Tres cubanos distintos, los tres con «distintas razones» explotaron en las últimas horas. Dos de ellos por asuntos relacionados con aeropuertos, viajes y equipajes. El otro, por la mentira de unas elecciones y un – no sé si decirlo – perro apagón.
Rachel Susana Diez «reventó» ante un posible caso de corrupción relacionado con la aerolínea Copa Airlines.
La joven una de los tantos cubanos que tiene «la suerte» de poder viajar al extranjero, comprar y regresar, había comprado un boleto de regreso a Cuba en clase exclusiva.
«Este boleto, dice ella, me permitía acceder a zona VIP y más peso del que regularmente se ofrece,» y señala que fue una de las primeras en acceder al abordaje pero, la funcionaria de turno, aprovechándose de que era cubana, decidió, como se dice en buen cubano, meterle el pie.
«(…) resulté seleccionada, expresa Rachel, junto a otras cinco personas, para ser los chivos expiatorios de la mañana. (…) Cuando fui a acceder, la joven que evalúa el equipaje, sin medir o pesar, determinó que mi mochila de mano debía estar en bodega, a pesar de que tenia derecho, por lo caro del boleto, a 32 kg de equipaje, distribuidos en los dos bultos que llevaba. Reitero: yo tenía una maleta de 10 y otra de 5. Llevar un bulto extra en bodega representaba 180 dólares extras, que de ningún modo iba a pagar, porque yo iba dentro de lo estipulado.»
Luego agrega:
«Para nadie es un secreto que el gobierno panameño, y en especial Copa Airlines, resultan especialmente beneficiados de los «viajes comerciales, por turismo o compras», como tan pertinentemente se les disimula en los formularios de entrada,» dijo ella refiriéndose tanto a los cubanos como a otros extranjeros que viajan a Panamá a hacer compras.
«Cada año perciben millonarias sumas por las inversiones que hacen los cubanos y las compras en los centros comerciales. Son oportunos beneficiarios colaterales. Para nadie es tampoco desconocido que Zona Libre está llena de cubanos que han emprendido por años negocios lucrativos, con un impacto significativamente serio en la economía panameña.»
En cuanto a su caso en particular comenta:
«El domingo noté ese particular ensañamiento con los cubanos, que desde hace mucho tiempo tienen su fila especial, separada de los restantes pasajeros, pero que entiendo responde a fines organizativos. Nadie carga como nosotros, para que todos paguen justo por pecadores. El domingo vi como extraviaban su pasaporte a un señor, desconectado de sí por el temor de perder una considerable cantidad de dinero con la pérdida del pasaje, e hicieron llorar a una abuela cuyo equipaje de mano SÍ entraba en los límites permisibles. PORQUE ENTRABA. Mientras, desfilaban frente nuestro montones de personas sobrepasadas, que ¡oh casualidad!, ignoraron o prefirieron no ver. También escuché cuando la encargada de abordaje le sugirió a otra señora que, si quería irse, la solución era fácil: sacar su tarjeta y pagar 180 dólares para que la maleta a la que tenía derecho, fuera en bodega.»
Su caso tuvo solución en la noche, cuando pudieron abordar otro avión. Así lo explica la afectada:
«CopaAirlines, muchos pasajeros reconocieron cuando, luego del incidente con los pasajes, abordó el avión la Ministra de Educación cubana Ena Elsa Velázquez Cobiella. Con otras personas, casualmente a clase ejecutiva. Que curioso gesto el de no cobrarnos el pasaje de la noche, cuando en teoría perdimos el boleto por nuestro «propio incumplimiento», y ni hablar de la posibilidad de la noche de meter el equipaje en bodega, libre de pagos para todo el mundo. Casi no notamos el movimiento.»
Al parecer el problema era ese: que querían montar a la Ministra de Educación cubana Ena Elsa Velázquez Cobiella en clase ejecutiva.
Maltrato en Aeropuerto de Cuba
Otro de los cubanos que explotó es el productor de cine cubano Reymel Delgado Rodríguez
Delgado Rodríguez denunció a través de sus redes sociales el maltrato al cual están sometidos los cubanos que intentan viajar por la terminal número uno del Aeropuerto José Martí, destinada a vuelos nacionales; y refiere que aún aquellos cubanos que tienen boletos para viajar dentro del país, son obligados por el personal de seguridad del aeropuerto a esperar afuera de la terminal, aunque haya salas habilitadas para la espera.
