Un reciente incidente en el Aeropuerto Internacional «José Martí» de La Habana ha suscitado controversia y acusaciones de corrupción. Un ciudadano cubano, que llegó de Miami el pasado 25 de octubre en un vuelo de Delta Airlines, denunció el robo de una de sus dos maletas, a pesar de que en el aeropuerto le sugirieron reclamar a la aerolínea en Miami.
La víctima, acompañada por su familia, confrontó a los trabajadores del aeropuerto, quienes insistieron en que la responsabilidad recaía en Delta Airlines. Sin embargo, la familia argumenta que la maleta efectivamente llegó a Cuba, pero se «perdió» en la terminal.
“Nos dicen que en 24 horas nos dan respuesta de lo sucedido. Al regresar, nos informan que debemos reclamar en Miami, a Delta, aunque sabemos que la maleta arribó aquí”, relató la nuera del afectado.
El incidente ha desencadenado una serie de críticas hacia el manejo del aeropuerto y la falta de seguridad en el manejo de equipajes. La familia, indignada, acusó a los trabajadores del aeropuerto de corrupción y robo, una práctica que, según ellos, es común en Cuba:
“En este país se vive como víboras y escorias”, lamentaron, en un video que fue divulgado en Facebook por el periodista cubano residente en los EE.UU., Alberto Arego.
Robos en en el Aeropuerto ‘José Martí’ y en el de Miami
Son numerosas las denuncias de robos y sustracciones de pertenencias de los equipajes en el Aeropuerto «José Martí» a lo largo de su historia. Para la inmensa mayoría de los cubanos, para no ser absolutos y decir que para todos, está claro que la corrupción y la necesidad es infinitamente más alta en La Habana que en Miami.
Para que en un aeropuerto puedan robarse una maleta, se necesita que varias partes se pongan de acuerdo entre sí para cometer el robo. Y esta anuencia entre varias personas es más lógica en La Habana, dónde la necesidad y los bajos salarios son elementos que hacen que una persona sea proclive al robo o a la participación en un delito. Donde la vigilancia es más relajada. Donde no hay tantas cámaras, y cualquiera se puede hacer el de la vista gorda.
Ni siquiera hay que ir muy lejos en el tiempo para encontrar un ejemplo que demuestre lo dicho. Hace apenas dos semanas, dos empleados del Aeropuerto Internacional de La Habana, fueron detenidos por sustraer objetos de los equipajes, en un operativo del Departamento Técnico de Investigaciones (DTI).
Un incidente que también fue denunciado en marzo, cuando Kirenia Wilson Días denunció haber sido víctima de robo, dos veces, en aeropuertos cubanos.
Algo similar fue denunciado en abril, por el activista Yoelkis Torres Tápanes.
Sin embargo, como bien dice el refrán «hay de todo en la viña del Señor», y hace tan solo unos meses se conoció, con estupefacción, claro, porque para muchos resultó inaudito, de la captura de varios oficiales de laTSA en el aeropuerto de Miami, que se dedicaban al robo de equipajes. Y ojo, no eran simples trabajadores.
El hecho ocurrió en septiembre de 2023, cuando tres agentes de la TSA, Labarrius Williams, Josué González y Elizabeth Fuster, estuvieron implicados en robos en el Aeropuerto Internacional de Miami. Williams y González fueron acusados de hurto mayor y planes organizados para defraudar. Posteriormente se retiraron los cargos contra Fuster.
noticia relacionada: Arrestan a agentes de la TSA en el Aeropuerto de Miami por robar a pasajeros
Los arrestos se produjeron tras una investigación que incluyó imágenes de vigilancia que mostraban a los agentes presuntamente robando a un pasajero.
Así que digamos que La Habana «tiene elementos» para decir que el robo de esta maleta ocurrió en Miami; aunque la historia y la lógica indica que la maleta, se perdió en La Habana.
