios cubanos a Internet.

Ahora, sin embargo no sucedió así. Su intervención demuestra su falta de madurez y criterio propio. De conocimientos sociales y los fenómenos que se generan paralelamente. Juzgó como irrisorio, el daño que le hace a los cubanos llevar durante más de 60 años una ideología desfasada; arrastrando durante 63 años evidentes rezagos del estalinismo soviético y de una represión y censura de ideas como no tiene lugar en el mundo, a no ser en Corea del Norte, donde recientemente fusilaron a dos menores de edad por difundir y ver películas y series de Corea del Sur.

De estas deficiencias ideológicas, del daño que provoca en la vida de los cubanos el recelo ideológico a las ideas distintas; el recelo y miedo a permitir la inversión del capital extranjero en sectores claves de la vida socio-económica del país, y sobre todo, de las deficiencias y lagunas en el conocimiento de casi toda la masa dirigente del país, no habló Yusuam.

Según este diputado, todos los males de Cuba se resumen en la politica de los EE.UU. hacia Cuba; pero no recordó cómo, a raiz de la visita del presidente norteamericano Barack Obama a Cuba, cuando este de manera casi insospechada tendió una mano, primera, hacia el pueblo cubano en un discurso trascendental hecho ante cientos de cubanos en el Gran Teatro de La Habana y transmitido por la televisión a todo el país, él, Yusuam Palacios, fue uno de los tres primeros que salió en la televisión nacional a criticar el discurso de acercamiento de Obama. Frescas en la memoria de los cubanos estaban las palabras de Obama. Parecía que al fin, los EE.UU. apoyaría al pueblo cubano, y Yusuam Palacios saltó a la escena, cámaras delante y calificó las palabras de Obama como «más de lo mismo», equiparando el discurso del presidente de los EE.UU. a cualquiera de los discursos de otros presidentes de EE.UU., juzgando su nueva política como una vieja política establecida ya por sus predecesores norteamericanos a la isla; entre ellos los belicosos Eisenhower y Nixon.

Pero, ahora, ¿qué dijo Yusuam Palacios?

A ciencias ciertas nada. Nada en concreto. Aunque reconoció que la gente está descontenta. Y como está descontenta, se marcha del país.

Yusuam comenzó dándole las gracias casi que por existir, a Raúl Castro, Miguel Díaz-Canel y Esteban Lazo Hernández. Luego, comenzó con su verborrea característica. Esa que lo ha hecho famoso entre los cubanos.

Yusuam hasta habló «del pollo del arroz con pollo», triste recuerdo para la economía importadora de un país que compra toneladas del ave a su «enemigo» más frontal: los EE.UU.

«Este es un tema de una importancia muy marcada; el pollo del arroz con pollo, diríamos. Y todos los temas son son importantes ciertamente; pero este tema de la economía la situación económica del país, las proyecciones para el próximo año, lo que hoy estamos atravesando, las perspectivas todo esto tiene que ser, de interés (…) y conocimiento de nuestro pueblo,» comenzó diciendo.

«Aún y cuando no seamos especialistas en economía o en estos temas, continuó diciendo después, hay aspectos técnicos que quizás sean complejos su comprensión, su entendimiento; sobre todo cuando en el día a día se hace difícil sentarse a evaluar
aspectos técnicos (SIC) cuando la situación es muy tensa, cuando hay un descontento popular,» dijo

Aunque aclaró a continuación que todo ese descontento y ese «escepticismo en muchos casos es ocasionado por la política de agresión económica hacia nuestro país».

«Está claro, iba a decir Yusuam Palacios, que el recrudecido bloqueo, la hostilidad cada vez más creciente, las dificultades que hemos venido atravesando…», pero ahí mismo se le encasquilló la escopeta, porque nunca supo como abordar de frente, sin pena en la lengua, los males, que no son pocos, del llamado bloqueo interno.

Intentó luego hablar de las bondades de la empresa socialista – si es que existen – y dijo que «el indicador de la empresa Estatal socialista es la forma de gestión fundamental del Estado Cubano».

Discurrió Yusuam en tropezones «verbales» y de «ideas» durante otro minuto, hasta que volvió al tema económico y la situación económica del país.

Yusuam: el experto «socio-económico» y niño prodigio vidente

Dijo que el malestar económico tiene que ver con la ideología y el pensamiento. Trajo a colación «algunos criterios de la población» entre ellos uno fundamental: «(…) que lo Estatal no funciona, que lo Estatal es sinónimo de miseria, de pobreza;»

Dijo que «nada de eso es cierto»; que «no es cierto que el socialismo sea pobreza y miseria; que es verdad que hay insuficiencia».

«Esa es la verdad y así se ha reconocido y contra eso hay que luchar, añadió, para revertir esas insuficiencias con creatividad.

«Vamos a resistir pero vamos a resistir con creatividad; innovando, buscando alternativas buscando soluciones en medio del desencanto, en medio del disgusto que han ocasionado todas estas problemáticas.»

Señaló Yusuam Palacios que «en la Habana – no en el interior del país – en estas últimas semanas ha habido una percepción diferente por parte del pueblo en relación a cómo se están distribuyendo los productos».

Dijo que «se ha hecho una modificación en la manera en que los productos se han venido distribuyendo en las tiendas con la libreta de abastecimiento» y lo denominó «un control diferente».

«(…) se pueden tomar medidas, alternativas, soluciones para paliar la situación económica del país,» agregó, y echó mano a la intervención del Ministro de Economía Alejandro Gil; el mismo que lleva al menos dos años destruyendo, haciendo y deshaciendo ideas con la economía del país.

Palacios dijo que el pueblo tiene que «volver» a la «conciencia socialista».

«Esta es una Revolución socialista; ahí está la resistencia del pueblo cubano; ahí está la heroicidad del pueblo cubano; y ahí está también por supuesto la continuidad histórica de la revolución (…) Nosotros seguimos viviendo la revolución; todo esto es hacer Revolución,» señaló, y dijo que «todas estas medidas, todas estas estrategias, las recibimos con beneplácito»

El diputado Yusuam Palacios se estrenó como «visionario» al señalar que «se está visualizando una recuperación gradual de nuestra economía».

«Hay perspectivas para el 2023,» señaló.

¿En base a qué lo dijo? En base a lo expresado por Alejandro Gil.

Luego pidió «un mayor control popular» – entiéndase más represión, claro – pues un segundo después reclamó también un mayor «control político», según él, para enfrentar los precios desmedidos y la inflación.

«No podemos criar holgazanes,» dijo él, que nunca ha disparado un chícharo en su vida. «No podemos tampoco pretender que el estado cubano resuelva todos los problemas,» declaró después, sin siquiera pensar que precisamente estamos hablando de un estado totalitario, que desde su génesis inculcó en la mentalidad del pueblo el que ellos – el Estado – lo controlaría y lo resolvería todo. Que incluso, no se puede hacer nada, no decir, no pensar «algo», sin contar con el visto bueno del Estado.

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