“Cuando pregunto qué ley o decreto ampara eso, nadie me sabe responder. Cuando pregunto el nombre de quién ha dado esa indicación me niegan la información la agente de seguridad, su jefa de turno y alguna otra persona que se niega a decir nombre y cargo”, precisó el ciudadano cubano.
Y «sugiere»:
“Que alguien le informe al pueblo la razón y el responsable de que tengamos que esperar bajo el sol cuando hay un salón de espera perfectamente habilitado para eso”, denunció el joven cineasta en el mensaje dedicado al Ministerio de Transporte, al Instituto de Aeronáutica y a las autoridades del Aeropuerto Internacional José Martí.
También explotó como Cafunga, otro cienfueguero. Sí, el mítico Cafunga era de Cienfuegos. Nació en Cruces, era desmochador de palmas, y explotó al caer desde lo alto de una palma.
Nos referimos al fotógrafo del diario provincial 5 de Septiembre, Aslam Ibrahim Castellón Maure.
Un día antes de publicar este post, Castellón Maure había publicado otro, que al parecer caló hondo dentro de quienes creen que la mejor manera de sobrevivir a las injusticias es callarse.
Castellón Maure, a solicitud de un buen amigo, lo borró, dice que para «evitar meterme en problemas».
Horas después, con la cabeza más fría, razonó y concluyó que «esa mala costumbre impuesta de no llamar las cosas por su nombre (es) la que nos ha hundido en este abismo de miseria y desesperanza.»
Y decidió volver a subir lo que dijo, aunque prefirió explicarlo.
Una frase adorna el primer párrafo:
«Estamos pasando hasta hambre, lo digo sin pudor alguno.»
Y ahondó:
«Desgastándonos a diario en intentar llevar un poco de mala comida a la boca de los nuestros. Mientras que si pagas en moneda “enemiga” tienes tantas opciones de “combos” de alimentos que es hasta difícil escoger. Y lo más triste, con productos 100% producidos en Cuba. Negocio del cual se benefician unos pocos inescrupulosos que (con la anuencia de las autoridades) lucran con la desgracia del pueblo.»
Más adelante razonó sobre los apagones que vive a diario él, muchos cienfuegueros como él, y cubanos en general.
«Además, después de no tener electricidad de 12 am a 1:30am, de 6am a 10am, de 5pm a 1:30am y para rematar la vuelven a quitar a las 6am, con esa secuencia que les cuento. Lo cual no es ni humano ni moral. Para mantener funcionando las tiendas MLC siempre se encuentran alternativas.»
Y concluye:
«Por todo ello no puedo menos que volver a subir mi publicación anterior. Y quiero decir de que nadie me va a convencer de volver a quitarla, incluso si la intención es buena. Es hora ya de que quienes nos mienten se quiten las caretas. Intentar disfrazar los tantos fracasos tras máscaras de falsas y risibles victorias.»
¿Qué decía Castellón Maure en su publicación original, aquella que le pidieron que eliminara?
Pues una referencia «muy peligrosa» a las elecciones recién celebradas el domingo, y en las cuales la abstención superó el 45 por ciento.
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«Este país tiene que haber hecho un daño muy grande en el pasado para merecer un karma tan horrible en el presente. Domingo de elecciones para votar por unos delegados que en la vida real no resuelven absolutamente nada y no quitan la corriente en todo el día. Quizás para mantener los buenos ánimos de la gente y mejorar en algo la tremenda apatía a concurrir a las urnas. Apenas el Lunes siguiente nos cobran con creces las “dádivas” con unas interminables 12 horas de apagón en las 24 que tiene un día. Esto sinceramente no es culpa del bloqueo, del Imperio que nos odia (y al quien le compramos el poco pollo que comemos) y muchos menos de los “mercenarios” pagados por el mismo.»
Y explica:
«Es culpa de años de ineficiencia, de imposiciones absurdas, de falsa ideología y de la falta total de vergüenza de aquellos que ni remotamente sufren nuestras privaciones.
Es triste ver como se van tantos amigos, escapando despavoridos como única opción de solución. Nadie tiene que tener que escapar de su patria como única vía de sentirse persona. Se nos escapa La vida entre las manos y a nadie parece importarle.
Cuba, por mucho que uno te quiera cada día se hace más difícil hacerlo, pues nada ayuda.
Hasta donde hay que llegar???? “, se preguntó.
Lo peor de todo esto es que, según el nuevo Código Penal que acaba de entrar en vigor, este tipo de «sediciones», ya sea en físico o en las redes sociales, pueden ser catalogadas como contrarias al “proceso revolucionario y para ello se estipulan sanciones de hasta 10 años de cárcel.
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